12. "Solo están jugando"

1.2K 128 76
                                    

─¿Por qué me sigues? ─pregunta Nayeon con fastidio.

Momo se sorprende en recibir ese tono y se queda un poco cortada.

─Solo para acompañarte ─dice finalmente, algo intimidada.

─¿Acompañarme? 

─Sí. 

La mayor da unos pasos hacia ella. No deja de pensar en ese dichoso beso y lo mucho que la frustra que sus dos amigas se comporten con completa normalidad, como si nada hubiese pasado.

─¿Qué quieres en realidad, Momo? 

La japonesa no entiende nada, y la extraña mirada de Nayeon la confunde aún más. 

─¿Acaso quieres besarme?

─¿Qué dices? ─dice Momo riendo un poco, pero en seguida se tensa de nuevo cuando ve que, por la expresión que tiene, Nayeon no va en broma.

La mayor, de repente, resta la distancia que las separa y coge la cintura de Momo por ambos costados, empujándola hasta arrinconarla contra la pared. Instantáneamente junta sus rostros extremadamente cerca y, en un momento de duda, se detiene a pocos milímetros. Nayeon quiere estar enfadada con Momo, quiere pensar que merece algún castigo por no contárselo. Su respiración se hace pesada y se acelera; si no se atreve ya, ya no ocurrirá, así que, sin pensarlo más, captura los labios de su compañera y los besa con fuerza. Aprieta el agarre de su cintura y presiona su cuerpo aún más, besándola con ímpetu. Nayeon no puede parar, por lo que pronto espera recibir un empujón, un manotazo, cualquier tipo de resistencia por parte de Momo. Pero en realidad, la japonesa se encuentra abrazada a su cuello, besándola de vuelta sin contención alguna.

La menor ni siquiera está pensando. Su cerebro apenas puede procesar que Nayeon la está dejando sin aliento, mientras nota cómo la mayor desliza los dedos por encima de su fina camisa, arrastrando las uñas sobre su abdomen para luego llevar una mano a su espalda, y otra a una de sus nalgas, agarrándose ahí con vehemencia. Nadie había tocado así a Momo. Un gemido incontenible se escapa entre sus labios, obligándolas a separarse por primera vez, aunque también permitiendo, al menos, que ambas recuperen aire. 

Nayeon, con algo menos de impulsividad en las venas, besa sus labios una vez más. De repente, deja de pensar que quiere estar enfadada con Momo, ni que ese beso sea ningún castigo. Solo se centra en la boca que vuelve a estar sobre la suya e inhala todo lo que puede, provocando que Momo se aferre a su pelo en respuesta y la bese profundamente de vuelta. Luego, se separan otra vez. Puesto que la japonesa es incapaz de mirarla a los ojos, desvía la mirada hacia el suelo, notando que la mayor sí la está mirando. La situación se vuelve verdaderamente incómoda para Momo, que no sabe dónde meterse, y decide hablar solo para que no haya más silencio.

─En realidad había venido a decirte algo.

Nayeon parpadea un par de veces, apartándose un poco para dejar de aprisionar a la menor. Haberla besado la ha dejado un poco atontada, ya que no esperaba sentirse tan repentinamente... excitada. De pronto, habiéndose desvanecido por completo el enojo, empieza a sentirse un poco avergonzada por su comportamiento.

─Decirme qué ─dice flojito la mayor.

─Esta mañana me he dado un beso con Jeong.

No puede ser. ¿De verdad le está contando esto ahora? ¿Y no podría haberlo hecho antes? Una Nayeon imaginaria aporrearía la cabeza de Momo. O quizás aporrearía la suya propia por haber creído que la japonesa y Jeongyeon mantenían un maldito lío a escondidas.

─Bueno... en realidad, yo le he dado el beso. Ella por educación me lo ha devuelto durante dos segundos antes de apartarme ─ríe un poco Momo─. Ha sido gracioso.

World Wide Twice (Saida | Samo | Dahmo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora