bad guy now. #2

8.8K 390 99
                                    

Parte dos.


Mila Martell

Percibía un olor extraño, me daba vueltas la cabeza, y me sentía desorientada. ¿Qué había ocurrido? Al abrir los ojos, observe una bolita de algodón presionando contra mi nariz, la aparte de un manotazo ya que no soportaba el olor a alcohol, veía todo borroso y no alcanzaba a comprender donde estaba, estaba recostaba sobre un sofá tibio, y el lugar era muy luminoso, pero no reconocía nada.

-Toma debes sentirte mareada. –un vaso con agua apareció frente mí, seguido de una mano extendida, tome la mano para sentarme, y luego tome el vaso vaciándolo en mi boca sedienta.

Trate de enfocar mi vista en el piso, pero veía todo borroso y la cabeza me daba vueltas.

-Ya te mande pedir un café americano, para que se te pase lo que sientes. –escuche de nuevo esa voz gruesa y masculina, que me hizo estremecer y erizar la piel. Trate de buscarlo con la mirada, cuando lo hice solo veía un bulto borroso.

-¿Quién eres?, ¿Dónde estoy? –hable por primera vez, me sorprendí al oír mi voz ronca y el dolor de garganta que se hizo presente. Hice una mueca de dolor y acaricie mi garganta. No hubo respuesta. Cerré los ojos imaginándome lo peor, estaba con alguien desconocido, solo pedía no estar con un violador o secuestrador.

-Toma, el café llego. –su mano tibia y grande tomo la mía, sentí como una electricidad corría entre mis dedos, esto no era normal.

Baje la taza vacía sobre mi regazo, ninguno dijo nada por un buen rato, solo lo escuchaba como movía cosas de aquí para allá, tecleaba en su portátil, y el escribir de su mano. Me sentía de lo más incómoda, como iba hacer para salir de ahí y no miraba nada, al parecer mis lentes de contacto se extraviaron, y tenía mis gafas en mi bolso el cual había dejado con mis amigas.

No era una persona muy platicadora, ni social, por lo cual no sabía cómo dirigirme hacia esta persona, que me había ayudado pero me tenía aquí encerrada, sin hablar conmigo. Comencé a respirar profundamente, pero llegaba muy poco aire a mis pulmones, no, no podía tener un ataque de pánico aquí.

Escuche como la puerta se abría, dejaban caer algo en una mesa, y luego se volvía a cerrar.

-¿Estas bien?- esa voz gruesa me cuestiono con un tono preocupado. Solo asentí con la cabeza, me arrebato la taza de las manos y en su lugar me dio una fría tela, -Es tu bolso, ¿tienes tus lentes ahí? –el corazón me dio un brinco y a tientas abrí el cierre y comencé a revolotear todo en su interior, casi soltaba un gemido de alivio cuando encontré el estuche de mis gafas, las manos me temblaron cuando me las coloque.

Y cuando por fin pude ver a él fue lo primero que vi, arrodillado frente a mí con sus manos a cada lado de mis piernas presionando el sofá. Reconocía esos ojos azules como el mar, incluso esa barba de unos días y ese mentón perfilado. Sabía que lo conocía, pero ¿de dónde? Parpare y sentí ese mareo repentino otra vez.

-Señorita Mila, ¿está bien? –y fue como si un cubo de agua se vertiera sobre mí en ese momento, todos los padres de familia me llamaban así en el trabajo, incluso él. Mis manos fueron directamente a sus hombros apartándolo de mí, mis piernas temblaron cuando me levante del sofá y dio unos pasos lejos de él, llevándome las manos a la cara.

-Señor Stan, lamento mucho lo sucedido, yo no tengo explicación para esto, solo le ruego su discreción, si esto se llega saber en la institución yo... yo pierdo mi trabajo. –un nudo se instaló en mi garganta mientras hablaba. No quería verlo, me moría de vergüenza.

Yo, la maestra de su hijo, borracha hasta la mierda. Ya podía imaginarme el próximo día de clases entrando a dirección con él y su esposa, reclamando por ser destituida de mi puesto. Mi respiración se volvió irregular y corta, me senté lo más rápido en una silla frente a su escritorio, tratando de recuperar al aliento, después de unos segundos el tomo asiento frente a mi al otro lado del escritorio, se miraba como un hombre demandante, quien tiene autoridad, y vaya que la tenía sobre mí. Me encogí en mi asiento, cuando su mirada penetrante estuvo sobre, sus manos se cruzaron sobre su pecho, sus brazos estiraron la camisa blanca que portaba, dejando ver sus brazos trabajados en el gimnasio. Fue inevitable para mí no apretar mis piernas cuando un pensamiento rápido cruzo mi mente, yo encerrada por esos brazos y contra su pecho, mientras me reclamaba como suya en este escritorio, haciendo que lo tomara hasta el último centímetro.

Me mordí los labios, apuñe mis manos, mi piel se erizo y apreté más las piernas, estaba segura que si bajaba mis manos a mi ropa interior esta estaría húmeda.

Sebastián se aclaró la garganta y mi atención volvió a él, a sus ojos hipnotizaste.

-solo quiero saber una cosa Señorita Martell, -escuche su voz más profunda de lo normal, se inclinó hacia delante, viéndome profundamente. -¿Qué estaría dispuesta a ofrecer por mi silencio?

Les tengo una propuesta, LES GUSTARÍA QUE HICIERA UNA HISTORIA COMPLETA DE ESTE TEMA del one shot, ¿lo leerían?  

Si la respuesta es si comenta aquí, si lo leerías y porque :) 

Muchas gracias por estar aquí por mi, la verdad nunca espere volver y tener este recibimiento por parte de ustedes que estuvieron esperándome, mis mas sinceras disculpas por este año de ausencia, pero volví mas fuerte que nunca. Y como una vez dije siempre voy a volver a ustedes.  <3

Fantasies | sebastian stan | one shots|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora