CAPITULO 63

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  Así que decidí caminar más rápido que ellos pero sus grandes piernas les dieron ventaja de acercarse cada vez más a mí, haciéndome entrar en pánico y comencé a correr y a meterme por atajos que no sabía, esto iba de mal en peor.
Y para cuando me di cuenta, había terminado en un vecindario abandonado, estaba solo y los pocos hombres que deambulaban por ahí parecían narcotraficantes. No les podía pedir ayuda a ellos. Así que corrí mas rápido, me sentía muy cansada como para seguir pero no podía parar, al menos para morir con la idea de haber luchado antes, si es que iba a morir.
Me di cuenta muy tarde de que ya no tenía salida, literalmente, no había mas calle después de donde había llegado, ahora si era el fin de mi vida. Mis piernas temblaban terriblemente y para cuando intente esquivar a los hombres, me agarraron como una simple hoja de papel en el aire, no mentira, creo que una hoja es más difícil—deja de luchar—me dijo uno de ellos, su voz era lo bastante tenebrosa como para hacerme callar en un segundo. Pero aun así seguí dándole golpes es su espalda con mis puños. Era inútil.
Me llevaron hasta un auto que pude reconocer como un clásico Mercedes Benz, de color plateado, ok, esto era algo serio. Mis brazos dejaron de golpear ya cansados y al parecer para el hombre grande había sido unos largos relajantes minutos de masajes. Desgraciado.

[*...]

Por ahora me encontraba dentro del auto, en el puesto de atrás siendo vigilada por uno de los grandes hombres, este se encontraba en el puesto del copiloto acosándome con la mirada por medio del retrovisor. Y yo como toda una mujer madura, le saque la lengua—ya veo porque le gustas al jefe—comento en un susurro y el otro hombre al escucharlo, lo mando a callar rápidamente, ¿A quién le gustaba? ¿Quién era su jefe? ¿Por qué lo mando a callar?—repite lo que acabas de decir—hable sin temor y este negó con la cabeza ignorándome completamente, bufe enojada y recosté nuevamente mi espalda al asiento, tenía que escapar de estos hombres pero, ¿Cómo?...
Y para cuando me dio la cabeza, comencé con mi imitación—oh Dios mío, mi estomago—comencé a decir y no vi preocupación en ellos, así que seguí—oh Dios mío, ¡VOY A VOMITAR!—grite con cierto terror y por un momento casi se hacia realidad aquello, mi estomago se revolvió para cuando el auto se detuvo de golpe y el copiloto salió rápidamente de su puesto hasta llegar a mi, y me saco rápidamente—vomita—dijo con cierto enojo y vire los ojos, me agache y me prepare mentalmente lista para la acción. Salí corriendo como loca, y me di cuenta del detalle que había olvidado, ¿hacia donde escaparía?, pero aun así seguí corriendo, y en segundos mis piernas se cansaron, esto valía mil vergas.

[*...]

No supe que pasaba hasta despertarme, me encontraba en una especie de sótano, no de esos feos si no como un escondite, me encontraba sola y para cuando divise una puerta, corrí hacia ella y para cuando la abrí, me di cuenta que no había sido yo quien había hecho aquello, alguien estaba entrando y me di cuenta rápidamente de quien trataba "ese alguien".  

SUBASTADA. (ZAYN MALIK) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora