-Candace, ¿no es el mejor amigo de tu prometido? –mire hacia todos lados buscándolo pero había demasiada gente en el bar. –Por sobre la barra, está mirando hacia acá.
Lo encontré. Me mataba mirarlo de esa forma, el nudo en mi garganta creció al verlo ahí solo y triste.
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Me acerque hasta él, su mirada se enfocó solo en mí. Podía ver sus ojos llorosos.
-¿Qué haces aquí, Sebastián?, ¿Dónde está Liam?- susurre cerca de su rostro, ya que la música no permitía una conversación a un nivel normal. Se encogió de hombros y le dio un largo trago a su bebida, que por lo que podía oler era tequila.
-No podía ir con él. –susurro lentamente, su aliento golpeo mi mejilla y mi piel se erizo. –No cuando le voy a entregar al amor de mi vida mañana. –sus cejas se alzaron, odiaba que hiciera esa mueca que me volvía loca.
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Mi corazón termino de romperse en ese momento. Mañana era mi boda, estaba festejando mi despedida de soltera en un bar con mis amigas, y él aquí diciéndome todas estas cosas que ya sabía....
Había conocido a Liam 4 años atrás al principio todo fue rosas y felicidad, pero cuando me presentó a su mejor amigo todo cambio. Con el paso del tiempo me di cuenta que no era Liam el indicado para mi sino su mejor amigo, Sebastián.
Tengo que admitirlo tuve una relación secreta con Sebastián, fue excitante, placentera, emocionante, que cuando me di cuenta él ya estaba dentro de mi piel, de mi corazón.
Pero todos esperaban algo de mí. Esperaban que me casara con Liam, negocios entre padres, ustedes comprenderán.
Entonces cuando Liam me pidió que me casara con él, no pude decir no, incluso si frente a nosotros estaba Sebastián mirándome como si fuera a matarlo con mi respuesta.
-Vamos a bailar, -me tomo de la mano, guiándome a la pista de baile, -Todas nos estaba mirando, -sus manos me tomaron de la cintura y mi piel reacciono inmediato a su toque, lo extrañaba demasiado. Una noche más con él no cambiara nada.
Nos perdimos en la música, disfrutando el momento, solo importaba nosotros dos en ese momento, el futuro no importaba.
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(AMO COMO BAILA, ME DA RISA 😂 )
Mis pies me mataban, nos guie de vuelta a la barra y pedí unas cervezas.
-No te cases. –susurro de pronto Sebastián.
-Ya hablamos de esto, -dije en un hilo de voz.
Me tomo de la mano y comenzó a guiarme a algún lado, no importaba yo lo seguiría a cualquier parte. Entramos en un pequeño cuarto, el a ciegas busco el interruptor de la luz. Era la bodega.
-¡Te amo! No puedes hacernos esto, -gimió desesperado.
-Sebastián, no.... –susurre al borde de las lágrimas, no podía soportar que la causa de nuestro sufrimiento sea yo.
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-Si existiera un modo de no casarme, créeme que la tomaría. –lo tome de las mejillas y acerque mi rostro al suyo, sus labios sabían exactamente iguales como hace dos meses.
Sus brazos me tomaron de la cintura, mientras yo brincaba sobre su cuerpo y envolvía mis piernas en su cadera, sus manos se perdieron bajo mi vestido encontrando mi sexo húmedo. Mis manos temblorosas se desasieron de su pantalón lo suficiente para que su polla saliera y con una estocada él ya estaba dentro de mí, haciéndome suya.
Gemí sobre su oído cuanto lo amaba y que siempre seria suya no importaba si estuviera casada o no.
