DÍA 10

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Maratón 2/4

[HANEUL]

Las palabras de Jeno no se me iban de la cabeza, ¿iban en serio? Esperaba que no, no querría tener que destrozar su burbuja.

—Haneul ¿en qué piensas? —me preguntó Jimin preocupada— Llevas así toda la mañana, ¿pasó algo en casa?

—No, estoy bien. Pero tengo que deciros algo a ti y a Joohyun.

—Vale, ¿seguro que estás bien?

—Que sí.

—Jimin, a corregir. —Nos interrumpió el profesor.

Que suerte que no me preguntó a mí, me faltaba la mitad de la tarea.

—No hay nadie por aquí, dinos que te pasa.

Estaba sentada en frente de mis dos amigas, su mirada de preocupación me hizo darme cuenta de cuanto me querían.

—Ayer quedé con Jeno-

—Ayer ¿qué? —preguntaron a la vez— ¿Y no nos contaste?

—No le veía la importancia...

—¿Cómo que no? —gritó Jimin más de la cuenta— Te encontraste con Jeno después de que acabaran las clases y no le sacaste los ojos.

—Si te sirve de consuelo, casi lo hago.

—Casi. ¿Lo hiciste? No.

—Bueno, ¿y qué pasó? —gracias Joohyun por hacernos volver al tema.

Les conté todo lo que pasó y me miraron raro.

—¿Qué pasa? —se miraron y Joohyun contestó.

—Bueno, en lo de Gahyeon tenías razón aunque no debías haberla pegado. Pero estás siendo mala con Jeno.

—¿Y? Él tampoco quiere contarme toda la verdad, como quieres que le crea en lo que me dice si no quiere decírmelo todo.

—En eso tienes razón, pero cuatro de cada cinco veces que habláis acabas gritándole. No entiendo como se sigue acercando a ti después de todo.

—Quizá le gusta.

—Bonita imaginación Joohyun. Créeme, eso es imposible.

—Será imposible para ti, pero no sabes lo que pasa por su mente. En realidad creo que podría ser, es bastante probable. ¿Jimin? ¿Una apuesta?

—Vale, yo creo que no va a pasar nada.

Hicieron su apuesta y después de unos minutos intentando sacarle esa idea a Joohyun de la cabeza oí mi nombre.

—¡Jaehyun! —dije corriendo hacia él y le di un abrazo— ¿Qué haces aquí?

—Vengo a recogerte, vamos a dar una vuelta.

—Vale, tengo que recoger a Cereal. Ahora vuelvo.

Me cogió la mochila y fui a la clase, solo había una persona. Intenté que no se diera cuenta de que había entrado pero me llamó.

—Haneul. ¿Puedes venir un momento? —me acerqué a él contra mi voluntad y señaló un ejercicio— ¿Cómo se hace?

Le expliqué el ejercicio y me dio las gracias. Pensé en lo que me dijeron mis amigas y después de coger el muñeco me volví a acercar.

BABY - L. JENODonde viven las historias. Descúbrelo ahora