Capítulo 21

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Simon arreglaba el moño de mi traje ya que luego de que yo lo intentara unas 10 veces me estaba ahorcando y se veía mal.

-No puedo creer que no hayas practicado arreglarte el moño cuando se acercaba tu boda.-
Murmuraba entre enojado y concentrado.

Yo solo podía centrarme en recordar mis votos, luego de tanto tiempo, en tan sólo una hora estaría en el altar frente a él, sellando la unión más importante de nuestras vidas, por lo que si, estaba super nervioso.

No irían muchas personas, quizá algunos compañeros de Magnus, algunos que hemos hecho durante el tiempo, Asmodeo e incluso vendrán Lucian y Jocelyn, padres de Clarissa.

Pero lo que me preocupaba no era las personas que fueran o no, lo que me preocupaba era el hecho de estar frente a él y poder expresar lo que siento y las razones por las cuales quiero pasar el resto de mi vida con él.

-Bien, Alec, te ves genial. Ya es hora, vamos-
Salimos del cuarto que proporcionaba el instituto por cada novio y caminamos por los pasillos.

-Estoy muy nervioso-
Murmuré buscando algo de apoyo.

-No lo estés, ustedes dos se aman verdaderamente, todo saldrá bien-
Sinceramente me había hecho sentir bastante mejor.

Pronto me vi parado frente a la puerta principal, mientras escuchaba algunas personas hablando y la música comenzaba. Y ni bien las puertas se abrieron caminé a paso lento hacia el altar saludando a algunos invitados con un simple gesto de cabeza.

Flores azules y amarillas eran las que decoraban los grandes jarrones del lado de cada novio, Clarissa fotografiaba desde el altar mi camino hacia el mismo, o grababa, no lo sé.

Las personas presentes miraban enternecidas como estaba cada vez más cerca del amor de mi vida.

Pero al mirar hacia el altar mi mundo se dió vuelta.

Magnus vestía un traje negro ajustado y bastante elegante, se encontraba nervioso según pude deducir por como jugaba y apretaba sus manos, pero aún así se veía expectacular.

Tomé su mano, la cual compartía mi nerviosismo al temblar, me paré delante de él sin interesarme en las personas alrededor de nosotros.

En este momento éramos él y yo. Juntos contra todo.

Luego de unas palabras provenientes del hombre encargado de casarnos, Magnus dijo sus votos, los cuales habían sido similares a los de la propuesta, escuché sus palabras como si fueran música, como si fueran el más delicado y precioso poema que se podría haber creado jamás.

-... Y agradezco todos los momentos que hemos pasado juntos, buenos y malos. Contigo he aprendido lo que es vivir y no dudo querer hacer esto contigo por el resto de nuestras vidas.-
Finalizó sus votos, me tocaba a mí.

Aclaré levemente mi garganta por el nerviosismo y al mismo tiempo pensando en mis palabras.

-Bien, Magnus Bane. Hace unos 6 o casi 7 años, mi vida era una pesadilla, vivía en miseria por problemas personales e historias que tú y más que nada yo conocemos muy bien. El primer día de nuestro último año fue el mejor día en mi vida, porque llegaste tú, El chico nuevo, y te preocupaste por mis malestares, estuviste todas las veces que te necesité y que te necesito y es la razón por la que te amo. Porque me aceptaste con mis miedos e inseguridades, me ayudaste a salir de un infierno y nunca voy a tener las palabras para agradecerte por todo lo que has hecho por mí. Salvaste mi vida, Magnus Bane, y como agradecimiento quiero casarme contigo y pasar juntos por el resto de nuestras vidas, porque es lo que más deseo en este mundo.-
Terminé de hablar viendo como sus mejillas estaban húmedas por pequeñas y muy delgadas lágrimas.

Luego de unos segundos de silencio y una sonrisa mutua, el encargado de casarnos llamó por los anillos.

Simon se acercó a nosotros con una cajita negra, que al abrirla contenía dos hermosas alianzas de un color dorado brillante.

-Ahora, Magnus, pon el anillo en la punta del dedo anular de Alexander y repite después de mí-
Así lo hizo, y luego de escuchar al hombre, repitió.

-Yo , Magnus Bane, acepto a Alexander Gideon Lightwood como mi esposo, para amarlo y cuidarlo hasta que la muerte nos separe.-
Dijo mirándome fijamente mientras deslizaba el anillo por mi dedo.

El "cura" hizo lo mismo conmigo, por lo cual luego de escucharlo y poner el anillo en la punta de su dedo, repetí.

-Yo, Alexander Gideon Lightwood, acepto a Magnus Bane como mi esposo, para amarlo y cuidarlo...-
Mis palabras se trancaron, no quería que nada nos separara, siquiera la muerte.

-...H-Hasta... Hasta que nuestras memorias sean olvidadas.-
Tragué el nudo que tenía en la garganta y con los ojos cristalizados terminé de deslizar el anillo.

Levanté la mirada hacia él, encontrándome con lágrimas que no paraban de salir, y con un silencio alrededor de sorpresa pero al mismo tiempo de respeto.

-Yo tampoco quiero que termine nunca, pequeño...-
Tomó mi mano con delicadeza y miró a los invitados.

-...Por favor nunca dejen que nos olviden... Nuestro amor perdurará mientras sea recordado-
Los presentes asintieron en su mayoría.

-Bien, Magnus y Alexander. Los declaro oficialmente casados, espero que su amor y su recuerdo perduren por décadas incluso siglos.-
Murmuró el hombre.

De la nada mi mirada conectó con la de Magnus, este me tomó por la cintura con cuidado y me acercó a él, fundiéndonos en un beso.

Nuestro primer beso de casados.

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Hace 7 años fuí Salvado por el Chico Nuevo, nunca creí que luego de varios años terminaría casado con él.

Si existe la persona salvadora, y a veces puede ser la persona que menos te esperas, no está mal pedir ayuda cuando se la necesita, y tampoco está mal apoyarse en alguien de vez en cuando.

Voy a pedir una sola cosa:
Que nuestro amor permanezca en la memoria de todos los que nos acompañaron a lo largo de la vida, para que nunca se termine.

Seguiremos siendo mientras sigan recordando, nunca nos dejen morir.

Fin.

Salvado Por ¿¡Mi Esposo!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora