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Fiesta #1

Los cabos. Amigos. Novio. Playa. Diversión. ¿Qué podía salir mal?

Calor fue lo primero que sentí al bajarme del avión, la humedad pegándose a mi piel fue lo segundo, pero la sonrisa de mi cara no podía ser borrada, ¿Cómo? Si estaba en una de las playas más lindas de México.

Una mano cubrió la mía, jalándome hasta que sus brazos me rodearon, dándome un fuerte abrazo. Alejandro mi mejor amigo desde la infancia y mi novio, él es la razón por la que estamos aquí. Su cumpleaños número 25, un cuarto de siglo y lo quería festejar a lo grande, por lo que invito a sus amigos y amigas de la universidad, yo personalmente me había encargado de rentar una casa por dos semanas, y había arreglado los vuelos de la mayoría de sus amigos, por lo que ellos deberían estar llegando de diferentes partes de México y el extranjero ahora mismo, todos tenía la dirección de la casa, así que cada quien llegaría por su cuenta.

Al bajarme del taxi, no podía creer la grande y linda que era la casa, si no la vista que esta nos daba, estábamos a solo 3 cuadras de la playa, podíamos ir y venir las veces que quisiéramos.

Alejandro coloco las maletas sobre la cama mientras yo salía a la terraza de la habitación, la brisa de la playa despeinaba mi cabello, cerré los ojos disfrutando el momento.

El timbre de la puerta de entrada resonó por toda la casa, alertándome de nuestros invitados.

-Yo abriré, Abby, -Alejandro salió apresurado de la habitación, mientras yo regresaba a las maletas dispuesta a buscar mi bikini para darme un baño en la alberca.

Mientras bajaba por las escaleras, escuchaba más voces, cuando llegue al final comencé a saludar a todos, algunos chicos y chicas ya los conocía, había solo uno que otro que no me resultaban nada familiares, comenzando con uno alto, barba de una semana, ojos azules, el cual tomaba la mano de una chica, que resultó ser nada menos que la hermana de Alejandro.

Me coloque las gafas de sol, antes de ir a saludarlos.

-Hey Rebeca, -la llame mientras me acercaba y le daba un abrazo.

-Abby, que linda casa conseguiste. –Me devolvió el abrazo entusiasmada, -este será sin duda el mejor cumpleaños de Alex. –sonrió grande.

-Hola desconocido. –salude al hombre que la acompañaba.

-Sebastián. –tenía un asentó en su voz extraño, lo cual hacia que se escuchaba mil veces más sexy de lo que es, arquee una ceja hacia Rebeca.

-Ella es Abigail, o Abby, la novia de mi hermano. –el estiro su mano hacia mí, la tome y un fuerte apretón me hizo estremecerme, sus ojos buscaban los míos por debajo de la sombra de mis lentes.

-Encantada. –susurre, separando nuestras manos rápidamente. El alejo su vista de mí, pero alcance a percibir una pequeña sonrisa. Gire sobre mis pies, alejándome rápidamente, necesitaba un trago.

En la barra estaba Alex para mi suerte, sirviendo unos shots de tequila y poniéndolos en una charola. Tome uno sin pensarlo más, la garganta me ardió, deje el caballito y tome otro rápidamente.

-Respira, Ab –alarmando Alex se llevó lejos la charola.

-Aguafiestas, hay que comenzar con la diversión. –moví los hombros hacia el frente, dejando a la vista el escote de mi traje de baño. Sus ojos bajaron recorriendo mi piel y volvieron a subir a mis ojos. –Eso incluye beber hasta perder el control. –estire la mano hacia el otro lado de la barra, tome una botella y sin importarme su contenido la destape y bebí de ella.

-Comenzando duro – Rebeca coloco una mano en mi hombro, alcanzo la botella quitándola de mis labios y llevándoselo a su boca, me mordí los labios.

-¡Rebeca! – refunfuño Alex.

-Déjala amor, todos vinimos a divertirnos, ¿recuerdas? – le dije cariñosa, el aparto la vista haciendo más tragos, cuando él se colocó a mi lado en la barra,

-Chicos los dejo con Sebastián, me iré a cambiar, -soltó deprisa Rebeca, mientras se iba con su maleta y subía las escaleras.

Tome otro shot de tequila y empuje uno a Sebastian, este no lo dudo y lo bebió rápido, ninguna mueca se plasmó en su cara, arque una ceja desafiándolo, el tomo otro shot, cuando el caballito toco la barra de nuevo su mandíbula estaba apretada y sus cejas fruncidas hacia mí. Le sonreí de lado sintiéndome victoriosa.

Me incline sobre la barra de nuevo, tomando dos coronas de la hielera,

-Así que, ¿Dónde conociste a Rebeca? –le cuestione solo para sacar platica.  Él sonrió de lado.

-Nunca lo comente, Abby, pero Sebastián se quedó unos meses con nosotros en la universidad, tú estabas lejos y nunca coincidieron en nada. –Alex, quien ahora era el bar tender,  me informo, tome un limón con sal y lo lleve a mis labios, al tiempo que giraba mi cara hacia Sebastián.

-Bueno pues, bienvenido al grupo, -alce la botella para chocarla con la de él, bebí la mitad de un trago, y temblorosa me aleje, hasta llegar a la piscina y aventarme dentro. Todo lo que sucedió después esta borroso.

Sabía que antes de abrir los ojos todo me daría vueltas y así fue, me levante de un salto lo que empeoro mi estado y corrí al baño para vomitar,

-vaya, ayer tan valiente que estabas con los shots, -oí la cortina de la ducha correrse,

-¡Cabrón! –grite cayendo de culo en las baldosas frías. -¡Que puto susto!

-Tu entraste a un baño ocupado, niña -una pequeña risita siguió después.

Otra arcada subió por mi garganta hasta terminar en el bater. Oí el agua de la ducha correr, y unas manos en mis hombros.

Para cuando me di cuenta, el agua fría de la mañana corría por mi cabeza empapándome.

-Te hará bien para la resaca, - su voz tenue y preocupada me desconcertó. Limpie mi rostro del agua, y cuando estaba por reclamarle, me percate de su desnudes, bueno, solo una toalla cubría su cuerpo, y a mí solo el traje de baño de ayer. –Hace frio, ¿no? –su voz se volvió más ronca, sus ojos observaban mis pechos sin descaro, mis manos actuaron solas presa de la venganza, desanude los tirantes de mi top, mis pechos quedaron libres a su vista.

-¿tú crees? –mis manos tomaron sus hombros, sus ojos volvieron a mi cara y arqueando una ceja, se alejó de mi toque.

-Si vuelves a mostrarme tu cuerpo niña, no me resistiré, - lo dijo con los dientes apretados, para después marcarse. Me recosté en la pared fría, recapitulando lo que acababa de pasar.

¿pero qué diablos?