10; distancia.

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Tomé uno de los paños que So-Hyun me había dado para limpiar a Suga cuando estuviese demasiado sucio, de esos que le dejaban el pelaje con in agradable olor a vainilla y muy blanco, como si le hubiese dado un baño en cloro.

Curiosamente el gato se había quedado tranquilo, de vez en cuando pataleaba y lloraba muy bajo, pero quizá no estaba tan renuente porque estaba congelándose.

Terminé de limpiarlo cerca de las cuatro y media, y lo coloqué en la cama que ya estaba completamente fría, pero que no le impidió quedarse profundamente dormido.

Mientras yo me daba un baño, resignada a no dormir hasta que regresara de trabajar, no podía dejar de cuestionarme muchas cosas. Por ejemplo, ¿por qué Suga había vuelto casi después de una semana? Yo ya me había convencido de que no regresaría y estaba tratando de acostumbrarme a la idea de que Ji-Min me guardara rencor.

Y hablando de eso, ¿Debería decirle a Jimin que había aparecido el gato?

Estaba muy, pero muy cabreada con él. Y aunque moría por tomarnos una selca y mandársela por Kakao, estaba terriblemente indignada. Pero por otro lado si no le avisaba pronto, eso nos distanciaría más de lo que ya estábamos.

Resoplé masajeando mi cuerpo con el jabón líquido. Jeongguk estaba equivocado, Ji-Min y yo sí teníamos cosas en común y nos gustábamos, que era lo importante, ¿no? Las relaciones se solidifican con el tiempo, a Jimin y a mi nos faltaba aún mucho por recorrer.

¿Por qué siquiera estaba pensando en ese crío mientras me bañaba?

¿Y por qué el gato había decidido venir a dormir sobre la tapa del inodoro?

× × ×

Taehyung rellenó mi vaso con cerveza y luego hizo lo mismo con el de Sohyun mientras renegaba sobre Jeongguk, quien se había negado a salir con nosotros.

Bueno, yo sabía perfectamente por qué nos estaba evitando. Corrijo, por qué me estaba evitando a mi.

—Como sea —le restó importancia mi amiga, ganándose una mueca extraña de Tae—. ¿Por qué no nos llamaste cuando viste a Suga? Pudiste caer de es...

—Pero no pasó nada —le interrumpí—, además eran más de las tres de la mañana —ambos asintieron comprensivos—. So-Hyun, me gustaría que le chequearas tiene algunas heridas en las orejas y cuello, no parecen muy graves y se las limpié con cuidado, pero...

—Entiendo Jian, cuando acabemos de comer pasamos por tu departamento—asentí en un silencioso agradecimiento, a la vez que llenaba mi boca con una presa de pollo frito—. ¿Le avisaste ya a Jimin-ssi? Nosotros no le dijimos a Jeongguk como pediste.

—Más tarde —farfullé, pero ella negó. Agarró mi móvil que estaba junto a las bebidas y se dedicó a teclear algo. No le presté mucha atención, de verdad que no quería saber nada de Ji-Min.

grumpy suga ; myg ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora