Capítulo 2

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Magnus se había tomado su primer día libre el cual ocupamos en terminar de ordenar de una vez la casa, hicimos limpieza del piso, baño y hasta de los ventanales, ya que el polvo reinaba en estos.

En este momento Magnus ordenaba su oficina mientras yo permanecía sentado en un sofá que él no dejaba de cambiar de lugar. Indeciso por la comodidad del lugar Magnus me paseaba por la habitación mientras yo intentaba descansar.

-¿Puedes parar? El sofá quedaba bien en la esquina de allá y no me dejas descansar-
Magnus dejó de arrastrar el sofá y me miró fijamente.

-Si tan cansado estás vete a dormir al cuarto Alexander-

-Pero te quiero acompañar-
Hice un pequeño puchero que lo hizo rodar los ojos simulando fastidio.

-Eres como un chicle-

-¿Delicioso y masticable?-

-No, pegajoso y difícil de sacar-

Me hice el ofendido y golpeé su hombro haciendo que suelte una risa.

-Sabes que te amo Garbancito-

-Sibis qui ti imi girbinciti-
Lo imité divertido para salir de la oficina y dejarlo ordenar en paz.

Lo que amo de esta relación, es que nos tomamos las cosas muy a la ligera, es decir, sabemos cuando estamos bromeando y cuando no. Por lo general nos reímos uno del otro, pero es de lo más sano, porque sabemos que nos amamos y que nunca buscamos herir al otro.

Salí al balcón principal, el día estaba completamente soleado y no tan caluroso, el tiempo ayudaba mucho con nuestro ánimo de ordenar. De seguro si llovía estaríamos mirando alguna serie acostados mientras comemos comida chatarra.

Me apoyé en el barandal mirando la ciudad, los autos iban uno detrás del otro, algunos tocando bocina desesperados por avanzar, las personas caminaban por la calle hablando por sus celulares o haciendo compras, enfrente del edificio se encontraba otro muy similar, sólo que este tiene 10 pisos más que ese, así que resumiendo, tenemos vista hacia la azotea.

El suave viento movía mi cabello mientras apreciaba los detalles de la calle de abajo, intentando memorizar los comercios e incluso las cosas llamativas con las que me pudiera orientar para volver a la casa.

-Oh mierda-
Esa voz...

Todos mis músculos se tensaron al instante que lo escuché, mis ojos miraron un punto fijo en completo shock por varios segundos mientras mis temblorosas manos apretaban con fuerza la baranda.

Tomé valor para finalmente girar la cabeza y encontrarme con el mismísimo Jonathan Herondale.

Este me miraba de arriba abajo queriendo apreciar las diferencias que había tenido durante la pubertad, mi cabello más oscuro y largo, mi "barba" recién afeitada y mi altura.

-Ya terminé de ordenar...-
Magnus me miró confundido, yo no respondía ni me movía por lo que decidió mirar donde yo.

-Hijo de puta...-
Magnus intercambió miradas con Jace, sólo que éste luego de una simple ojeada volvió la vista a mí.

Magnus gruñó totalmente enojado y se puso delante mío, a pesar que mi altura era más alta, la de él seguía siendo mayor, intentando cubrirme de Jace sólo se limitó a acercarse a la baranda más cercana al balcón del rubio y lo fulminó.

-No te atrevas a acercarte a él, Herondale. Otra rinoplastia te vendría muy bien y estoy completamente dispuesto a ayudarte a conseguirla.-
Lo señaló provocando una risa por parte del rubio.

-Es un riesgo que vale la pena correr-
Miró detrás de él guiñandome un ojo para luego meterse en su apartamento.

Magnus negaba enojado y se volteó a mirarme.

-Mierda-
Murmuró entrando al apartamento seguido de mí. Cerré la puerta con tranca y suspiré buscándolo con la mirada.

-¿Amor?-
Caminé hacia su oficina suponiendo que ahí se encontraba hasta que mis pasos se vieron interrumpidos por una llave sacudiendose.

Corrí a la entrada principal y me lancé contra la puerta antes que pudiera abrirla.

-¿Qué piensas hacer?-
Me miró con el ceño fruncido.

-Partirle la cara a ese idiota-
Intentó moverme pero me resistí poniendo la tranca a la puerta.

-No voy a dejar que malgastes el tiempo así-
Lo tomé por la cintura intentando dirigirlo hacia la cocina.

Magnus intentaba sobrepasarme pero yo esquivaba sus intentos de escape mientras lo hice meterse a la cocina.

-Alexander, sabes que ese idiota podría intentar algo contigo otra vez-

-No es seguro, no lo hemos visto en años-

-¿Acaso no viste cómo te estaba mirando?, Alec te estaba violando con los ojos carajo no se lo voy a permitir-

-Amor ya cálmate. Quizá lo haga para molestarte, no lo provoques.-

Magnus suspiró abrazándome por la cintura y dejó un pequeño beso en mi frente.

-Bien, pero necesito saber si ese idiota demuestra querer algo contigo cuando yo no esté Alec. Necesito protegerte de él y de cualquier idiota así que por favor avísame si algo pasa.-

-Sé defenderme Magnus-

-La única vez que te defendiste fué cuando te dí una nalgada y me la devolviste-
Sentí mi cara ponerse caliente a modo de sonrojo.

-Fué hace 3 años Magnus, superalo-

-Nunca se olvida la primera nalgada-
Comencé a reír a las carcajadas, era estúpido pero muy lindo.

Tan solo 4 días para empezar la Universidad de nuevo.

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Lamento que estos capítulos no hayan sido muy creativos :((

Sinceramente no sabía cómo empezarlos ni como relatarlos.

Prometo que de ahora en adelante serán más divertidos y llenos de drama como les gustan^^

Salvado Por ¿¡Mi Esposo!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora