Y tienes esa parte de tu vida donde por amor fuiste salvajemente lastimada. Pero luego pese a que corres el riesgo de que vuelva a ocurrir, te atreves a amar de nuevo.
Descargo de responsabilidad: Los personajes de Victorious no me pertenecen.
Capítulo 2
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Un atractivo cuerpo ligeramente bronceado se movía al son de la cámara. Las posturas cambiaban a menudo para la secuencias de fotografías que estaban preparando. Varias de las personas en el estudio quedaban fascinados viéndola trabajar y otros prendados por su belleza. Uno de ellos, el joven de ojos color ámbar.
- ¡Descanso! – gritó el encargado de la sesión.
- Para ti – se acercó Justin West a la modelo con una botella con agua – Llevo un año completo viéndote hacer esto y me sigues encantando – halagó con una enorme sonrisa.
Nara se ruborizó y prefirió hidratarse. Aunque fuera extrovertida y espontánea, algunas veces los cumplidos la abochornaban – Exageras – respondió después de beber la mitad del contenido.
- ¿Salimos esta noche? – se apresuró a decir al notar que otra de las modelos la llamaba.
- Justin, no creo que sea buena idea - reflexionó – La prensa ya nos inventó un falso romance y no quiero más chismes – enfatizó algo molesta. Procuraba mantener su vida privada para ella y evitaba en lo posible dar de qué hablar.
- Sabes como es el medio, guapa – colocó el mechón suelto del cabello tras su oreja – Además, quizás se termina haciendo realidad – sobó su mejilla. Esa chica le gustaba tanto, aceptó.
La ojiazul se removió incómoda – Tienes mi amistad, Jus.
- No me rendiré – afirmó decidido. Cuando un West fijaba un objetivo, lo conseguía.
- No me involucro con la gente que trabajo, te lo dije.
- Siempre hay una primera vez.
- No estoy interesada. Ahora si me disculpas... – se excusó y caminó presurosa donde la rubia que la llamó anteriormente.
- El galán te tiene ganas – molestó codeándola suavemente – Le gustas.
- Es mi amigo, Cara – rodó los ojos aburrida – Además no me gusta de esa forma – Reconocía lo atractivo y encantador que era Justin West, pero netamente le interesaba en el plano de amistad.
- Y porque no es una chica – agregó bajando un poco la voz.
- ¡Cállate! – la regañó y la haló hacia el set de maquillaje que estaba vacío – nunca más vuelvo a contarte nada – se arrepentía haberle confiado hace unos meses las dudas respecto a su sexualidad – amo a los chicos, solo que espero al indicado...Lo que te dije fue una tontería – alegó para convencerla.
- Te engañas a ti misma. He visto como admiras a las féminas, con ojos hambrientos...¡Auch! – se quejó al ser golpeada en la cabeza.
- Solo admiro. Ver la belleza en los demás no tiene nada de malo – contestó sonrojada.
