Miro idiotizada los dibujitos del techo que hay en el aula de clases, es interesante como al unirse con otro forman unas flores perfectas, eso debe ser complicado -pienso mientras me sostengo la barbilla con la mano izquierda.
Ajam, ajam! el profesor George se aclara la garganta y me saca de mis hummm no muy profundos pensamientos.
- Señorita Adams -me mira por encima de sus lentes- espero y esté pensando en la respuesta a la pregunta que acabo de hacerle a la clase.
- Ah? Ah, si! Claro, eso justamente estaba pensando profesor.
- Y aque conclusión llegó señorita?
Con un demonio, no se ni que coño preguntó.
Mia, mi mejor amiga que está sentada detrás de mi, me da un empujoncito en la silla, se inclina un poco y me susurra:
- Importancia de la ética en el ambiente laboral -se acomoda el cabello y vuelve a sentarse bien.
- Verá teacher, según mi propio criterio la importancia de la ética en el ambiente laboral de una empresa es de gran valor, porque que es la ética si no el conjunto de valores morales, sociales y hasta religiosos que nos hace personas decentes ante nuestra sociedad civilizada?
- Muy bien Adams, no se siga distrayendo porfavor, se que debe ser muy difícil lidiar con ser de las populares que pronto se graduan, sé que puede con todo aunque es un trabajo duro -el sarcasmo es palpable en la última frase.
- Está bien teacher.
Volteó a Mia, quien me guiña un ojo en complicidad, que haría yo sin ella.
Al fin suena el timbre que anuncia el termino de las clases. El profesor empieza a decir que lo hicimos bien, que no, nos distraigamos más en cosas banales -me lanza una mirada de reojo- que nos vemos hasta el próximo encuentro.
A este señor no le cae bien ni mi grupo ni yo y siempre me lo hace saber.
Recojo mi cuaderno, bolígrafos y los empiezo a ordenar dentro de mi mochila blanca.
Alguien pone la mano en mi hombro desnudo, un tacto suave y caliente, levanto la mirada chocando con unos ojos grises un poco más oscuros que los míos.
- Estuviste muy distraída Jessica, pasa algo? -pregunta mientras escudriña mi rostro.
Es Jasón Abernaty, uno de los galanes de la universidad y muy amigo de nosotras, con él tengo un crush-amor platónico-friendzone del que nunca hemos salido. Todos en la sección lo saben, todo Administración de empresas sección F lo saben...
Todas las chicas suspiran con solo pasar a su lado, no es para menos, el tipo es un Adonis, cara y cuerpo no puede pedir más.
- Jess? -pregunta de nuevo
- Ah sí -pongo mi mano en la frente y sacudo la cabeza- si Jasón, todo está bien, es solo que creo que me dará un resfriado.
- Vaya, que mal; bueno espero te mejores bonita, talvez me aceptas una invitación al cine -me da una sonrisa torcida, toma un mechon de cabello que se ha soltado de mi coleta y lo coloca detrás de mi oreja, rozándome dos dedos por la mejilla hasta el mentón.
- Te veré luego Jessica, adiós Mia!
- Adiós guapote - dice Mia tirándole un beso con la mano
Jasón ríe divertido, y yo, muda como de costumbre viéndolo irse con el resto de nuestro grupo.
- Nos vemos - susurro como la más tonta ya cuando se ha ido.
- Jessica por Dios, ya va siendo hora de que te controles, debes ser más suelta, no se, más espontánea, sal del caparazón belleza! Siempre la tímida del grupo, tu y Daki claro...
ESTÁS LEYENDO
Solo sucedió ©
Teen FictionJessica Adams, bella, sofisticada y muy divertida a sus 25 años un sueño de mujer, un éxito en todo. O eso es lo que a todos hace creer. Universitaria con problemas de inseguridad y muchos prejuicios, aumentandos al pertenecer al grupo de los popula...