CAPÍTULO 119

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—Es su turno, abogado—asignó la jueza. El abogado de Zayn se levantó y me dijo que era mejor que me quedara allí—Como ha dicho el abogado. La Srta. Iglesias es huérfana, fue entregada a un orfanato apenas con un año de edad y las hermanas Iglesias, quienes eran las responsables de ese lugar, la acogieron por 17 años. Hasta que el gobierno decidió venderle las hectáreas a quienes las necesitaban, ya que, las hermanas no podían reparar los daños que la construcción presentaba, por carecer recursos monetarios. Y de allí, salió el contrato que el Sr. Malik realizó, y cuándo este se enteró de la situación en la que habían puesto a la Srta. Iglesias, mi cliente, se hizo presente en la subasta para sacarla de esa situación que se generó por dicho contrato. Y referente al tema de que abusó de las chicas del servicio, ¡Es totalmente falso! Mi cliente jamás forzaria a una chica a ceder tener actos placenteros con él—mi estómago dio un vuelco al pensar todas la posibles cosas que hizo con chicas antes de que llegara a la casa.

La jueza apoyó su cuerpo hacía adelante dándole a saber que tenía su total atención. Y así, prosiguió—Por lo tanto, mi cliente niega toda acusación y se declara inocente de cualquier acusación referente al tema—terminó de decir y acomodó su saco mientras se sentaba victorioso. El abogado Collen no había dicho una sola palabra— Sr. Collen, ¿Tiene usted algo más que aclarar antes de proceder?—preguntó la jueza.

Cuándo volteé a ver, noté cómo Alessandro echaba humo desde su asiento. Ya me habían dado la total libertad de nuevamente sentarme en mi respectivo puesto, justo al lado de Zayn, y, para ser peor la situación, este me ignoraba totalmente. El Sr. Collen se levantó y sacudió sus brazos—Señoría, he traído un testigo que está dispuesto declarar que son ciertas las acusaciones de mi cliente—sonrió cínico hacía nuestra dirección al darse vuelta.
¿A quienes habían engañado? O mejor dicho, ¿Quiénes serían capaces de vestir esta vil mentira? La jueza hizo seña para que dejaran pasar al "testigo" y al girarme a ver de quienes se trataban, mi cuerpo prácticamente cayó al suelo al ver frente a nosotros al descaro más grande de mi vida, eran las hermanas Iglesias quienes iban a atestiguar. Suspiré más de tres veces para calmar mis impulsos.
Una de las hermanas, justamente Clara Iglesias, quien más me había acogido, fue la que se presentó para atestiguar. Juró decir la verdad y allí fue cuando no pude sentir más lástima de esas mujeres quienes decían seguir la palabra de Dios, cuando eran no más que mentirosas y codiciosas. ¿Ironía no? —Hermana, ¿Conoce usted a la Srta. Iglesias?—preguntó el abogado señalándome—Sí—contestó— ¿Asegura que duró 17 años bajo su total custodia?—nuevamente apuntó a una pregunta—Sí, recuerdo muy bien el momento en que fue dejaba en nuestra puerta. ¡Siempre le preguntaba a Dios qué tipo de ser humano le haría esa maldad a alguien! Hasta darme cuenta que no fue más que una bendición. Jamás decidimos venderla o exponerla en una situación así, ¡Sabíamos todas las cosas que esta chica había vivido como para contribuir más en su pesadilla!—Dios, ¿Es enserio? Bufé.

La jueza intervino—Disculpe que interrumpa su discurso, pero, el abogado defensor me presentó un documento de adopción en el cual está su nombre, firma y huella, es decir, usted aceptó la compra de la Srta. Iglesias quien pasó a ser, Srta. Malik frente al documento. ¿Cómo justifica su nombre y firma en tal documento?—preguntó la jueza, estaba que la besaba. ¡Al fin había dicho algo que me favorecía!

SUBASTADA. (ZAYN MALIK) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora