Capítulo 30

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Descargo de responsabilidad: Los personajes de Victorious no me pertenecen.

Capítulo 30

Nara revisaba su atuendo sigilosamente. Había escogido para la reunión familiar, una de sus creaciones veraniegas. El vestido de colores oscuros poseía un ligero escote en la espalda, y llegaba un poco más arriba de las rodillas. Pese a tener mangas largas, la tela con el que fue confeccionado, era fresca, permitiendo elegancia y comodidad. Acompañó su indumentaria recogiéndose el cabello en un peinado sencillo, y en sus pies, unos tacones negros.

Estaba nerviosa, y aunque Jade le dijo que no tenía de qué preocuparse, lo hacía. Deseaba entablar una buena relación con ellos, por Jade, por el intento de reconstruir su familia. No olvidaba el daño que le causaron, pero si la misma agraviada los perdonó, la apoyaría.

- Estás preciosa - la voz de la ojiverde, la sacó de sus cavilaciones. Rió a través del espejo, y se acurrucó en el abrazo por la espalda que ésta le daba. - Tenemos tiempo para un rapidito... - la tentó besándole el cuello expuesto. Su cuerpo irremediablemente se estremeció por las caricias.

- Casi no hemos dormido, eres insaciable...

- Es tu culpa. Me hiciste adicta a ti. - la giró, robándole un tierno beso.

- Ya estamos listas...es mejor que nos vayamos. - murmuró echándole un vistazo. Verla toda sexy con esos jeans ajustados y su chaqueta de cuero, la estaban haciendo replanteárselo.

- Siente - la provocó poniendo su mano sobre su polla que se estaba endureciendo. La noche anterior, pese al cansancio del viaje, hicieron el amor un par de veces, y en la mañana, una vez más. Se sentía como colegiala cachonda que tuvo su primera vez y quería hacerlo a cada momento, pero no podían culparla. Con una mujer tan hermosa como Nara, le era imposible estar quieta. Y más allá de eso, cuando lo hacían, sus cuerpos y mentes se conectaban a un nivel mayor que solo placer y lujuria. Definitivamente, era el amor experimentándolo como nunca.

- Tal vez...

- Chicas, las estamos esperando - la voz de Quinn, las interrumpió.

Jade bufó exasperada. Su amiga tenía habilidad para estropear momentos.

- Ya vamos - contestó, Nara.

- La quiero ahorcar.

La ojiazul, se carcajeó. - La amas, además, me cae muy bien. - El día anterior, Jade, la fue a recoger con sus amigos al hotel donde aguardaba. Apenas los conoció, le transmitieron buena vibra, y simpatía. Eran amables, agradables. Y más allá de cualquier otra virtud, siempre les agradecería por rescatar a su amor.

Ambas mujeres se dirigieron al parqueadero trasero de la casa, donde la pareja los esperaba. Logan les haría el favor de llevarlas hasta la mansión.

- ¡Me encanta tu vestido! - halagó Quinn, haciendo que Nara se de una vuelta. - El diseño es muy bonito.

- Y prepárate para lo que viene - expresó, Jade, en mención a la futura empresa de ellas. Nara asintió cómplice dejando despistados a sus amigos.

- No entiendo de qué hablan...mejor... ¿Me regalas una foto? - propuso, Logan, sacando su móvil.

- ¿Otra? - se quejaron irritadas, las mayores.

- Soy su fan - aclaró sonrojado.

Nara, sonrió divertida. - ¿Y si nos tomamos una selfie, los cuatro? - propuso. A gusto con la idea, se tomaron la primera foto de lo que sería los inicios de una gran amistad.

(...)

Beck, lucía desanimado, sin embargo, las mujeres importantes de su vida ignoraban ese detalle. Ansiaban ver a Jade y era lo único, que, al parecer importaba.

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