10. "Así, de la nada"

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Nayeon se sienta al borde de su cama de mala gana. Está acalorada porque le desquicia muchísimo lo que acaba de ver. Intenta borrar la imagen de su mente por un instante, pero enseguida reaparece clara y fulminante, inflamando aún más sus nervios.

Los labios de Momo estaban sobre los de Jeongyeon cuando apartó la vista y salió fugaz pero sigilosamente de la estancia. Antes de eso, en secretaría le indicaron a Nayeon que las chicas habían ido a la sala recreativa del hotel después de haber vuelto del photoshoot, pero una vez abrió la puerta, vio que Momo tenía acorralada a su compañera contra una mesa de billar: estaban dándose un beso. 

La mayor no lo puede creer. ¿A qué venía eso? ¿Por qué iban a besarse, así, de la nada? ¿Había pasado algo especial entre ellas? Sabe de sobras que siempre han tenido una relación muy cercana (muy similar a la suya con Jeongyeon) pero no esperaba que fuesen del mismo... 'tipo'.

¡Se estaban besando! Todavía sin dar crédito, Nayeon se exaspera aún más al imaginar que, tal vez, puede que incluso se hayan dado un beso antes, en el pasado, y que nunca se lo hayan dicho a nadie.

No puede ser, no puede ser. Jeongyeon se lo habría contado. O eso quiere creer, pero ahora ya no sabe qué pensar.

A Nayeon le ha molestado, sí. Lleva días sufriendo por sentirse horrible con su cuerpo, y la única que ha estado a su lado en todo momento para animarla ha sido Jeongyeon. No quiere pensar, no quiere ni por asomo imaginarse, que mientras la trataba con ese cariño estaba besándose con Momo "a sus espaldas". Y, además, nunca podría haberse imaginado a su amiga besando a nadie, a excepción de una persona: ella. Porque la insondable verdad es que Nayeon lleva ya mucho tiempo fantaseando con la menor, sobre todo cada vez que la trata con tanto mimo y dedicación, cuando se queda a dormir con ella, cuando la molesta infantilmente para chincharla, cuando la ayuda a prepararse antes de salir al escenario... en todos esos momentos la mayor ve con qué candidez Jeongyeon cuida de ella, por lo que no puede evitar que se le hinche el corazón y se llene de impulsos que van más allá de la amistad. Irónicamente, nunca se ha preguntado a qué se deben esas sensaciones, pero el hecho de verla besando a Momo, hace que se pregunte por qué sí con la japonesa, y no con ella. Las dudas empiezan a agobiar a Nayeon, que apoya la frente sobre las manos, teniendo los codos sobre las rodillas.

─¿Jeong? ¿Nabongs?  ─llama Sana a la puerta, sin atreverse a abrirla. Nayeon se levanta rápido, trata de despejarse y sale de la habitación.

─Hey ─saluda la mayor, viendo que también está Dahyun─. No sabía que estabais aquí.

─Sí, bueno... veníamos a descansar un rato ─se excusa Dahyun como puede, ruborizándose al recordar no hace ni cinco minutos ha tenido los labios de la japonesa dolosamente cerca de los suyos.

─¿Te encuentras bien? ─Sana ve un poco ida a Nayeon.

La mayor sabe que la mejor decisión es no contarles lo que ha visto, pero eso sería demasiado maduro por su parte.

─Antes de venir aquí... he visto a Momo y a Jeongyeon dándose un beso. En la boca.

Sana levanta una ceja con escepticismo.

─No nos tomes el pelo...

─¡Es la verdad! ─exclama la mayor dirigiéndose a Sana─. Recuerda cómo no dejaban de flirtear antes, en el photoshoot

─Momo tontea con todas.

─Y de tontear a besarse hay unos cuantos pasos... ─tercia Dahyun.

─Lo he visto con mis propios ojos ─la voz algo irritada de Nayeon parece convencer un poco a las chicas, las cuales presuponen que, en caso de ser verdad, la reacción de la mayor sería precisamente esta.

World Wide Twice (Saida | Samo | Dahmo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora