La luz que entraba por mi ventana fue la causante de mi despertar. Me froté los ojos y me estiré en la cama, en un intento de alejar la somnolencia de mi cuerpo. Me recosté de lado y abrí los ojos esperando encontrarme a un Harry despeinado y dormilón, pero no fue así. Incorporándome levemente, escaneé como pude la habitación en busca de algún rastro de él. En la mesilla de mi lado había una nota escrita. La tomé entre mis manos y la leí.
Pequeña,
Siento mucho no poder estar ahí para darte lo buenos días, pero los arcángeles querían reunirse conmigo a primera hora de la mañana para tratar el asunto que me concierne. Volveré más pronto de lo que imaginas. Tenemos que terminar una conversación, recuérdalo.
Recuperate.
Harry.
Sabía perfectamente a qué conversación se estaba refiriendo. Antes de insertarnos en el granero, y después de introducirme en sus recuerdos, yo le confesé a Harry lo que sentía por él, pero no nos había dado tiempo a aclarar algunas cosas.
Una sonrisa se formó en mi boca sin razón alguna.
*
Tras 4 días, mi hombro ya estaba completamente recuperado y a mi costilla le faltaba poco. En aquel tiempo no había tenido noticias de Harry, pero no me preocupé ya que sabía que el asunto de los "ángeles guardianes" era algo serio y supuse que podría llevar más de lo que me podía imaginar.
Algunos recuerdos de la noche en el granero seguían asaltando mis pensamientos y sueños. ¿Qué había pasado con Leena después de salir del granero? ¿Avisaría a Neve y Liam y estos vinieron? ¿Por qué había mentido en cuanto a los hechos? A lo mejor le habían explicado lo que ocurría y pensó que no debía revelar la información real.
Aquella tarde decidí salir al jardín trasero, con un bloc de dibujo y carboncillos en la mano, con la intención de dibujar cualquier cosa y distraerme un poco. Parte del bosque se adentraba en las tierras de Palacio, y las copas de los frondosos árboles en contraste con el Sol en su punto más alto era algo simplemente espléndido. Me apetecía mucho plasmar aquel paisaje.
Desde el incidente con Paul, decidí valorar más los pequeños detalles de la vida. Nunca sabías cuando iba a terminar tu viaje en ella.
Pasé varias hojas del bloc donde ya había dibujado algo en un pasado y comencé a darle forma al paisaje en una hoja en blanco. Sin embargo, mis acciones se vieron trucadas por alguien, que decidió taparme los ojos con sus dos manos.
—¿Qué hace? ¿Quién es?
—¿No me has reconocido?— susurró en mi oído. Instintivamente mi corazón comenzó a latir deprisa y no pude evitar morderme el labio. Apartó las manos de mi rostro y me puse en pie. Al verle, me lancé a sus brazos fuertemente. Harry correspondió el abrazo con la misma efusividad—. Yo también te he echado de menos, Pequeña.
Me separé un poco de su cuerpo y escaneé su rostro, en busca de algún signo que me indicara una buena noticia.
—¿Cómo ha ido? ¿Volviste al cielo? ¿Eres un ángel guardián? ¿Te han dado alas?— las preguntas salían a borbotones de mi boca, y no las podía detener. Él esbozó una gran sonrisa.
—¿Te apetece caminar un rato? Hay muchas cosas de las que hablar, por lo que veo— indicó gracioso al ver mi expresión de curiosidad en la cara.
Caminé a su lado hacia el interior del frondoso bosque. La pintura había quedado ya en un segundo plano.
—Harry, cuéntame. Estoy impaciente— indiqué. La intriga me reconcomía por dentro.
El chico se pasó una mano por el cabello, despeinándose.
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Como un Ángel - h.s ; Pt. I ∙
Fanfic¿Qué pasaría si todos los que te rodean, no son lo que tú crees que son? Primer libro de la trilogía Falling.