CAPITULO 26

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  Lo tome rápidamente para no seguir escuchando aquel repugnante sonido que emitía y suspire antes de colocármelo en la oreja— ¿Halo?—respondí con amargura a quien sea que estaba llamando—Buenos días señorita ___, soy el Dr. Lewis y esta llamada se debe para ver si usted junto a la paciente Jenny Ávila, se podrían presentar el lunes por la mañana para hacerle los últimos exámenes pendientes, ¿Estaría disponible para ese día o prefiere cambiar la fecha?—lo escuche decir y sinceramente mis oídos habían sido sordos ante a sus palabras— ¿Señorita ___, usted se encuentra allí?—me hizo el llamado suficiente como para que pudiese, por fin, regresar a la realidad, cerré mis ojos y rasque mi frente con la otra mano—si, y si, el lunes por la mañana Jenny y yo nos haremos presente en su laboratorio—confirme nuestra asistencia y colgué sin ganas de mantener una conversación con el Dr. Lewis, y si les era sincera, no quería mantener una conversación con alguien, por los momentos.

[*...]

No sabia cual era mi actual estado de animo pero desde que había despegado mis ojos, estaban desenfrenados por completo, me había levantado normal y no paso mucho tiempo de eso para que luego explotara enojada y sintiera tremendas ganas de darle un puntapié a todo lo que había a mi alrededor. Agotada me lance al sofá y sin darme cuenta, varias lagrimas corrieron por mis mejillas—estupendo—murmullé ante aquel comportamiento y lleve mis rodillas al pecho para luego abrazarlas y posar mi cabeza entre mis rodillas.
Nada de esto me gustaba, me sentía fatal y después de unas cuantas lágrimas un dolor me comenzó en el área del vientre, era tan terrible que me acurruque como pude en mueble llevándome las manos allí como si eso me fuese aliviar el dolor.
Me digne a levantarme de allí después de un rato y me fui escaleras arriba dirigiéndome donde Jenny, esperanzada a que ella tuviera una solución a este intolerable dolor. Abrí la puerta y al verla allí acurrucada en sus sabanas durmiendo, me dieron ganas terribles de echarle un balde de agua fría. Cerré mis ojos aguantando la punzada en mi vientre y suspire pesado, para cuando abrí los ojos, tome valor y aspire fuerte... tenia que despertarla y pensé en una manera tranquila, pasiva y correcta...— ¡JENNYYYY!—grite a todo pulmón y esta pataleó y dio golpes al aire del susto haciéndome estallar en risas y luego me arrepentí de aquello porque me dio mas dolor mandándome a callar— ¿¡QUE CARAJOS QUIERES!?—me devolvió el grito y puse los ojos en blanco, si sigue así le romperé la cara sin querer—tu pareciera que tuvieses Anemia en vez de Mononucleosis—hable ignorando su comentario y por un momento creí que se me había pasado el dolor pero con tan solo hacer un movimiento me di cuenta que solo había empeorado— ¡ESTO ES EXORCISMO!—grite aterrada y ella me miro como si estuviese observando a un bicho raro—me duele ¿Por qué me duele?—dije asustada y luego un ataque de rabia me llego y le lance una mirada amenazadora a Jenny y esta levanto sus brazos al aire— ¿Tienes cólico?—me pregunto Jenny y la mire irónica—si claro, como si supiera que es esa verga—murmure para mi pero aun así vi a Jenny virar los ojos y colocarnos en blanco.
Se levanto refunfuñando algo que ignore por completo, seguidamente abrió su armario y busco la misma maleta que me había indicado anteriormente, tomo una caja de pastillas y saco una de ellas—toma—me la paso extendiendo su mano sin voltear a verme pero cuando lo hizo lanzo un chillido—¡CON RAZÓN! ¡ESTAS DESCALZA!—me regaño y fruncí el ceño, Jenny se llevo una de sus manos a su frente mientras negaba varias veces, estaba que me sacaba de casillas—el frió te hace dar cólicos y no de los suaves—me explico y asentí como si me diera importancia—calienta agua y busca un trapo cualquiera, cuando este lista el agua, moja el trapo y colócate lo en el vientre, eso te aliviara el dolor y tomate la pastilla que te entregue—me explico y con eso me basto para retirarme. Baje las escaleras intentando olvidar todo y me dirigí a la cocina para hacer lo que me había ordenado Jenny, coloque a calentar un poco de agua y busque en la cocina un trapo limpio que pudiese usar.
Mientras estaba esperando que el agua hirviera, me tome la pastilla pero seguía retorciéndome de dolor y justo paso por mi mente la idea de estar en alguna película de terror, y mientras lo hacia sentí esa horrible sensación de que alguien me observaba. Curiosa e intrigada a la vez voltee justo a mi lado izquierdo y me encontré con la mirada fija de Zayn en mi lo que me hizo quedar sin aliento.  

SUBASTADA. (ZAYN MALIK) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora