The boy next door. #5
Bucky Barnes //
Nunca había sentido esto en el pecho, o más bien no lo recordaba, esa opresión, sentía angustia, miedo. Pero lo más importante ella me hacía sentir vivo. Aunque no lo quisiera ella me hacía sentir de muchas maneras. Lo que estoy sintiendo ahora mismo no puedo ponerle nombre, no quiero que este con nadie más que conmigo, no puedo verla divirtiéndose con otro que no sea yo, esas miradas solo deben ser mías.
Apreté los puños mientras los veía acercarse, me recargue en la pared fuera de nuestro edificio. Ella, con su mochila sobre los hombros, esa maldita falda que casi rompía por la mitad por ser tan corta, y esos zapatos que la hacían tropezarse a cada paso, sin duda era una obra de arte que me gustaba observar. Y esos idiotas de sus amigos que opacaban la vista de mi pequeña. Ella choco puños con ellos, se dijeron un par de cosas más y se despidió, aparte la vista cuando la besaron en la mejilla. Pronto escuche su tonta risa y como corría hacia acá.
-¡Hey tú! –oí que grito riendo, me hice el desinteresado, como si no estuviera esperando por ella, y voltee a verla. Ella me saludaba con la mano, sonriendo, solo asentí en su dirección y camine hacia ella. Le volvía loca que la tratara así, pero no podía comportarme de otra manera cuando sentía esto en el pecho.... Agh.
-Deb – susurre al tenerla de frente. Su sonrisa vaciló, esperaba otra reacción de mí, pero no podía controlar la mierda dentro de mi cabeza.
Se quedó en silencio solo observándome. Me maldije mil veces, ¿Cómo podía ser tan idiota con ella? Ella la única persona por la cual daría la vida, y al parecer a la única que le importo.
Contuvo el aliento cuando vio que me moví, pero antes que se pudiera alejar, envolví mis brazos sobre sus hombros, la sentí suspirar sobre mi pecho, sus manos pequeñas me apretaron la camisa, y por fin pude respirar el aroma a flores de su cabello.
-Eres importante para mí, Debby, nunca lo dudes. –mi voz salió más ronca y gruñona de lo normal, pero aun así era sincero al cien por ciento.
Se tensó entre mis brazos, cerré los ojos deseando tomar de vuelta esas palabras en mi pecho, nunca haberlas dicho, se alejó de mí, mis brazos cayeron a mis lados, dispuesta a enfrentar que lo había arruinado. Cuando lo sentí el tibio toque de sus manos sobre mi cuello, subió por mi mejillas, abrí los ojos al tiempo que ella se acercaba y juntaba nuestros labios en un cálido beso, de esos que me hacían perder la razón, el corazón volvió a latirme desbocado, la tome de la cintura pegándola a mí, mis labios reclamaron los suyos, ni siquiera me importaba que estuviéramos a la vista pública, la bese como si nunca la hubiera besado antes.
-No tienes idea cuando te quiero, Bucky. –dijo a centímetros de mis labios, suspirando entre cada palabra. Sus ojos estaban empañados cuando si hubiera tomado alguna droga, pero sabía que no era por eso, era por mí, por nosotros. En ese momento me di cuenta..... La amaba.
Debby//
Nunca había hecho tanto ejercicio en mi vida. Buenoooooo no era ejercicio. Bucky me había citado en el techo del edificio y la única manera de llegar ahí era por las escaleras de incendio, me sentía mareada y cansada.
Suspire cuando llegue al último escalón y contuve el aliento por lo que vi. Estar en el techo no me traía buenos recuerdos pero por Bucky me había tragado la incomodidad de estar aquí. Pero al ver el lugar lleno de vida, cambio todo lo que sentía dentro de mí. Bucky había hecho esto por mí, el lugar estaba lleno de rosas, girasoles, y miles más de diferentes colores, lo había convertido en un vivero. Al centro de todo había un kiosco, con miles de lucecitas colgando, abajo una mesa con velas y un bonito mantel rojo. Y encontré a Bucky, detrás de unas plantas, contuve la risa al ver que se escondía de mí.
-Lo amo. –grite, abrí mis brazos y di una vuelta sobre mis pies, el viento despeino mi cabello. –Bucky, amo este lugar. –la sonrisa en mi rostro no desapareció mientras corría hacia él.
Un chico normal hubiera caído de espaldas al haberme atrapado en el aire, pero Bucky no, él sostuvo mis piernas cuando rodee su cadera y sus brazos me sostuvieron por el trasero, juro escuche su risa entre mi cuello.
-¿Cómo lo hiciste? –lo mire a la cara, sus ojos azules parecían brillar.
-Tiempo y esfuerzo, pequeña. –en ese momento termine de derretirme entre sus brazos, acabe con la distancia entre nuestros labios, lo bese con todo esa energía y pasión que tenía guardada para él. Me sostuvo más estrechamente entre sus brazos, envolví mis brazos en su cuello, negándome a separarme de él. Pronto sentí como me sentaba en una superficie plana, me separe al ver que estaba sobre la mesa y el entre mis piernas. El abandono y el deseo reflejado en los ojos de Bucky termino por convencerme, era el momento. Este era nuestro momento especial. Lo jale de la camina para que me volviera a besar, era adicta a él. Mis manos se dirigieron a su pantalón, toque su cinturón y comencé a desabrocharlo.
-Debby... -dijo él sobre mis labios a modo de advertencia.
-Quiero esto buck, esto que sentimos, te lo quiero demostrar. –lo empuje por el pecho, el callo sentado en la silla y aproveche para sentarme en sus piernas. Él me miraba nervioso, no sabía si él había tenido relacione sexuales.
Pero la verdad es que no importaba.
Sus manos me sostuvieron de la cadera mientras mis labios atacaban los suyos, mi cadera comenzó a frotarse sobre su regazo y pronto encontré ese bulto dentro de sus pantalones, cuando volví a restregarme sobre él, sentí sus músculos tensarse, pero no me detuve no había tiempo para pensarlos dos veces, mis manos se aferraron de su nuca y nuestras bocas no se separaron por un buen rato.
-Niña....-susurro sobre mi boca, le di un descanso a nuestros labios, bese su mejilla y baje por su cuello, su barba de días me hizo cosquillas y reí sobre su piel. Bucky posiciono sus manos en mi espalda y sus dedos comenzaron a clavarse en mi piel, solté una risita por las cosquillas que me causo.
-Por mucho que quiera esto, pequeña, no es el momento, te mereces más que hacerlo en una azotea. –beso mi mejilla y suspire, inhalando su aroma.
-Bien, vamos a cenar. –me levanté de su regazo y vi como cerro los ojos adolorido, contuve una risita.
Y al observarlo, comportarse como un hombre normal, supe que estaba ayudándolo a superar cualquier cosa que lo atormentaba. Él era mi vida ahora.
+++
En las próximas actualizaciones vienen las dedicatorias :)
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Fantasies | sebastian stan | one shots|
FantasySi quieres leer las fantasías más excitantes con el protagonista mas caliente del mundo, estas en el lugar correcto.