Especial (Baek y ShuuLee)

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-¿Qué demonios tienes en los pies, Baek?

La pregunta mañanera florece en cuanto ShuuLee inicia a limpiar el hogar. Baek está tumbado sobre la cama, envuelto en una sabana y roncando como si fuese un auto averiado. Había llegado luego de estar demasiado meses afuera, rodando una película nueva de romance y comedia.

ShuuLee lo había extrañado, claro que sí. Todas las noches lo llamó, hasta que su asistente renunciara y dijese "ShuuLee me tiene completamente cansada" y se marchara. Mas no había extrañado el hedor de sus pies. ¡Toda la habitación huele a patas! Dios mío, se había burlado de él muchas veces, pero ahora mismo le resulta espantoso. Agh! Pero así es su querido amante, tenía que acostumbrarse a ello... o comprarse una mascarilla anti-gases. Sería la mejor inversión de dinero. Es que hay que amar a alguien con aquel olor de pies para saber qué es el verdadero amor.

El castaño pica a su amante con un palillo justo en el talón, haciendo que este de un pequeño salto por la sorpresa. ShuuLee se coloca una mascarilla y lleva el cesto en la otra mano. Tiene una pose completamente anormal en el momento.

-¿Qué quieres? -cuestiona mal humorado el moreno. Lo han privado de su sueño reparador luego de estar despierto por más de 48 horas. Veía a ShuuLee borroso, con una de esas grandes camisas suyas y una mascarilla. Luce entre adorable y ridiculo de cierta forma-. ¿Qué rayos te sucede?

-Este lugar está en cuarentena debido a los olores tóxicos que desprenden tus zapatos. Ve a cortarte los pies de raíz. Sólo así puede que te salves -dice. Baek no lo piensa, le lanza una almohada al menor, que cae de bruces al suelo en un sonido sordo y brusco. Baek ríe entre dientes, adormilado, arrastrando-. ¡Baek Han!

-Cállate y déjame dormir.

-No me jodas, quiero que te vayas a lavar los pies, mierda -sigue. Baek le observa adormilado, con el ceño fruncido y notoriamente molesto. Su amante le observa en una pose totalmente diva, con las caderas de lado y la mano en ella. Demonios, ese maldito chocker sí que lo hace ver genial.

-Yo no estuve en eso cuando fui dentro del baño contigo cagando la primera vez.

-¡Dijimos que si nos amábamos tendríamos que soportar todo el uno del otro! 

-¡Entonces soporta mi olor a patas y vete a prepararme un sandiwch! Que esposa más mal agradecida, por Dios -gruñe, se tira las sabanas sobre la cabeza molesto-. ¡Vengo de trabajo! Me recibes de esta trágica manera. ¡Ash! 

ShuuLee hace de su rosada boca un puchero y con una risa contagiosa gatea sobre la cama de ambos, posicionando ambas piernas al lado del cuerpo varonil y trabajado de su moreno. Besa su espalda ahora descubierta y va mordiendo suavemente. Por alguna razón, se ha calentado luego de verlo de una manera como aquella. Lo ha extrañado, ha extrañado el sexo entre ambos.

-Tengamos sexo, Baek.

Sin embargo, su plan fue fallido. Por primera vez, luego de tantos años, la ronca y seductora voz de ShuuLee no ha funcionado en el moreno, pues este simplemente lloriquea por debajo de las sabanas y se remueve, en su lugar, tratando de deshacerse del liviano peso de ShuuLee. El menor se mueve hacia los lados con el ceño fruncido y una mueca en los labios, lentamente se aparta. Luego de un par de segundos Baek siente el sueño apoderarse de él nuevamente y sin pensar en su lindo chico toma un sueño reponedor.

*
Se despierta seis horas después, cuando un trueno retumba por las paredes de casa y lo hace sobresaltar en la cama, despertando de forma abrupta, sin un rastro de sueño en su sistema. El trueno ha sido tan potente que las ventanas de la casa vibran peligrosamente. Baek se asusta tan sólo un poco, y cubre su cuerpo mejor. Trata de volver a entrar en sueño, mas su mismo cuerpo no se lo permite. El olor del limón quemado inunda sus fosas nasales de una forma muy abrupta y el mayor ríe levemente al recordar a ShuuLee de aquella forma ese día. El chocker lo hacía ver tan precioso.

Cuando ladea la cabeza se percata de un sándwich puesto sobre un plato y suelta otra sonrisa. Con algo de pereza, estira su largo y musculoso brazo para tomarlo y comerlo de una buena vez. Sabe a gloria, el menor sabe cómo preparar sus cosas favoritas.

-Te digo que no puedo. Baek mataría a un bebé con el olor de sus patas, Sungyong -escucha la voz de ShuuLee y deja de masticar al escuchar la risa del que alguna vez fue su casi rival.

-Pero si cambias de opinión, ve a donde te he dicho. En un par de meses iré con Minki.

-¿Es legal?

-Completamente legal -ríe y Baek se pone de pie, de golpe. El sonido que hacen sus bruscos movimientos es penetrante y escucha como el silencio se instala en los alrededores. ¡Que hablen! Le ponen los nervios de punta-. Bien, creo que me voy. Dile a Hyung que te he venido a dar esa información.

-Se lo diré. Nos vemos mañana en la cafetería.

-Nos vemos. Hasta entonces, Shuushuu.

¿Shuushuu? Que apodo tan ridiculo le habían puesto a su chico. La verdad, aunque Sungyong se haya casado hace ya todos esos años, no puede evitar sentir algo de recelo cuando ShuuLee se reune con él. Siempre parecen estar hablando de cosas secretas, cosas que él no entiende y no puede formular una teoría consistente. Es por eso que Baek siempre termina enfadado solo. Ese chico.

La puerta suena, y Baek espera con los brazos cruzados y uno de esos semblantes de enfado.

-Escucha. No quisiste sexo conmigo, el que debe de estar enfadado soy yo, demonios -es lo primero que suelta su amado. Baek le observa de reojo y chasquea la lengua-. Como sea. Hyung me llamó hace unas horas. Fue con Rying-hyung a casa de sus padres, hablo de los padres de Hyung. Dice que fue horrible, técnicamente los padres de Hyung le han dicho que se olvide de que ellos son sus padres, están avergonzados de tener un hijo gay.

El semblante de Baek cambia drasticamente a uno lleno de preocupación y ShuuLee asiente con ello. Despues de todo son sus amigos. Baek más que nadie ama a Rying en modo amistoso, los años lo hacen preocuparse. Además, Baek conoce a los padres de Hyung, pues una vez fue a quedarse en su casa cuando estaba de vacaciones y se perdió junto con su dinero. 

-Esos malos padres... -murmura Baek, tratando de reprimir las palabrotas que quiere soltar en contra de aquellos-. ¿Hyung está bien? ¿No quieren nuestra compañía? -cuestiona de inmediato. ShuuLee niega de inmediato.

-De hecho, hyung me estaba diciendo que aquel rechazo no fue nada. Su relación es fuerte, no necesitan la aprobación de sus padres para seguir. Se están quedando en un hotel, de seguro teniendo sexo toda la noche.

Baek chasquea la lengua.

-Tienes razón -y se tira contra el colchón suave de su cama. El olor de ShuuLee está impregnado en las sabanas, le da un escalofrío en cuanto posa la vista en su amante, quien está sentado observando hacia afuera. Tan guapo-. Hey, hey, hey -murmura tratando de ser sexy.

ShuuLee está en un debate mental, pensando exactamente qué quiere hacer y si su vida está bien al lado de Baek. Realmente en un par de segundos puede explorar lo más profundo de sus deseos, observando futuras imágenes que se ven demasiado bien como para que puedan ser reales.

De todas maneras, viendo a Baek, ShuuLee sabe que quiere pasar toda la vida junto a él, así que chasquea la lengua el menor y coloca su puño cerrado debajo de su mandíbula, la posición que lo hace sentir mucho más cómodo, antes de decirle a Baek:

-Casate conmigo, vivamos en otro lugar y adoptemos un niño.

Behind Killing StalkingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora