21; estás equivocada.

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Que luego de aquel repentino beso, el peliblanco me apartara de un fuerte empujón y me dedicara una mirada confundida no fue ni un poco extraño. Por supuesto, eso no evitó que mi ceño se arrugara y mi palma se alzara de nuevo, sin embargo en ese instante Yoon-Gi fue más rápido y me agarró de la muñeca para evitar un segundo golpe.

—Eres un puto bipolar —haciéndome daño liberé mi mano y me fijé en su expresión perdida, sus ojos ausentes y su lengua que empujaba el interior de de mejilla.

Estaba notablemente perturbado, ya me había besado antes, ¿Por qué entonces le suponía tal desconcierto en esa ocasión?

—Yo estoy loca, pero realmente hay algo muy jodido contigo.

Sus ojos me observaron aún en otro plano y remojó sus labios en el momento en el que pareció recobrar la autonomía de su estático cuerpo.

Sus dedos cavaron hasta las raíces de su cabello y apartó la mirada, se concentró con mucha fuerza en el desgaste de sus tenis blancos supongo, porque luego del minuto más largo de mi vida, aun no tenía respuesta.

Entonces alzó la cabeza y me otorgó la mirada más estoica que le había visto, hizo el amague de levantarse, más fui más rápida y lo agarré de la mano, sus ojos negros me perforaron y debo admitir que me intimidó. Era como si ansiase que lo soltara para poder darme una bofetada.

—No te atrevas a irte —le exigí cuando se liberó de mis dedos—. ¿Acaso tu me quie...?

—¿Yo? ¿Qué tan alto tienes el ego? —resopló por la nariz en mera burla—. Han Ji-An, tienes que entender que no traes a todos los hombres babeando tras de ti.

Fue mi turno de reír, sus ojos que se veían incrédulos se entrecerraron, como preguntándome que era lo que me parecía tan gracioso.

—Yo no dije eso, ni siquiera me dejaste terminar —él frunció el entrecejo—. Tu me quieres follar y ya está, no eres diferente a Ji-Min eres incluso peor.

—Vaya mujer —carcajeó—, de verdad no tienes ni puta idea.

Cabe decir que ya me estaba empezando a cabrear, así que me acerqué lo suficiente como para considerarlo invasión a su espacio personal, asunto que sinceramente me tenía sin cuidado y le apunté el pecho.

—Explícame entonces Suga —coqueteé con él, con el apodo que yo misma le había dado—. Porque como veo las cosas, estás ansioso porque yo ceda un poco, ¿no es eso lo que quieres?

Yoon-Gi ladeó una sonrisa, más sus brazos permanecieron a sus costados, sin intención de moverse ni un poco por más cerca que yo estuviera.

—De verdad estás equivocada.

—¿Ah si? Entonces utiliza honoríficos, yo soy mayor que tu y eres mucho menos que un amigo: eres un rarito y desconocido, muestra algo de respeto que ya me has jodido lo suficiente.

Empujó la parte interna de su mejilla con la lengua y miró hacia abajo, justo en donde nuestros pechos se juntaban. Podía sentir el calor que emanaba su cuerpo porque principalmente yo me mantenía fría. Su respiración era demasiado escandalosa, lo que hacía que la mía se agitara.

Era extraño, nunca me había sentido de tal forma con un hombre, y aunque no era exactamente inexperta...

Ahora pienso que Yoon-Gi me estaba poniendo nerviosa, y ni siquiera él me gustaba.

Pese a que permanecíamos en silencio, no me sentía presionada para hablar aunque deseaba que él si lo hiciese. Pagaría cualquier precio por saber qué era lo que estaba pasando por su seguramente, perturbada cabeza. Simplemente podía ver sus ojos de gato observarme con tanta intensidad y preguntarme qué carajos era lo que pensaba él de mi.

Quizá y hasta tenía la mente en blanco mientras yo estaba taladrándome los sesos con algo que para él posiblemente no tenía importancia.

Sin embargo, con certeza mi mente si quedó en blanco cuando sus manos agarraron mis muñecas y soltó un resoplido. Entrecerré los ojos al escuchar su voz que salió en forma de ronroneo y suspiré, ansiosa por algo que ya sabía lo que era.

Noona, en serio estás mal.

Y me derretí.

—Bésense o algo, no soporto esta tensión.

La voz —más bien gritos de Jin—, me hicieron brincar en puro susto. Estaba acostado en el marco de la puerta con los brazos cruzados bajo su pecho. Yoon-Gi le miró con tedio y luego de separarse se acomodó en la silla frente al peinador en mi habitación, empezó a mirar los frascos de cosméticos con desinterés y yo regresé a la tierra.

—¿Cuánto llevas ahí, Seokjin?

—Lo suficiente para no entender una mierda sobre lo que sea que tengan ustedes dos.

Yoon-Gi carcajeó con gracia, sin dejar de leer la etiqueta de un tónico.

—No hay nada entre nosotros —sentenció, ¿por qué me sentí decepcionada?—. Si quieres saberlo hyung, Ji-An es muy divertida y es entretenido molestarla. Si me acerqué a ella era para conocerla y comprobar que no le haría daño a Ji-Min.

Jin arrugó sus tupidas cejas y se sentó en mi cama.

—¿Y por qué continuaste con la farsa incluso después de que Jimin me dejara? —cuestioné, por supuesto que nada haría que me olvidara de ese asunto.

El peliblanco chasqueó la lengua y siguió en su labor de inspeccionar mi maquillaje sin intenciones aparentes de responder.

—¿Acaso Jian te agrada, Yoongi? —sugirió Jin con un tono que me pareció confuso, ¿Era burlón? ¿O estaba enojado?

El aludido no traicionó su sepulcral silencio, lo que motivó al intruso Seokjin a avivar el fuego.

—No sólo te agrada, puedo verlo —espetó.

Entonces Yoon-Gi se levantó de golpe de la silla, sus ojos atravesaron a Jin. Si me hubiese mirado de esa forma seguramente me habría retractado de cualquier cosa, no obstante Seokjin se mantuvo impasible, con esa expresión arrogante que solía tener cuando se negaba a dar el brazo a torcer.

—Acéptalo Yoongi-ah.

—Vale, la loca me gusta.

Me ahogué con mi propia saliva.

¿Qué mierda de confesión era esa?

× × ×

sí, el capítulo estuvo como algo de relleno, pero espero que no les haya aburrido mucho

sí, el capítulo estuvo como algo de relleno, pero espero que no les haya aburrido mucho

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P.D. Feliz cumpleaños wrecker más wrecker de todos los bias wrecker (?)

grumpy suga ; myg ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora