—Vamos, Lucy. Es hora de despertar— habló Nana mientras tiraba de la sábana.
—Cinco minutos más— contesté mientras rodaba por el colchón y quedaba boca abajo.
—Lo que quieras, pero el señorito Horan está esperando a ser atendido por usted— indicó mientras se dirigió a la puerta de mi habitación. Me incorporé de golpe en la cama mientras me frotaba los ojos; ella aún no había abandonado la estancia.
—¿Por qué quiere verme?— pregunté, seguido de un bostezo.
Se encogió de hombros y una sonrisa pícara apareció en su rostro.
—A lo mejor viene a pedir su mano, quién sabe.
Parpadeé varias veces. Aún estaba algo adormilada, sus palabras no me habrían alarmado tan poco de estar en mis plenas facultades.
—No lo creo.
—Es un chico muy apuesto— indicó mientras abría la salida.
—Mary, no se vaya a enamorar de él— Nana dio una carcajada.
—Tranquila, princesa. Es todo suyo.
Rodé los ojos mientras ella desaparecía de mi dormitorio.
Tras varios minutos rondando por la cama, decidí vestirme y no hacer esperar mucho más a mi amigo irlandés.
Desde la muerte del rey, tanto él como su padre habían recentado el castillo numerosas veces para tratar la depresión de mi madre y, en parte, la mía. Aquel día era sábado y ellos no solían presentarse los fines de semana, por lo que su visita me resultó algo extraña.
—Buenos días, princesa— saludó, haciendo la reverencia formal de cortesía.
—Hola, Niall— dije mientras anduve hacia la entrada para reunirme con él—. No le esperaba hoy. ¿A qué se debe esta grata visita?
Él sonrió, mostrándome su blanca dentadura. Uno de sus incisivos estaba ligeramente curvado hacia el interior de su boca, cosa que lo hacía ver más niño de lo que en verdad era.
—Mi padre y yo hemos organizado una salida al bosque mañana a las doce, y se me había ocurrido que quizás le apetecía venir y acompañarnos.
—¿Qué tienen preparado?— se remangó las mangas de su chaqueta y después devolvió la atención a mi rostro.
—Tiro al plato. También asistirán los de Vere.
Asentí con la cabeza, entusiasmada con la idea. Iría mi mejor amiga.
—Espera, ¿el asunto de Robertya se ha resuelto?
Niall se encogió de hombros.
—No lo sé, pero supongo que es inocente hasta que se demuestre lo contrario, ¿no?
«Inocente o culpable», indicó mi yo más rencoroso.
—Bueno, ya que estoy aquí iré a ver a tu madre. Con permiso— volvió a inclinarse hacia delante en modo de despedida y subió escaleras arriba.
**
Durante todo el día estuve pensando en las últimas palabras de mi padre y en el por qué de ellas, y el hecho de no poder recordar algo que había presenciado con mis propios ojos y ser consciente de que me faltaban datos relevantes acerca de la muerte de mi padre me ponía de los nervios.
Estaba segura de que el asesino era un ser sobrenatural: un arcángel, un ángel caído o un nephilim. Alguien debía haberme borrado la memoria pero, ¿quién?
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Como un Ángel - h.s ; Pt. I ∙
Hayran Kurgu¿Qué pasaría si todos los que te rodean, no son lo que tú crees que son? Primer libro de la trilogía Falling.