Capítulo 12

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__POV Alexander__

Me desperté siendo lo primero en mi campo de vista una enorme luz cegadora blanca, el costado izquierdo de mi cuerpo ardía con intensidad y mi respirar era dificultoso.

Intenté incorporarme, pero el dolor se hizo casi insoportable lo cual me obligó a volver a mi lugar luego de soltar un muy imposible de evitar gemido de dolor.

Miré a mi alrededor en la habitación en la que estaba, era un hospital, y lo único que podía recordar era una pelea entre Magnus y Jonathan antes de desmayarme. Una ventana del lugar me dejaba apreciar el atardecer ya avanzado, ¿Qué hora es?, o mejor dicho, ¿Qué día es?.

Un pequeño ronquido del lado opuesto de mi cama llamó mi atención haciendo que girara mi cabeza para ver de quien era.

Que decepción.

Simon dormía en el sillón individual de la sala con la cabeza echada hacia atrás mientras un fino hilo de saliva bajaba por su boca y cuello perdiéndose entre su camisa.

Noté que en mi mano tenía un pequeño control, que al levantar divisé algunos botones en su mayoría para acomodar la cama, pero el botón inferior era para llamar a una enfermera, quizá lo mejor sería avisar que desperté.

Presioné el botón sin mucho esfuerzo provocando que este soltara un pitido algo prolongado que interrumpió el sueño de Simon. Este saltó del sillón con cara de pánico y se acercó corriendo a la máquina que marcaba mis signos vitales, para luego fruncir el ceño y mirarme.

-¡Despertaste!-
Soltó sorprendido y alegre.

-Claramente, ¿Por qué tan asustado?-
Murmuré con algo de dificultad, rascó levemente su nuca mientras apartaba su mirada.

-El pitido me asustó...-

-Ohh... ¿Pensaste que había muerto?-

-Bueno...-

La puerta se abrió dejando ver a una enfermera más que conocida para mí.

-¡Alec! Al fin despiertas-
Murmuró caminando hacia mí con una gran sonrisa en sus labios.

-¿Isabelle?-
Ella asintió alegremente y puso sus manos en su cadera.

-Casi muero cuando supe la razón por la cual estabas aquí-
Noté a cierto chico mirar de arriba abajo a la chica en la sala para luego quedar petrificado cuando esta se volteó y lo miró.

-Por cierto, Magnus quiere entrar así que será mejor que salgas antes que se vuelva loco-

¿Magnus? ¿Él está aquí?.

Luego de que Simon salió de la habitación Izzy aprovechó para hacerme unas pequeñas revisiones en la herida más cambiar el vendaje.

-Está cicatrizando muy rápido, nadie notaría que esto fué hace más de una semana-
Murmuró volviendo a vendarme.

-¿Una semana?-
Isabelle asintió.

-Si, te dieron veinticuatro horas en cuidados intensivos pero en las primeras cinco horas tu respiración se hizo demasiado lenta y tuvieron que ponerte un tubo en la garganta con respirador artificial, sumaste en total cuatro días en cuidados intensivos y hoy se cumplen cinco días en sala. Tus amigos han hecho turnos para verte y cuidarte, pero debo decirte que Magnus no se ha ido del hospital, quizá lo notes cansado y es por eso mismo, pasa aquí la noche pero su preocupación es mayor por lo cual duerme mal, incluso usa la ducha y tus amigos le traen cambios de ropa. No seas duro al verlo-
Intercambió otras pocas palabras conmigo y me deseó buenas noches antes de salir de mi cuarto.

Pocos minutos más tarde la puerta volvió a abrirse dejándome ver a mi novio, éste me miró desde la puerta y ni bien nuestras miradas se cruzaron dejó su bolso de mano caer al suelo, pude notar sus manos, labios y piernas temblar e incluso sus ojos cristalizarse.

Su bello facial estaba en crecimiento, unas grandes bolsas decoraban la parte inferior de sus preciosos pero levemente hinchados ojos y sus facciones demostraban tristeza y cansancio.

Me partió el alma el tan sólo pensar que era mi culpa que él se viera y sintiera así.

-¿G-Garbancito?-
Murmuró con temor, quizá a que esto fuera un sueño.

-Hola, amor.-
Murmuré intentando disimular lo difícil que me era intentar hablar muy alto.

Pero eso no le importó en lo más mínimo.

Su boca y ojos se abrieron totalmente sorprendidos y sus rodillas calmaron su temblar ni bien llegaron al suelo.

-A-Alexander dime que esto no es un sueño, he soñado cosas así por nueve días-
Su voz era temblorosa y agobiada, su nudo en la garganta era notable.

-No es un sueño, estoy despierto amor.-

Magnus se levantó y casi corrió hacia la camilla, mirándome del lado izquierdo con las lágrimas a punto de salir. De la nada me vi envuelto en sus brazos, sus lágrimas salían disparatadas y susurraba palabras que no lograba escuchar bien.

-Garbancito, ¿E-estás bien?

Lo estoy ahora.

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Magnus estaba en una cama improvisada que se hacía con el sillón de la habitación, me había contado todo lo que había pasado mientras yo había estado inconsciente, también me dijo que se memorizó mi cuidado para la herida y para mi respiración y que incluso estudió los medicamentos que me recetaron.

-Fueron días difíciles y sobre todo cansadores-
Murmuró antes de que un bostezo se apropiara de su boca.

-Bueno, sabes que ahora estoy aquí y estoy bien, ¿Por qué no intentas descansar?-

-¿Estás loco?, al fin luego de nueve días tengo la oportunidad de ver tus preciosos ojos azules y tu me pides que duerma.-

-Al fin luego de nueve días puedes descansar con la certeza de que despertarás y seguirás viendo mis ojos azules, Bane.-

-Eso es... Ciertamente hermoso.-
Solté una pequeña risa y me acomodé en mi camilla.

-Vamos, acomodate y vamos a dormir.-
Ni bien dije eso Magnus se cubrió con una manta y se acostó buscando una posición cómoda.

Tomé el pequeño control que estaba en mi cama y bajé el tono de las luces para que fuera más fácil el dormirse.

Tan solo pasaron cuatro minutos cuando la respiración de Magnus era lenta y soltaba algún suspiro o leve ronquido.

Ya podemos descansar mi amor.
Ya podemos seguir adelante.

Salvado Por ¿¡Mi Esposo!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora