Capítulo 29

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Doy un último suspiro recuperando la estabilidad de mi respiración me sostengo de frente sobre las baldosas de la ducha.

El agua de la regadera golpetea con fuerza mi espalda mientras Anthony sale de mi.

Me ayuda a incorporarme, estoy temblorosa y satisfecha.

- Ya estás limpia amor -bromea Anthony

Me doy la vuelta para verlo de frente. Si normalmente es guapo, mojado es ridículamente sexy.

- Ya estamos limpios -corrijo- ya me vas a contar que te pasó hace rato? O ya me vas a contar que pasa entre la pareja de mafiosos y tú?

Frunce el ceño y tuerce la boca
- Lo que pasó hace rato es que soy un psicópata -admite como si nada- y lo que pasa con ellos es lo siguiente:

- Mia y Héctor se gustan, ambos tienen carácter fuerte especialmente ella tiene un genio de mil demonios. Apesar de eso, Mia molesta es fácil de manejar, solo discutes con ella y te escucha para contraatacar, pero una Mia indiferente es otro asunto a tratar, no le daba oportunidad de absolutamente nada -se quita el exceso de agua del rostro con el brazo- supe que Héctor necesitaría ayuda así que... -se encoge de hombros.

- Así que, qué?

- Pues solo jugué un poco con su cerebro. -admite

Asiento lentamente- Y como hiciste eso exactamente?

- Jugué un poco con su carácter, la tente y lo puse en su contra. Su carácter fué su debilidad.

- Y eso quiere decir?

Sonríe- Ella no le iva a dar la oportunidad de hablar con esas murallas de frialdad que había levantado, entonces le propuse que cambiara de técnica. Que ya no lo despreciará que eso solo demostraba lo mucho que le importaba -relame los labios- que mejor lo tratará con indiferencia auténtica y eso lo iva a destruir desde dentro. Ella tuvo solo segundos para decidir gracias a tu pronta intervención, se dejó llevar por su naturaleza, el ser cruel.

Me quedo pasmada. Qué? Como hizo tal enredo y ella cayó?

Paso mis manos aplacandome el cabello hacia atrás - Y Héctor?

Asiente - Okey, a él solo le dije que aprovechará el tiempo que le podía conseguir que procurará no cagarla. Solo le dije que fuera sincero con ella y le dijera lo que en realidad sentía, que dejará la estupidez.

Cierro el grifo, corro la puerta de vidrio y me envuelvo en la bata. Anthony hace lo mismo, metiéndose en la suya.

Me paso un peine frente al espejo - Tú, humm usaste psicología en ellos? -casi me causa gracia.

Se encoge de hombros- Sí, un poco.

Sonrío- Y a mi alguna vez me has psicoanálizado?

Niega- No, la verdad nunca he podido.

Parpadeo curiosa- Porqué? Hay algo mal conmigo?

Niega de nuevo- Es solo que no puedo mantener la cabeza fría cuando se trata de ti.

Eso me recuerda- Porqué estabas enojado de repente?

Se frota la nuca incómodo en el marco de la puerta- No quisiera hablar de eso, si no te importa.

- Sí me importa -ataco.

Suspira derrotado- Tengo problemas Jessica. Solo es eso, y mi peor enemigo es mi mente, son mis celos. No es nada agradable, de verdad lo intento, lo estoy intentando por ti, quiero ser perfecto para ti... -finaliza algo sonrojado.

No se a que se refiere ni que lo enojó, pero así de rosadito da ganas de arrullarlo y morderle la boca.

- Puedo saber que fué lo que te molesto? -me acerco y pego mi pecho a él, levanto mucho la cabeza para poderlo ver- quiero saber.

Solo sucedió ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora