Y tienes esa parte de tu vida donde por amor fuiste salvajemente lastimada. Pero luego pese a que corres el riesgo de que vuelva a ocurrir, te atreves a amar de nuevo.
Descargo de responsabilidad: Los personajes de Victorious no me pertenecen.
Capítulo 16
Pov Jade
Hundo mi nariz en el cuello de Nara disfrutando de su maravilloso olor. Me aferro a su cintura atrayéndola todavía más a mí. Es un sueño hecho realidad tenerla entre mis brazos, así como la existencia de mis hijos. Ellos son el mejor regalo que la vida me pudo haber hecho, y a diferencia de mis errores pasados, estoy dándonos la mejor versión de mí.
Han transcurrido dos semanas desde la partida de Liam y su familia a París. Las cosas no se han calmado del todo, pero la única entrevista que dio Nara a la prensa, cayó a muchos. La mayoría de sus fans le transmiten su apoyo constantemente por redes sociales, y aunque no faltan los mensajes insultantes y desagradables de algunos haters, pesa más la buena vibra.
Solo nos falta un asunto por finiquitar y es el divorcio de mi mujer. El idiota de Derek se ha negado a la petición, sin embargo, mis abogados están haciendo todo lo posible para librarnos de él. Ayuda mucho que Nara haya firmado acuerdos prenupciales propuestos por ella misma, y que mis hijos no tengan su apellido. Cuando me enteré de aquella noticia, me alegré tanto, y más aún cuando aceptó ponerles el mío. Oficialmente ya son Landon y Sophie West Van Der Woodsen.
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- ¡Jade! – Escucho la susurrante voz de mi hija en mi oído. Espero que pronto ella y su hermano me llamen mamá. - ¡Tenemos hambre! – Ríe despacito.
- Mmmm – Murmuro soltándome de Nara. Abro un ojo pillando de cerca su carita. Esos ojazos azules iguales a los de su madre me cautivan. – Buenos días, princesa. – Beso su mejilla sonrosada.
- Buenos días.
- ¿Y tu hermano? – Por lo general ambos vienen a despertarnos.
- Está al teléfono.
- ¿Con quién habla? – Cuidadosa termino de levantarme. No quiero despertar a Nara dado que nos dormimos hace unas horas. El recuerdo de nuestra madrugada manda un escalofrío placentero a mi cuerpo. Desde aquella noche en mi despacho, no ha faltado un día en que no hayamos hecho el amor. Corrección. Madrugadas. Nos cercioramos de que los niños estén profundamente dormidos y al terminar, nos vestimos para evitar cualquier escena difícil de explicar.
En compañía de Sophie, salgo a la sala y compruebo lo que me ha dicho. - ¡Hola, Jade! – Saluda Landon sosteniendo todavía el teléfono en su oreja.
- Hola, cariño. – Beso su cabeza. Le extiendo la mano para que me lo entregue. – ¡Adiós, Vitoria! – Frunzo el ceño reparando en lo que ha dicho.
- ¿Me dan un momento? – Les digo. Ambos no se mueven y me miran con su ceja alzada. ¡Dignos hijos míos!
- ¡Tenemos hambre! – Repite Sophie.
- ¡Es cierto! – Se cruza de brazos Landon.
- Lo sé, corazones. Colgaré en seguida. Lo prometo. Espérenme en su habitación.
