Imbécil

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¡¿Qué cojones!?

─ Hank baja la putisima voz!!... Dios.

Sábado por la mañana y ya deseaba morirme nuevamente, en un momento de delirio llegué a cuajar en mi cabeza la idea de contarle todo lo sucedido con Gavin ayer noche a Hank pues imaginaba que me ayudaría a razonar de una puta ves. Me equivoqué, esto no son dramas adolescentes y él no es mi psicólogo. En esos momentos mi capacidad de razonamiento era similar al de un pez.

─ ¿Me estas tomando el pelo, no?

─ Por qué coño te tomaría el pelo con semejante gilipollez? ─Solté un gran suspiro mientras colocaba mis manos encima de mi rostro cubriendo el mismo.

─ Es irreal aun más cuando se trata de ti y ese imbécil, por favor, que hace tres meses se odiaban a muerte! ─En cierta forma se le veía molesto, lo entendía, estas cosas no son fáciles de digerir.

─ Venga ya... Solo fue un beso-...

─ Y me lo creí -Bufó mientras se cruzaba de brazos, a pesar de tener su típica cara de oler mierda reía de ves en cuando sobre la situación.

Gruñí al escuchar sus palabras, me encontraba ciertamente frustrada ya que estaba actuando de la manera que más aborrecía, maldecía una y otra ves a ver salido aquella noche con él, sentía que si eso no hubiera pasado mi mente no se encontraría tan saturada como en estos momentos.

─ Pues mira quién acabó de llegar, y con una sonrisa jo! ─Sentí una palmada en mi hombro por parte de Hank, al quitarme las manos del rostro busqué con la mirada a aquel que nombraba.

─ Mierda...

Así era, Gavin acababa de llegar a la estación con un café en mano y una pequeña bolsa de papel en la otra, lo más probable es que comprara su desayuno en alguna cafetería cercana pues siempre traía su propia comida desde su casa (¡Mierda! ¿Como coño sé esto?!). Tragué un poco de saliva imaginando las mil y un escenarios incómodos que podrían presentarse cuando tengamos que hablar cara a cara.

─ Puedes pensar en decirle un ''Buenos días querido compañero'' para empezar bien la mañana ─Bromeó de forma lerda el de mayor edad que parecía estar complacido por toda la situación.

─ ¡¡Hank ya déjate de gilipolleces!! ─Grité golpeando la mesa mientras me contenía las ganas de insultarle aun más.

No me había percatado del todo pues la mayoría de oficiales que se encontraban cerca y incluso androides a servicio voltearon a verme por aquel grito tan... Raro. Entre esos se encontraba el rey de Roma por supuesto que miraba en nuestra dirección bastante confundido, aclaré mi garganta y volví a mirar a aquel viejo que parecía estar en contra mía (que dramática).

─ Me siento como una imbécil... ─Comencé a darme pequeños golpecitos en mis rodillas como notorio signo de ansiedad, me sentía bastante peculiar, imposible explicarlo con palabras y aun peor con mi básico conocimiento de la lengua.

─ Eres una imbécil, todos en esta maldita sala somos unos imbéciles.

─ Que buen apoyo, Hank.

─ Lo sé.


(...)


Eran casi las dos de la tarde cuando uno de los oficiales que suele ayudarme con los informes me notifica que antes de seguir con el próximo caso debía ir a hacer una visita con los afectados del ultimo, nada del otro mundo por supuesto, a pesar de que se tratara de un caso muy poco agradable y muy difícil de tratar me sentía como siempre; dispuesta a hacerlo rápido he irme a mi casa.

Realmente pensaba que lo haría solo pues en anteriores ocasiones Gavin y yo nos poníamos de acuerdo para ir un día él y otro día yo, pero esta ves ni siquiera se habló; Ni nos habíamos saludado en toda la mañana pues por mi parte la vergüenza era más grande que el edificio entero.

Miré por ultima ves las notificaciones de mi móvil para seguidamente bloquearlo, lo coloqué en el bolsillo de mi pantalón y acomodé un poco mi uniforme para partir a hacer las revisiones, antes de apagar mi monitor escuché claramente el sonido de unos zapatos golpear el suelo aproximándose a mi despacho, al levantar mi mirada y ver de quien se trataba primero me topé con un vaso desechable con café que había sido colocado al instante; Gavin llevaba dos cafés, se encontraba bastante relajado y bebiendo el contenido de uno de esos vasos mientras el otro se encontraba aun en mi escritorio.

─ Te compré un café, imagine que lo necesitabas ─Su actitud era relajante, su voz calmada y sosegada, como si no hubiera sucedido realmente nada.

─ Gracias ─Contesté rápidamente sin expresar nada más, le dirigí una pequeña sonrisa que intentaba ser agradable, sin embargo más profesional.

─ Francis ya me notificó sobre las revisiones ¿Vas tú hoy, o yo?

─ ¿Por qué no vamos los dos? ─Apenas me di cuenta de lo que había dicho me di mil golpes a mi misma mentalmente, era tan masoquista?

Aunque tardó bastante en contestar su expresión no se quedó atrás, parecía estar asombrado por mis palabras, aun más por la forma de hacerlo tan ligero.

─ Claro, por supuesto.





𝑭𝑼𝑪𝑲𝑰𝑵𝑮 𝑱𝑬𝑹𝑲 ─  Gavin ReedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora