Contiene lenguaje y sexo explicito. Leer bajo su responsabilidad.
Después del encuentro casual con Sebastián en el baño, me decidí olvidarlo y no darle muchas vueltas, porque enserio ¿quería acostarme con el novio de mi cuñada?, ¿le seria infiel a Alejandro? Ni siquiera yo estaba lista para contestarme esas preguntas.
Con la resaca martillándome la cabeza, me prepare un café, camine por la casa hecha un desastre, por lo menos todos estaban en sus habitaciones. Decidí beber tranquilamente mi café a la orilla de la piscina, mojando mis pies, a la vez que los primeros rayos del sol iluminaban.
Perdí demasiado tiempo ahí, pensando en todo y nada, escuche a los demás trasteando en la cocina, pero yo no era capaz de levantarme y encontrarme con ellos. Necesitaba paz.
Nunca había surgido el deseo por otro hombre que no fuera Alejandro, de pronto estoy deseando a otro, soñando despierta con él, me mordí los labios, al igual que apreté mis muslos.
-Abby, -una voz ronca hablo detrás de mí, un escalofrió me recorrió.
-¿Si, amor? –me gire en mi lugar, Alejandro estaba recién levantado y se miraba un poco perdido.
-Me asuste cuando no te vi en la cama, ¿Qué haces aquí? –se rasco la nuca, mientras que con su otra mano tallaba su ojo. Una ternura me invadió. Lo amaba estaba claro.
-No te preocupes, ¿quieres café? –saque los pies de la piscina y me levante. Me acerque a él y le di un pequeño beso en los labios. No sentí absolutamente nada.
+++
Esa misma noche, nos preparábamos para salir de fiesta, al primer bar o antro que se nos cruzara por enfrente. No voy a negarlo, para olvidarme de todo el embrollo con Sebastián decidí alcoholizarme, no funciono. Pero por lo menos me sentía con más euforia y no con los ánimos en el suelo.
Trastabille por los tacones altos, mientras me observaba en el espejo, falda y top listo, cabello lacio listo, maquillaje listo.
-Abby ¿estás bien? –Alejandro salía del baño, ya cambiado y listo para la noche. Asentí sin preocuparme en hablar, porque se daría cuenta que ya estaba muy borracha, aunque tal vez ya lo sabía pero no decía nada.
Nos trasladamos en 3 taxis, nos habíamos decidido por fin una discoteca, de hecho la mejor de Los cabos. No pretendíamos andar con pequeñeces. Nos dejaron pasar en cuanto nos presentaron en la puerta, el ruido me ensordeció, me maree por un ínstate, Alejandro me ayudo enseguida. Nos trasladaron a una de las zonas vip, alguien en el grupo pidió champagne para todos. Como el alcohol ya corría por mis venas, fue muy fácil que la música no me atrajera. Tome a todas las chicas a la pista de baile. Una pequeña capa de sudor pronto me empapo, lo que era bueno así sudaría el alcohol, pero lo bueno de estar menos borracha era fijarme en Sebastián, quien no me quitaba los ojos de encima, y yo para crear un problema más grande, movía mis caderas, le daba miradas sugerentes y me mordía los labios.
Los chicos tan fanchotes que eran no querían bailar, solo observar y tomar, a este punto todos nos encontrábamos a un grado más de morir de una congestión alcohólica.
En un momento de la noche, las luces se apagaron, pero la música seguía sonando, el DJ alentaba a los chicos a besar a su pareja y bailar sucio. Esperaba en cualquier momento a Alejandro, tal vez con la oscuridad del lugar se animara a bailar. Pero en vez de eso sentí como me tomaban la mano y me jalaban,
-Alejandro, ¿A dónde vamos? –lo seguí de cerca pegándome a su pecho, tenía miedo de perderme.
Salimos de la zona vip, sentí que cruzamos medio lugar, cuando de pronto paro, en medio de la gente que se movía con la música, me tomo de las mejillas y me beso, desesperado, sus manos bajaron por mi espalda deteniéndose al inicio de mis nalgas, nuestros labios chocando, mordidas, chupetones, un mareo repentino me invadió, Alejandro nunca me había besado así. Él no era Alejandro.
Con manos temblorosas lo tome de los hombros tratando de apartarlo de mí, sus labios se volvieron menos demandantes, siguió dejando besos en mi mejilla, hasta llegar a mi oído.
-Lo siento, tenía que probarte. –Sebastián. Le apreté los hombros sintiendo que me desmayaría, sus brazos en mi espalda me apretaron más fuerte contra él.
-Quiero más, -le susurre al oído, y a los segundos lo tenía de vuelta besándome en la boca.
Nos separamos por fin, jalándome nuevamente, yo solo lo seguí, sintiendo mi corazón a mil por hora. Las piernas me temblaban, la mente me daba mil vueltas, pero quería seguir, nos metimos por un pasillo poco iluminado por un foco al final del pasillo, encontramos una puerta donde nos metimos rápidamente, la atranco ya que estuvimos adentro.
-Si nos descubren estamos muertos, -susurre en sus labios. Él no contesto nada, pero sus manos expertas me subieron la falta hasta la cintura, dejándome con una pequeña tanga, sus dedos acariciaron por encima de la tela, mis manos temblorosas trataban de desabrocharle el pantalón.
-Esto no es un encuentro bonito, cariño, es sexo, puro y duro sexo. –gruño en mi boca, para después darme vuelta y pegar mi cara a la pared, con una mano reteniéndome la cabeza, la otra hacía la tanga a un lado, sentí su pe.ne rosarme las nalgas, sus dedos encontraron la humedad de mi coño, esparciéndola por todas parte, la cabeza de su polla entre mis labios inferiores, me tenía loca,
-Sebastián! –grite para que se diera prisa, al segundo me sentí llena, su larga y dura polla dentro de mí, un ardor placentero me recorría la espalda, sus envestidas comenzaron duras, él tenía razón, esto era primitivo, la forma en la que me estaba follando, sus acometidas dentro de mi rápidas y duras, mi coño estaba siendo estirado y usado por él. Su pecho se pegó en mi espalda, y su boca en mi oído.
-Qué bonito coño, apretado y húmedo tienes cariño, -sus brazos me envolvieron, una mano fue a mi pecho cubierto por mi ropa y otro a mi coño, estimulando mi clítoris, un pequeño "si" salió de mi boca, más duros fueron sus golpes dentro de mí y más rápido se movieron sus dedos.
Me estaba desmoronando, temblando de pies a cabeza, me llego el orgasmo, rasguñe la puerta delante de mí, sentí su cuerpo temblar también al tiempo que sentía su esperma llenarme, nos quedamos quietos, recobrando el aliento.
-Debemos volver, -fui yo quien rompió el encanto primero, no quería sentirme como un cero a la izquierda después del sexo. Sebastián se alejó de mí dejándome vacía, acomode mi ropa al igual que él.
-Espera...- me tomo de la mano antes de abrir la puerta. –El mejor sexo que he tenido en mi vida. –un hueco creció en mi pecho, mi boca temblaba, no pude contestar nada, aun así abrí la puerta, todo seguía oscuro afuera.
......
he decidido que haré otra parte de este one shot. yey.
También quiero comentarles que subí una nueva historia, FAMILIA, se encuentra en mi perfil, si quieren pasar a leerla por favor. :)
Y para recompensar tanto tiempo que estuve fuera, sorteare 5 ONE SHOTS a ustedes mis lectoras.
Comenta aquí, que genero de OS quieres (smut, romántico, drama, etc.) y porque deberías ganártelo, solo eligiere
a 5, así que a COMENTARRRRRRRRRRRRR <3
ESTÁS LEYENDO
Fantasies | sebastian stan | one shots|
FantasySi quieres leer las fantasías más excitantes con el protagonista mas caliente del mundo, estas en el lugar correcto.