Lo más difícil es el comienzo

Los problemas se multiplican

Narra Jason :

Que carajo fue eso...

¿Mia me dio un beso? Pasé la mano suavemente por mi mejilla, confundido, seguidamente me di un pellizco para ver si esto era real, me dolió, no estaba soñando. Me sentía muy feliz y orgulloso, victorioso. Cumplí lo que prometí hace años y eso me relajaba, Mia la pasó bien, no puedo creer que me metí a bailar en una pista de hielo.

Rezo porque nadie se entere.

Mia estaba un poco mas adelante que yo, yo seguía quieto, su beso me tomó por sorpresa, ¡Solo estoy sorprendido! ¡Nada mas! Pero ¿Por que me parece tan extraordinario?  ¡Solo fue un bendito beso! Cualquiera viene y te da un beso en la mejilla ¿No?
No, esperen, Mia no, ¿O si? Me siento...raro, voy a tomar su beso como un agradecimiento. Si, lo tomaré como un agradecimiento.

Todo surgía de forma pacífica, todo iba demasiado bien.
Por lo menos hasta que escuché un grito desesperado.

mia: ¡AYUDA!-Fue en ese momento que noté que era un grito de Mia; corrí hacia ella y me paralicé. Mia estaba cubiera de nieve hasta la cadera, esta pálida, como si en cualquier segundo fuera a desmayarse.

yo: ¿¡Mía!?-Me quedé en shock por un segundo, hasta que reaccioné a lo que sucedía. Tengo que sacarla de ahí, y RÁPIDO. Mía gritó nuevamente.

mia: ¡JASON! ¡AYUDAME!-Y me acerqué a ella, no sé cómo se metió ahí- ¡LA NIEVE!-Y largó un sollozo-¡ESTOY EN UN POZO! Por favor, ¡Siento como si me tragara!-Y se desesperó más.

yo: Tranquila Mia, te voy a sacar-Ella no podía moverse, pero lo hizo lo suficiente como para poder estirar sus brazos hacia mi.

mia: ¡SACAME DE ACA!-Y largó un grito ahogado. Me agarró la desesperación, ella estaba llorando, estaba MUY asustada, la tengo que sacar.

Me metí en el pozo de nieve y agarré a Mia por debajo de los brazos, tiré de ella y la levante. Llevaba a Mia en los brazos, salí del pozo como pude, y corrí hacia el sector de piedra del camino.

Mia seguía llorando, no se porque, pero verla asi me rompió el corazón. La dejé en el piso y la observe por un momento, pero algo en mi cuerpo me impulsó a abrazarla, no me gustaba que estuviera asi de mal por la nieve, que era practicamente mi culpa que tuviera miedo. Largó un pequeño sollozo...
Maldita sea, dejá de llorar, por favor.

Mia me empujo de un fuerte manotazo. Yo la mire extrañado.

mia: ¡No me toques!-Me gritó, me alejé unos centímetros y fruncí el ceño. ¿Cuál es su problema?

yo: ¿Qué te pasa? ¡Ya estás bien!-Le comenté, por si acaso lo había olvidado-¡Yo te salvé!

mia: ¡NO ME SALVASTE!-Y se levantó, enfrentándome-¡Todo lo contrario!-Secó sus lágrimas-...¡Me prometiste que me ibas a proteger! ¡Y tu palabra significa mucho para mí! ¿¡Sabías!?-Me quedé atónito-...¡Es todo tu culpa!-Pasó las manos por su pelo, nerviosa-¡MIERDA!-Maldijo para ella-...¡No voy a confiar en vos nunca más! ¡IDIOTA!-Me golpeó el brazo.

¿¡Que dice!? Está asustada.

yo: ¿¡Qué estupideces estas diciendo!?-Ella no dejó de mirarme como si quisiera que me mataran-¡YO NO TENGO LA CULPA DE QUE SEAS TAN INQUIETA!-Le grité descontrolado, me ponía de los nervios-...¡No es mi culpa que seas tan impetuosa, impaciente, malhumorada, llorona y cobarde!-Escupí mis palabras como si el odio que sentía se hubiese acumulado justo allí.

mia: Retirá lo que dijiste...-Se acercó más a mi, de forma amenazante. Daba miedo-...Ahora-Dijo apretando los dientes. Sus ojos iban a estallar de la furia, sus mejillas estaban rojas.