CAPITULO 78

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 Salí del baño y me dirigí hasta el closet donde busque una cómoda pijama de shorts cortos y una franela de tela chiffon, nada incomodo y como lo que iba hacer aproximadamente era acurrucarme bajo mis sabanas, no habría problema alguno como para usarlo.
Busque unas bragas que no me apretasen y me las coloque aun con la bata de baño liada a mi cuerpo, necesitaba alguna crema para mi piel quien ésta se encontraba reseca. Y como no tenía dinero alguno, aparté esa idea de mi cabeza.

Tome la franela de la pijama y la pase por mi cabeza, no tenia pensado quitarme la toalla hasta que esta este bien ajustada a mi contextura, no podía asegurar de que Zayn no iba a entrar en cualquier momento y para mi mala suerte, estar desnuda. Al terminar de colocarme mi pijama, me dirigí al baño y quite la toalla que sostenía mi cabello y guinde en pequeños ganchos situados en la pared, al lado del lavamanos y hurgue en mi mente si no se me pasaba por alto alguna cosa que hacer antes de acostarme a dormir y justo en ese momento me di cuenta de que mi garganta exigía refrescarse, así que baje hasta la cocina con el mayor cuidado posible.

Zayn ya se encontraba encerrado en su habitación, donde posiblemente este durmiendo, duchándose o simplemente cambiando sin cesar los canales de la televisión en busca de algún entretenimiento. Al llegar a la cocina, abrí el refrigerio, saque unos cuantos cuadros de hielo de la gabera y busque un vaso donde servirme agua. Tome de él y sentí el alivio al hacer aquello. Me estaba deshidratando y no me había dado cuenta, ya ahora ni me recordaba de tomar agua, aún sea una vez al día.
Coloque el vaso en el fregadero y apague las luces, ya no eran necesarias, aunque debo aceptar que al ver la falta de luz reinar en toda la planta baja, mi corazón se detuvo y luego comenzó a latir rápidamente. Camine lentamente, con mis brazos extendidos para amortiguar algún choque inesperado, y para cuando comencé a subir las escaleras, noté las grandes puertas de vidrio que llevaban al patio trasero, abiertas. Se supone que éstas debían estar cerradas bajo llave.

Me aproxime hasta ellas y antes de decidir si cerrarlas o no, salí al patio trasero y sin pensarlo, levante mi vista al cielo el cual estaba siendo iluminado por hermosas y diversas estrellas que lo abarcaban todo, y entre ellas, una hermosa luna llena. Desde pequeña me había gustado quedarme hasta tarde, acostada en el suelo sucio, embarrado gracias a la cantidad de agua que diariamente caía sobre él y con la mirada perdida en el cielo oscuro de cada noche. Nunca me había importado el frio o los microbios que recolectaba cada noche, simplemente me encantaba hacerlo y con enfermarme todos los días, no me quitaba aquella costumbre.

Como antes, sentí dicha sensación de que nada existía a mi alrededor, que mis oídos eran sordos a cualquier sonido que pasaba, y mis ojos ciegos a otra cosa que no sea las resplandecientes estrellas esparcidas en el cielo. Pero, todo aquello fue interrumpido por una extraña sensación en mi piel de cómo si alguien la sobaba lentamente, haciendo suaves masajes en forma circular en ella, erizándola por completo. Desperté a la realidad, estaba siendo tocaba por unas manos tibias... y suaves.

Gire solo un poco mi cabeza para echar un vistazo a mi espalda, rodando solo un poco mi tronco, lo cual basto para que mi cuerpo reaccionara con un impulso, elevándome solo un poco del suelo al ser sorprendida por Zayn. Ahogue un chillido.

Zayn esbozo un sonrisa—lo siento si te asusté, no escuchaste mi llamado, estabas como en el limbo—dijo y mi cuerpo se tenso aun mas que antes, ¿desde cuando había estado observándome? O mejor, ¿desde cuando me había estado sobando sin que yo me diese cuenta alguna?—lo siento si te asuste, no era mi intensión—dio pasos hacia mi y retrocedí la misma cantidad quedando en casi la misma distancia que antes—no importa—dichas dos palabras salieron sin pensar de mi boca, tomándome del pelo—entonces... ¿te gusta como se ve la luna esta noche?, no hace falta alguna luz, con ella basta—alzo su vista al cielo y sus fracciones del rostro fueron perfectamente iluminados, lo cual que por escasos segundos admire y luego aparte la vista de él, sabia que lo había estado observando detalladamente. Y debo aceptar que era un hombre sexy, apuesto y que no encontraba algún defecto en su aspecto. Cualquiera caería a sus pies... cualquier chica, menos yo. O al menos eso podía asegurar.

SUBASTADA. (ZAYN MALIK) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora