Epílogo: "Es amor, después de todo"

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¿Alguna vez has sentido que tu vida ya no toma sentido si falta algo o alguien en ella?
Pues bueno, me sentía así.
Claro está que todo mejoró, y ahora mismo estoy en mi último año de escuela secundaria. Todo ha sido tan loco; desde perros rabiosos que me mordieron, hasta peces atorados en la garganta de las personas.

No estoy segura de lo que está pasando, pero voy a sobrevivir-Risa-Después de todo, ¿Qué es lo peor que podría pasar? ¿Un desmayo por enésima vez? ¿Un beso con lo que fue mi peor enemigo? ¿Una fobia rara? ¡Mi vida es una aventura! Esto es tan raro.

Los pondré al tanto ¿Si?

Últimamente estuve durmiendo en la casa de Jason, buscando un trabajo de medio tiempo para comenzar a mantenerme a mí misma. No encontré ninguno hasta el día de hoy, soy pésima.
De vez en cuando me quedo en la casa de mis amigas, Flor y Sally. Y, por supuesto, Tom.

Primer día del resto de mi vida:

–¡Ya no ronques!–Oí gritar a Jason, a la par que me lanzaba una almohada desde su cama. Me quejé.

–¡No es mi culpa!-Y le mostré la lengua, Jason me lanzó otra almohada. Limpié mi saliva y me levanté de la cama, aproximándome hacia el. Jason tomó una posición de ataque en cuestión de segundos.

–¡No me pégues!-Lloriqueó, me reí. Tomé una de sus almohadas (la ultima que le quedaba) y comencé a golpearlo con la misma. Jason cubría su cara con las manos.
Entonces, de un rápido movimiento, cuando levanté la almohada para pegarle una vez más, me agarró los brazos y se incorporó en la cama.

Me giró velozmente y rodeó mis piernas con los brazos. Con fuerza, me levantó del suelo y me colocó en su hombro. Maldito sea, el y sus manías de hacerme reír cuando quiero estar enojada.

–¡Bajame!–Grité, el me chistó para que hiciera silencio. Pues su madre y padre no están en casa, pero aun así, los vecinos no carecen de oídos. Yo, dada vuelta, solo veía su espalda desnuda y su trasero. Y hablando de eso...–Se que me estás mirando el culo, Jason...–Le comenté aburrida, entonces recuerdo que mi pijama está bien corto.

¡Mierda!

–¿Te dijeron que tenes un buen culo?-Dijo Jason con arrogancia ¡MALDITO PERVERTIDO! Grité de la frustración y comencé a golpearle la espalda. Lo escuché reír.

–Esto es abuso, te voy a denunciar–Largó una risa más fuerte, mis mejillas comenzaban a teñirse de rojo. No veía forma de soltarme, estaba inmovilizada. Puto rubio teñido.
Patalee seguidas veces, pero me quedaba sin ideas.

Pero, ¡vamos! Quiero decir, son las 22:12 y yo acá, luchando por mi vida. Me sorprendería si algún día no fuera así ahora. Dejé fluir mi imaginación, me puse creativa, todo para soltarme y lograr que me bajara.

Jason gritó

–¡Agh!–Exclamó, mi plan funcionó como era debido, debí haber hecho esto hace años. Me dejó caer a la cama nuevamente, mientras se quejaba del dolor, yo solo reía–...A-Acabas de ¿¡Morderme la espalda!?-Me estaba quedando sin aire de la risa que tenía en ese momento.

–No me juzgues...–Dije entre risas, mientras me calmaba–...Era eso o rasguñarte hasta que sangres–Jason tenía los ojos como platos.

–¡Maldita loca!-Y se abalanzó sobre mi, grité de la sorpresa-...¡Te vas a enterar lo que es una mordida!–El es más grande que yo, de por tanto, yo trataba de sacarlo de encima, pero me resultó imposible. Le pegaba y rasguñaba para que se me quitara, aunque no había caso.

Lo más difícil es el comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora