World Wide Twice (Saida | Samo | Dahmo)

36. "Quiero a dos"

Ha llegado el día de la gala.

Antes del boicot, este iba a ser el día donde A Message viera la luz por primera vez sobre un escenario, donde se materializara todo el trabajo de intensas semanas de preparación y dedicación tanto física como emocional por parte de las nueve integrantes de Twice.

En cambio, debido al nefasto e inesperado giro de los acontecimientos, la que tenía que ser una gloriosa jornada para el grupo y para la industria del kpop ha acabado considerablemente deslucida, habiéndose de conformar con una actuación substituta que -de forma sutil- pretende enviar un mensaje de inconformismo y desacuerdo. Por si no fuera poco, que solo la vayan a realizar cinco de las nueve integrantes será, sin duda, otro de los elementos que armarán revuelo y levantarán miles de incógnitas sobre cuán afectado puede estar el grupo después del duro golpe.

Pero este instante de reflexión es necesario para el público, piensa Sana, aunque genere más polémica. Lo que ha sucedido es demasiado grave como para fingir que nada ha pasado. Twice y JYP han sido censurados, se les ha quitado la voz, así que la nueva actuación de What Is Love es la última vía con la que pueden decir algo al respecto; con suerte, conseguirá que la gente se pare un momento a pensar. 

El día de la gala ha empezado con una intensa sesión de lluvia matutina. Sana, que ha aprovechado para encerrarse en la sala de ensayo y practicar por última vez la nueva coreografía, mira ahora por la ventana cómo ya ha dejado de llover; las calles están empapadas y el cielo cubierto de nubes grisáceas. El triste paisaje va conjuntado con la nublada mente de Sana. 

Entonces, la alarma de su móvil la saca de sus cavilaciones. Ya no se acordaba. Ayer Momo le pidió que a la mañana siguiente se reuniera con ella en la azotea del hotel, así que, antes de olvidarlo, se aseguró de poner un recordatorio. Sana apaga el molesto sonido y suspira. ¿Qué querrá el incordio de su paisana para hacerle dar vueltas de esta manera? Seguro que es una bobada que podría decirle en persona, pero conociendo a Momo, cualquier situación es buena para montar un drama.

Con parsimonia, Sana sale de la sala y coge el ascensor para subir hasta el piso más alto del hotel. Nunca antes ha estado allí, así que después de escuchar los desvaríos de Momo, al menos podrá contemplar las amplias vistas de Seúl, hoy empapadas por la lluvia.

Camina los últimos metros del pasillo hasta alcanzar la puerta que lo conecta con el exterior. Abriéndola con cuidado, al otro lado se encuentra con una espaciosa terraza que está sorprendentemente vacía, no hay objetos ni decoración alguna.

Pero sí hay algo que se encuentra justo en el medio. Una chica está de espaldas a ella, plantada en el centro. Pero hay algo extraño, porque aunque no le vea la cara, no cabe duda de que no se trata de Momo. Y Sana tampoco necesita que se dé la vuelta para reconocerla.

La coreana del moño se da la vuelta al oír la puerta cerrarse.

─¿Sana?

Ambas chicas quedan mirándose, visiblemente confundidas, como si no esperasen que la presencia de la otra fuera parte del plan. Sana se acerca al centro.

─Momo me dijo que viniese. 

─Y a mí ─se encoje de hombros Dahyun. Pero no hay rastro de Momo en la azotea.

Tras unos segundos en silencio, las dos vuelven a mirarse a los ojos. No han hablado desde que Dahyun se fue. En ese tiempo ambas han tenido tiempo para pensar en su situación, en cómo gestionarla y mejorarla... pero teniéndose cara a cara todo se vuelve más borroso, complicado, como si la solución se alejara de repente.

Sin embargo, hay algo en sus miradas. A diferencia de la fría atmósfera con la que las nubes lluviosas las envuelve, el punto que conecta los ojos de Sana y Dahyun entraña una esperanzadora calidez que ansía recuperar algo que ya hace tiempo que se les ha arrebatado. Por un momento todo deja de tener sentido: los enfrentamientos, los días vacíos sin dirigirse la palabra... cada ápice de conflicto se reduce irremediablemente a cenizas cuando se enfrenta contra el mayor deseo de las dos compañeras: la reconciliación.