Capítulo 8_Mod

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Descargo de responsabilidad: Los personajes de Victorious no me pertenecen.

Capítulo 8

Pov Tori

El frío de la mañana provoca que me acurruque más al cuerpo junto a mí. Quiero seguir durmiendo, pero en unos minutos la alarma sonará. Es día de escuela por tanto debo alistar a Becka. Alzo mi rostro y puedo ver lo tranquilo que duerme, Beck. Con pesar me desenvuelvo de su abrazo. Me pongo mi bata y detengo a tiempo el molesto sonido del reloj.

Hago mi aseo personal para luego caminar al cuarto de mi bebé. Es una lucha levantarla, no entiendo como Jade lo hacía tan fácil – Bebé – despacio comienzo a moverla. La muy majadera me da la espalda, alejándose. Se me escapa otro bostezo y así me paso diez minutos sacudiendo a Becka hasta que logro despertarla. A regañadientes se deja cepillar los dientes – Vamos a vestirte – saco su uniforme del armario.

- La ducha – refunfuña metiéndose nuevamente al baño. Cedo ante ella y le pongo el agua a una temperatura adecuada. – me baño sola – todos los días son los mismos berrinches. Pasan diez minutos y al ver que aún no se enjabona el cuerpo, lo hago yo.

- Debo secarte – la regaño cuando se va de mí – ¡Te vas a resfriar! - No sé qué le pasa últimamente. Se opone a que la ayude.

- Yo sola – esta vez no la complazco. Aunque empiece a llorar, la seco yo. Se nos está haciendo tarde y no he preparado el desayuno.

- Vamos a ponerte el uniforme – la halo sin lastimarla. Me las ingenio al vestirla. Ella protesta pero no le hago caso – ahora a peinarte – la alcanzo por el pasillo con peinilla en mano. Al fin se queda quieta, termino de hacerle su lazo y caigo en cuenta de donde está su mirada. – Está dormido – pienso que es lo que quiere saber. Casi no pestañea viendo la recamara de Beck y mía. Algunas veces, como hoy, hace eso.

- Quiero a mi mamá Jade – dibuja su tierno puchero.

La cojo en mis brazos llevándola a la cocina. La siento con cuidado en su sillita. Evito darle pie a esa conversación. Ella termina llorando, y yo sintiéndome culpable y perdida.

- Te haré hotcakes – le hago cosquillitas, pero no ríe - ¿No quieres? – me sorprende puesto que ama las tortitas.

- Las tuyas no me gustan – recuesta su cabeza en la mesa. Estas situaciones me abaten, no se me ocurre cómo manejarlas.

Opto por hacernos de comer rápidamente. Dejo en el microondas el desayuno de Beck, y llevo el mío y el de mi hija a la mesa. Le pongo su jalea favorita y le hago señas que coma – Rebecka – la reprendo suavemente porque ha hecho a un lado el plato que le serví – No puedes irte con hambre a la escuela – corto pequeños bocados y prácticamente la fuerzo a comer. Veo la hora y es más que seguro que llegaremos atrasadas. Le enjuago la boquita y reviso que no se haya ensuciado. Una vez comprobado salimos de casa, y la embarco en el coche.

- ¿Vas con pijama? – su pregunta me frena y veo mi ropa, no me he cambiado.

- Mierda – la escucho reírse y corro a ponerme decente raudamente. Con muchos más minutos de retraso, partimos a la escuela.

En el trayecto, Becka vuelve al silencio. Pensé que con su pequeña burla estaría más animada, pero me equivoqué – Hoy iré a la galería en la tarde, ¿vienes conmigo?

- No quiero – La espío por el retrovisor y sus ojitos siguen perdidos en la carretera.

- No te puedo dejar sola en casa. Beck se va al trabajo y yo también debo ir al mío – le explico.

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