Salvado Por ¿¡Mi Esposo!?

Capítulo 9

La puerta del vecino fué aporreada a golpes, esperando que el mismo abriera, pero no pasó, nadie estaba en casa y tuve que tener la paciencia de mil ángeles para meter a Magnus a casa.

Él se encontraba tan enojado que caminaba de un lado a otro por la casa, pasándose las manos por el cabello y murmurando insultos hacia Jonathan y Sebastian.

Incluso tuve que pedirle a Simon que se fuera, a veces cuando Magnus está enojado no se controla y lo mejor es dejarlo solo hasta que la rabieta se le pase.

Pateó la mesa de centro provocando que el control remoto del televisor cayera al suelo, caminó hacia mi estantería y apoyó la cabeza en esta para luego soltar un gruñido y patearla.

Ya era suficiente, no iba a dejar que destruyera la casa solamente porque está enojado.

-Magnus..-

Agarró un libro de biología de mi estantería.

Eso si que no.

-Bane, no te atrevas-
Abrió el libro pasando las hojas sin cuidado y con rapidez.

Me acerqué y le saqué el libro de las manos antes de que pudiera arrancar algo, mirándolo y sin pensarlo mucho, lo golpeé con el libro en la cabeza para que reaccionara.

-¿Puedes dejar de comportarte como a un niño al que le acaban de quitar su videojuego?, nos mudamos hace poco más de un mes aquí y ya vas a tirar la casa abajo-
Magnus acariciaba la zona adolorida de su cabeza mientras me escuchaba.

-¿Qué quieres que haga Alexander?, ¿Que me siente a esperar como vuelves otra vez a la casa llorando mientras éste imbécil disfruta de tus lágrimas? No, mierda, no lo permitiré-

-No te pedí que no hicieras nada, pedí que dejes de comportarte como un maldito niño para poder resolver las cosas como adultos.-

-No es de adultos el molestar a alguien para lastimarlo o para hacerlo un centro de burla. Eso es de imbécil-

Bufé rodando los ojos, porque yo nunca dije que el adulto fuera Jonathan o Sebastian.

-Magnus, hablo de que el adulto mayor entre tu, yo, y esos dos idiotas eres obviamente tú, pero te estas comportando como un niño al golpear las cosas en vez de buscar una solución madura.-

Fué una noche de largas discusiones.

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Cerré la puerta de casa, luego de apagar la luz y pasé la llave, estaba a tiempo para una caminata sin apuros hasta la universidad. Magnus se había marchado hacia su trabajo hace una hora y todo su escándalo me dejó despierto, por lo que ni bien se levantó también lo hice yo, nos aprontamos, desayunamos juntos y esperamos a la hora de irse cada uno.

Llamé al ascensor mientras revisaba mi celular en busca de algún mensaje de Clary o Simon, pero la bandeja de entrada estaba vacía. El sonido del ascensor a punto de abrir sus puertas llamó mi atención y levanté la mirada.

Ya matenme, por favor.

Jonathan Herondale nunca ha cambiado su forma de vestir, desde toda la vida se lo conoce por parecer una especie de chico malo, rebelde, y un imbécil.

Para mi desgracia, mi mirada se conectó con la del chico rubio por varios segundos, los suficientes para que me dedicara una sonrisa de costado y utilizara la mano para evitar que las puertas del elevador se cerraran.

Fuí un idiota al decidir subirme de todos modos.

Ni bien se cerraron las puertas, Jonathan apretó unos quince botones al azar indicando pisos superiores a la recepción del edificio, pero no fué que comencé a entrar en pánico hasta que se volteó en mi dirección y me acorraló con sus brazos contra las paredes metálicas del ascensor.

-Nos volvemos a encontrar, niño lindo-
Murmuró con una voz seductora que en vez de seducirme provocó que tuviera nauseas.

Puse mis manos en sus hombros y de un empujón lo alejé de mí.

-No te atrevas a tocarme, Herondale.-

Pareció sorprendido por mi reacción y respuesta, pero eso no le impidió volver a acercarse a mí.

*10 pisos*

-Veo que has crecido mucho pequeño Lightwood, ¿Ya has ido a visitar a tu madre a prisión?-

-No, ¿Ya encontraste a tus padres Herondale?-
Por su reacción, mi golpe bajo le dolió.
Su mandíbula se apretaba mientras buscaba algo que responder.

*Tan sólo 5 pisos más*

No voy a perder el tiempo con él, me volteé sacando mi teléfono para revisarlo, pero Jace me apretó contra la pared y respiró contra mi cuello.

-Te haces el difícil mi amor, y eso me encanta-
Pasó su lengua por el lóbulo de mi oreja, pero a pesar del forcejeo no fuí capaz de alejarlo.

*Tres pisos*

Tras voltearme con rapidez y volver a pegar su cuerpo al mío, atacó mi cuello sin piedad, mordiendo, succionando y lamiendo cada centímetro de mi piel mientras mis uñas se clavaban en sus hombros por un intento de lastimarlo y lograr que se alejara de mí.

*Ding*

No fuí lo suficientemente rápido para evitar que decorara mi clavícula y cuello con chupones.

Se alejó de mí tras la apertura de la puerta y sonriendo victorioso de haber cumplido con su objetivo, se limpió la comisura de sus asquerosos labios.

-Eso fue bastante excitante cariño, sabes dónde queda mi casa. Visítame un día de estos así puedo complacerte más.-
Salió del ascensor luego de dedicarme una guiñada.

Había quedado perplejo, me volteé en busca del espejo que se encontraba en la pared del ascensor para revisar si los chupones eran visibles.

Y vaya que lo eran.

Mis dedos recorrieron la delicada piel manchada de mi cuello mientras mis ojos las examinaban al borde de las lágrimas.

No podía ir con estos chupones a la universidad.

Apreté el botón que me llevaría a mi piso en el ascensor, y luego de cerrada la puerta de este me deslicé en una esquina del pequeño espacio hasta el suelo. No podía creer lo que acababa de pasar.

Cómo se lo diré a Magnus fue lo que menos me preocupó.

Lo que más me preocupó fue que por primera vez en cinco años volvía a tener miedo.

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Salseo del buenoooooo 7u7rrrr

¿Les gustó el capítulo?.

Tengo una super duda y es que me encantaría saber el mensaje que les deja a ustedes mi novela, por favor dejen aunque sea algo breve de lo que les transmito a través de esta historia.

Quiero saber si mis intenciones cumplieron palabra^^.