Puestos

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Y así fue como salí de la central...


Teniendo como nuevo compañero al ser más agradable en todo este mundo, si es que se puede notar mi uso exagerado del sarcasmo al decir aquellas palabras.
El pequeño hombre iba delante de mí mientras buscaba su auto en el estacionamiento para dirigirnos a un nuevo caso que había surgido hace un par de horas el cual Folwer directamente nos obligó a asistir.


──¿Qué coño haces, donde está tu auto? ──Pregunté en un todo muy frío evitando hablar más.


── No tengo auto, iremos en mi moto ──Contestó seguro y firme.


──Debes estar de broma, somos detectives no una banda de motorizados!


──Pues que lastima por ti, porque iremos en la moto.


──Ja, ja, ja.... Por supuesto que no, vamos a por mi auto mejor


En el momento en que iba a girarme en dirección a mi auto sentí como sostenía mi antebrazo evitando que me moviera más.


──Ya está decidido, nos vamos en la moto punto y pelotas ──Pude ver su rostro aún más furioso que antes, pareciera estar a punto de experimentar una rabieta.


──Repite conmigo, me-vale-tres-hectáreas-de-mierda ──Hice énfasis mientras decía con cuidado esas palabras, sabiendo que se iba a colocar aún más molesto.


──¡Bien! Vayamos en tu auto mediocre...


Reconociendo mi victoria caminé en dirección a donde había aparcado el auto el cual sonó apenas presioné el botón de la llave. Al llegar abrí la puerta de copiloto para poder entrar cuando fui detenida por la voz del castaño.


──Oh no, no... Yo conduzco.


──¿Conducir mi auto? JA, sigue soñando ──Repliqué sarcástica.


──No todo se hará como tú mierdas quieras, bájate de esa maldita nube.


──No estoy en ninguna nube, solo no quiero que cojas mi auto para conducirlo.


──A la mierda contigo, dame las putas llaves.


El hombre se acercó bruscamente a mí he intentó quitarme las llaves de las manos, pero con cierta fuerza intentaba evitarlo. Dios, era más fuerte de lo que aparentaba y a su vez un gran rival a la hora de pelear por las llaves del auto.


Como si fuese un mal competidor me dio un fuerte golpe en la canilla de la pierna logrando desestabilizarme al instante y soltar el agarre logrando que él tomase las llaves y entrase al auto. Me sentí frustrada, era como estar con un tipo en sus veinte que a duras penas había logrado pasar la pubertad.


Entré al automóvil y me senté en el asiento del copiloto cruzada de brazos con una visible frustración, estaba cuestionándome en sí arrancarle la cabeza al niñato que tenía a mi lado. Él simplemente encendió el motor y nos dirigimos al lugar del crimen el cual parecía ser muy superficial y sencillo, al menos saldríamos temprano esta noche.

...


En todo el trayecto nos mantuvimos en el absoluto silencio el cual era cada vez más fuerte de no ser por el sonido de las ruedas pasar por el asfalto. Mi cabeza era un mar de pensamientos en ese instante pues todo lo que estaba sucediendo y lo que iba a suceder me abrumaba ¡Joder! Llevaba más de tres años con Hank siendo su compañera de trabajo incluyendo los meses en que estuve de cadete, era injusto que de la noche a la mañana me cambiaran por un estúpido androide de mierda!... Dios debería calmar mis pensamientos, Connor no es el culpable realmente... Ya estaba comenzando otra vez a buscar malos en esta historia.


Y de la nada escuché como el hombre tocaba con absoluta confianza el reproductor de música y lo conectaba con su móvil ¿Quién se cree que era para hacerlo? Quería gritarle en toda la cara por hacer semejante cosa hasta que comencé a escuchar la primera canción que comenzó a sonar.

─ ¿She's got balls, AD/DC? ─Solté de la nada mientras evitaba dirigirle la mirada por completo, solo observándolo por el rabillo del ojo.

──Ajá ¿La has escuchado? ──Preguntó un poco desorientado, su expresión dura y firme había cambiado por una de extrañeza.

──Un par de veces, sí... ──Volví a contestar de forma borde mientras me cruzaba de brazos he intentaba mirar a otro lado para no tener que dirigirle más la palabra.

Así mismo hizo él, obtuvo de nuevo su gesto de asco y desagrado mientras seguía conduciendo.

𝑭𝑼𝑪𝑲𝑰𝑵𝑮 𝑱𝑬𝑹𝑲 ─  Gavin ReedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora