Salvado Por ¿¡Mi Esposo!?

Capítulo 10

En un ataque de desesperación había pensado en llamar a Clarissa para que me ayudara a maquillar los chupones de mi cuello, pero no tenía caso, de todas formas en algún momento me tendría que bañar y el maquillaje se saldría o movería.

No tenía otra opción que contarle a Magnus lo que había pasado hace varias horas, Jace había provocado esto y no podría evitar que Magnus se enterara.

Había estado llorando desde el momento en el que había vuelto a mi apartamento, aquel en el que mis primeras horas del día se habían basado en risas y cariños con Magnus.

Me encontraba en la oscuridad de mi hogar, sentado en el suelo y abrazando mis piernas a un costado de nuestra cama.

Me sentía tan mal, tan mal de que no fuera capaz de evitarlo, tan mal de que los problemas me siguieran y de que estos mismos afectaran a mi novio.
Magnus llegaba en menos de 10 minutos y yo no era capaz de calmarme, de borrar esos espantosos recuerdos de mi mente por un segundo para explicarle las cosas con calma.

Pasados unos minutos, se escuchó en las silenciosas paredes de la casa como la puerta se abría y la luz se encendía, los pasos se escucharon por el pasillo y luché por limpiarme la cara e intentar respirar con normalidad, pero las lágrimas volvían a caer y mis sollozos volvían a salir.

Uno de mis sollozos fue con tanta potencia que los pasos pasaron a ser apurados y la puerta de la habitación se golpeó contra la pared, avisando que había sido abierta.

-¿Alexander dónde estás?-
Magnus caminó hacia el baño de la habitación, pero al no verme allí corrió hacia el lado opuesto, encontrándome de su lado de la cama.

-¿Amor?, ¿Qué pa...-
Levanté mi mirada con aire de culpa dejándole ver el desastre que era mi roja e hinchada cara por las horas de llanto, por supuesto que eso dejó a la vista mi cuello y los ojos de Magnus no lo pasaron por alto.

-M-Magnus-
Sollocé comenzando a llorar con fuerza, provocando que el mayor se preocupara y se agachara a mi altura.

-¿Qué pasó mi pequeño?... Dime Alec, ¿Qué son esas marcas?-
Su tono suave no demostraba enojo pero sí curiosidad, me sentía incapaz de abrir la boca sin volver a llorar.

Magnus pareció notarlo y me envolvió entre sus brazos con fuerza, meciéndome lentamente de lado a lado a la par con él mientras dejaba caricias en mi espalda.

Cuando sentí que el nudo en mi garganta era más pequeño y que al menos podría hablar, decidí hacerlo.

-Y-Yo no q-quise... É-él me apretó y-y...-
Magnus se alejó un poco tomando mis mejillas con sus cálidas manos.

-Garbancito, cálmate. Sea lo que sea que haya pasado necesitas saber que no me voy a enojar contigo mi amor.-

Lo amo.

-Y-yo subí al ascensor para irme a la universidad luego de que tú te fuiste, Jonathan estaba ahí, apretó botones al azar...-

Mi respiración se entrecortó.

-M-me presionó contra la pared y-y...-
Al no poder seguir hablando hice un ademán con mis manos señalando los chupones y marcas de mi cuello.

Magnus apretó la mandíbula con algo de fuerza, podía notar sus ojos levemente cristalizados y sus manos hechas puños a sus costados. Pero sus ojos nunca se apartaron de los míos, nunca se fué de mi lado.

Y esa es la razón por la que lo amo.

Porque nunca importaron los problemas, él siempre supo sobrellevarlos conmigo y a mi lado.

Tan sólo volvió a abrazarme, pero ésta vez pasó su brazo por debajo de mis rodillas y me levantó situándome sobre la cama. Caminó al baño y volvió con una pequeña toalla de manos algo húmeda.

-Acuéstate amor-
Murmuró aún con su tono suave a lo que obedecí.

Pasó la toalla húmeda pero caliente por mi cara para limpiar esta y al mismo tiempo lograr relajarme.

-Y-Yo no quería-
Le dije aún teniendo espasmos del llanto.

-Lo sé cariño, Jace es un idiota. Ahora intenta descansar.-
Acarició mi cabello con lentitud mientras seguía pasando la toalla por mi cara.

Logré encontrar su mano sin buscarla y la tomé apretandola con cariño, Magnus me dedicó una pequeña sonrisa de ojos brillosos y depositó un pequeño beso en la comisura de mis labios.

Me ví obligado a cerrar los ojos y dejarme llevar por el sueño.

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Esta vez un grito furioso desde el living de la casa me hizo despertar, la voz de Magnus totalmente enojado me hizo despabilar y provocó que me levantara y corriera buscándolo.

La puerta abierta de la casa me indicó que él ya no estaba dentro, salí con rapidez y con curiosidad al no entender lo que pasaba.

Jonathan contra la pared de la puerta de su casa siendo acorralado por Magnus, el cual tenía su antebrazo presionando contra la pared el cuello del rubio.

-¡Te advertí que no lo tocaras Herondale!, ¿¡Acaso no puedes dejarnos en paz!?-
Jonathan buscaba con sigilo algo dentro de su bolsillo, lo cual Magnus no notó.

Pero yo sí.

Con un movimiento rápido al ver lo que salía de su bolsillo empujé a Magnus lejos de Jace recibiendo un golpe que posteriormente se convirtió en ardor y dolor puro.

La cara de Jonathan palideció y un grito ahogado de parte de Magnus me hizo reaccionar y bajar mi mirada.

Una navaja estaba clavada completamente debajo de mis costillas, por lo cual tan solo podía ver el puñal y un camino de sangre que posteriormente llegó al suelo.

-¿¡QUÉ MIERDA HICISTE JONATHAN!?-
El grito desesperado de Magnus llamó mi atención y me encontré con su mirada cristalizada.

Pronto no eran dos ojos si no cuatro, no eran voces si no balbuceos, el suelo me recibió de un golpe y la oscuridad se fue haciendo mayor en mi campo de vista.

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Sé que me odian mucho 7u7r

PERO SABEN QUE MIS CAPÍTULOS SIN DRAMA NO SON CAPÍTULOS MÍOS.