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Todos los estudiantes hicieron filas organizadas al bajar del autobús, filas que costaron hacer debido al alboroto de todos.

—Bien—Habló Juliana tomando la palabra—Como saben estamos por entrar en el aeropuerto pues el vuelo ya ha llegado, vamos a entrar en orden. Cada quien lleva su boleto y han sido elegidos al azar. Así que por favor, al subir busquen su número y tomen el asiento, no se cambien con alguien más, simplemente hagan lo que les digo. Son jóvenes de diecisiete y dieciocho años que saben bien lo que hacen.

Todos comenzaron a caminar en orden hacia el avión.

—¿Qué número te tocó?—Preguntó Luna al encontrarse con Matteo.

—Doce, ¿a ti?

—Veintidós—Respondió Luna.

—Esta vez nos vamos algo separados, vamos a estar bien.

—Obvio que vamos a estar bien—Comenzó a reír mientras esperaba por su turno a subir—No es gran cosa.

Ambos subieron al avión, buscaron sus asientos y se llevaron una gran sorpresa al subir.

—¿Tú vas a viajar aquí?—Preguntó Luna, con la voz entrecortada, sintiendo como si estuviera a punto de desmayarse.

—Si, tengo el número once—Respondió el castaño, que Justo llevaba por nombre: Simón.

—Bien...—Dijo Luna tomando su asiento, volteando hacia atrás para observar a Matteo. Levantó su pulgar con una sonrisa al notar que le había tocado el asiento justo junto a Emilia.

El vuelo comenzó, el despegue no tardó mucho. Luna y Simón se mantuvieron por algún tiempo en silencio sin decir una sola palabra.

—Y... ¿Cómo has estado?—Preguntó Simón para romper el hielo.

—¿Me hablas a mí?—Preguntó Luna, nerviosa.

—Si—Sonrió de lado

—Yo he estado excelente, muy bien, ¿Tú cómo has estado?

—Yo también he estado muy bien... ¿Cómo vas con tu novio? ¿Te trata bien?—Preguntó Simón.

—¿Matteo? Matteo me trata muy bien, vamos excelente. Creo que no lo cambiaría por nada, es perfecto tal y como es.

—Me alegra escuchar eso, espero que te valoré porque de verdad eres una chica que vale oro—Sonrió Simón de lado.

—Tú... ¿Cómo estás con tu novia? Emilia... ¿Cierto?

—Si, Emilia—Volvió a sonreír—Emilia es una chica excepcional, nos entendemos muy bien y la relación es muy sana. Estoy enamorado.

—Wow, me da gusto saber que encontraste a alguien después de que tú y yo... Bueno, sabes de lo que hablo.

—Me gustaría que las cosas volvieran a ser como antes—Habló Simón.

Luna comenzó a ponerse nerviosa. No entendía eso de que "Las cosas volvieran a ser como antes" ¿A que se refería?

—¿Cómo antes?—Se atrevió a preguntar.

—Si, ya sabes... Solíamos ser buenos amigos y después de un tiempo dejamos de hablar.

—Después de todos esos rumores que se corrieron ya no supe que creer.

—No fueron ciertos, simplemente sentí que la relación no estaba funcionando del todo. No iba a ser sano para ambos.

—Pero yo te sigo...—Habló Luna.

—Tu me sigues ¿Qué?—Preguntó Simón, confundido.

—Que yo te sigo considerando mi amigo—Decidió decir otra cosa, estaba a punto de decirle que aún seguía sintiendo algo por él, pero se contuvo, no era el momento.

¿Jugamos a ser novios? ; LutteoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora