CAPITULO 37

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Sigo aquí, pensando si lograre salir, si alguien podrá encontrarme; o si este es mi final. No puedo evitar dejar que el presentimiento de que moriré aquí me agobie. ¿Qué será de mi pequeña?, ¿cómo manejaran ambos papas su rol?, ¿dejara Niall que Shawn vea a mi pequeña después de mi muerte? Tantas preguntas, unas detrás de la otra agobian mi mente, haciendo que en mi crezca a cada segundo más la angustia.

La brisa fría golpea mi cuerpo, tiemblo como si solo fuese una hoja de papel en medio de una tormenta. Ni siquiera tuvieron la decencia de ponerme algo que me protegiera del frio, pero, ¿de que decencia hablo? Si después de todo, soy su rehén. So a quien quieren torturar en busca de algo, pero aún no sé qué. Sigo tratando de indagar en mi mente, haciendo el dolor, la angustia, la debilidad de lado, para así tratar de adivinar quién podría estar haciéndome esto, o por lo menos que es lo que buscan, pero para mi suerte; no logro conseguir nada.

El dolor en mis rodillas, que llevan tocando el suelo hace ya varias horas hacen que no puede desvanecerme por completo. Mi vientre y mejillas siguen ardiendo debido al dolor. Eh intentado abrir mis ojos por completo, pero apenas lo consigo.

Una vez más, el ruido de un coche a fuera se hace notar, y no puedo evitar que el pánico se apodere de mí. Las voces se escuchan por el pasillo hasta llegar a la puerta del cuarto donde me encuentro. El rechinar de la puerta suena, indicando así que están entrando al mismo sitio que yo, alguien camina hasta muy cerca de mí y enciende el pequeño velador. Mi visión débil observa a un chico, su piel es de color blanca pálida, sus cabellos son de color azulado y sus ojos de color verde, un verde claro, capaces de hacer que te pierdas en ellos. Me impresiona la cantidad de perforaciones en su rostro y los innumerables tatuajes en sus brazos y cuello, apuesto que en su torso también tiene.

Se acerca hasta mí y con mucho cuidado suelta mis manos de las esposas, un gemido ahogado de dolor es escuchado en la habitación.

- ¡Lo lamento! Exclama.

¿Acaso eh escuchado bien? Este chico se ha disculpado por causarme un dolor, que en teoría no es su culpa. ¿Pero cómo, o, mejor dicho, por qué? Jamás creí que las personas que quisieran causarte daño se disculpen por hacerlo. Me sujeta para que no caiga al suelo, y entonces me viste con una camisa algo vieja. Me carga en sus brazos con mucha delicadeza y me coloca en la silla en la que me encontraba antes.

Veo cómo va hacia a fuera nuevamente, y después de unos momentos regresa a la habitación con unos paños y una fuente de agua. Al llegar hasta mí, empapa uno de los paños en el agua y después le hecha un poco del remedio en sus manos y así, comienza a desinfectar las heridas. La sangre de mi nariz y de mi boca, al cabo de varios minutos desaparecen, pero aún se perciben los moretones.

- ¡Por qu... ¿Por qué haces esto? Cuestiono en un tono casi inaudible. Mis palabras no parecen sorprenderlo, así que dirige su mirada hacia mí.

- ¡Porque estoy aquí para ayudarte! Responde serio.

- ¿Por qué? Pregunto una vez más.

- ¡Complicado de explicar! Dice y se pone de pie.

- ¡Soy capaz de entenderlo! Respondo insistente.

Se voltea y con una dulce sonrisa responde.

- ¡Con los golpes que traes encima, ¡No lo creo!

Entonces otras voces se hacen presentes, al notar la presencia de varios hombres, el chico a mi lado cobra una postura tensa y alerta. Mi visión capta la imagen de varios hombres que entran a la habitación, uno detrás del otro, para mi suerte el último en entrar es el tipo desagradable, el tal Scott. Se acerca lentamente y me observa a detalle.

La Niñera Del Pequeño Theo Horan.... 2 Segunda temporada!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora