World Wide Twice (Saida | Samo | Dahmo)

16. "Entrega"

Las dos japonesas podrían haberse duchado con tranquilidad si no fuese porque una estresada Jihyo aparece para echarles la bronca. Han olvidado que en apenas una hora tienen una importante entrevista en la radio, donde habrán de dar la primera pista promocional sobre su nueva canción.

─¿No os ha avisado Mina?

─Creo que me lo dijo a mí... Pero no la escuché ─se avergüenza Dahyun recordando cómo había salido corriendo por la mañana.

─A Dubu se lo perdono por ser Dubu. Pero vosotras dos... ¿tenéis que estar siempre en la luna?

Las dos japonesas se disculpan mil veces, conscientes de que la líder ha tenido que llamar su atención incontables veces por olvidar las obligaciones de su agenda. Jihyo ya tiene suficientemente trabajo como líder... y encima ha de lidiar con ese par. Toda una responsabilidad.

Se preparan cuanto antes y bajan al parking donde uno de los coches las espera.

─El trío de la muerte llega por fin ─Jeongyeon baja para dejar paso a Sana, Momo y Dahyun, que, jadeando por la carrera que se acaban de pegar, se dejan caer en los asientos de la parte trasera.

De camino, los managers y Doona les dan las últimas instrucciones sobre qué cosas tendrán que revelar en la entrevista y cuáles no. De momento, no se les permite hablar de la escena del beso ni de la existencia del proyecto WWT, pero sí pueden explicar A Message, el videoclip, y el bombazo que hay debajo: amor entre dos chicas.

Mientras la mayoría de las integrantes prestan atención a las aclaraciones, Sana ha desconectado hace un buen rato debido a tener a su lado a cierta coreana de pelo recogido, como siempre, en un moño alto. Sana la mira sin disimulo alguno. La menor luce una expresión relajada, aunque seria, escuchando absorta las instrucciones de Doona (las que ahora mismo ella está ignorando por completo). ¿Pero cómo no evitar distraerse cuando se tiene a una adorable Kim Dahyun sentada al lado? Con esos labios dulces, rosados, y esas mejillas de algodón, a las que Sana daría un bocado cada vez que las ve. La menor, dándose cuenta de que Sana la está mirando larga y tendidamente, interrumpe su atención a las explicaciones y la mira de vuelta. Encontrándose con esos ojos perdidos en ella, automáticamente nace una sonrisa de sus labios. Es difícil no sonreír ante la adorable abstracción de la japonesa, que, tras encontrarse con la afable mirada de Dahyun, parpadea un par de veces, respondiendo con una sonrisa resplandeciente. Dahyun ríe y piensa que Sana, aunque sea una payasa acabada, es encantadoramente genuina.

La japonesa advierte de la cálida mirada que su compañera le dedica, con esa sonrisa tan suya, y de pronto se encuentra a sí misma acariciando suavemente su mejilla. La sonrisa de la menor se dulcifica, ladeando un poco la cabeza para apoyarse en la palma de Sana en un gesto de cariño. La mayor adora cuando Dahyun responde así, con el mismo afecto... y lleva haciéndolo aún más desde su beso de "práctica".

El rostro de Sana ha debido de volverse más serio, porque la menor deja de sonreír de repente. Ahora solo se miran, ausentes de lo que pasa a su alrededor. Hay algo que sus miradas se están diciendo, que solo pueden estar pendientes la una de la otra, de nada más. Es intangible, no puede verse, apenas notarse siquiera, pero indudablemente está conectando a ambas chicas. Es un mensaje oculto, desconocido incluso por ellas mismas, que por primera vez brilla más claramente y desprende un destello, una especie de señal.

La entrevista radiofónica se lleva a cabo en el tercer piso del recinto, pero Sana y Dahyun se excusan para ir al baño. Ni siquiera han tenido que hablarlo. Cogidas de la mano corren hasta los servicios, encerrándose dentro y pudiéndose besar finalmente. No solo es una necesidad o un anhelo de ambas, este repentino frenesí nace por haber aprisionado sus sentimientos demasiado tiempo, esforzándose para aislarlos. Pero eso se ha acabado, porque una vez se comparten, entonces se deshielan y se convierten en algo más que sentimientos; son ese mensaje oculto. Así que se toman de los labios con ansia, manteniendo sus rostros cerca sujetándolos con las manos. Dahyun no puede ni quiere contenerse, no después de sentir que besar a la mayor le está provocando tantas cosas. Sana, por su parte, simplemente no puede creer que se esté besando con Dahyun, esa chica que, desde Sixteen, ha significado tanto y ha hecho que su rutina como idol sea mucho más amena.