3| MY ONLY LOST ||teen wolf. [ᴍᴏᴅ]

3. Dumb jealous.

—¿Qué?

—¿A qué te refieres con ¿Qué??

Samantha rodó los ojos. ¿Por qué la presionaron a venir aquí?

—Me refiero a qué y sabes a qué.

—¿Qué qué?

—¡Dejen de decir qué! —replicó Sam sin paciencia.

—Es que me dio la mirada —explicó Stiles a su mejor amiga. El moreno frunció el ceño.

—No le di una mirada.

—Fue una mirada peciliar, Scott.

—¿Qué mirada?

—Oh, genial. Ahora es con mirada —Samantha caminaba adelante porque sabía que si se detenía, daría media vuelta y se iría.

—Esa mirada que dice que lo último que quieres hacer en este momento es ir a una fiesta.

—No es eso —replicó Scott—. Sólo que me resulta raro ir a la fiesta de otra escuela.

—¿Qué? Dios mío.

—Tú eres un hombre lobo...—repuso la rubia— ¿Y es eso lo que te parece extraño?

—Sólo un trago ¿ok? —pidió Stiles—. Estarás bien. Conozco a esta chica del jardín de niños.

—Sí —respondió Sam—. La Heather, con la que, por cierto, te has visto varias veces.

—Salimos a comer alguna que otra vez... ¿Celosa? —se detuvo Stilinski. Samantha y Scott siguieron caminando. La rubia giró la cabeza y lo miró.

—¡Quisieras!

—Tus latidos aumentaron... —murmuró Scott en un canturreo.

—Tú cállate. —Stiles llegó hasta ellos.

—Prometió presentarnos a todas sus amigas —siguió hablando en intento de convencer a su amigo—. Así que está noche... nada de Allison —Stiles miró levemente a Sam—. Ni Mónica.

—¿Mónica?

—¿Mónica? Creí que se parecía más a Rachel.

—Pero yo soy más Chandler que Ross.

—Oh, esperen... ¿Hay una Rachel? —preguntó Samantha más confundida sin entender sus referencias.

—¿Estás seguro? —Scott omitió la pregunta de Samantha y miró a su amigo muy serio—. Mónica es perfecta para Chandler.

—Pero Chandler merece un poco de libertad, ¿no crees?

—Tienes razón.

—Claro que la tengo.

—¡¿Alguien puede contarme quién es Monica?!

—Después —la cortó Scott viendo fianlmente el punto de Stiles. El moreno sonrió mirando una llamada perdida de Allison y la borró—. Stiles tiene un punto: hay que seguir adelante.

—Con éxito creciente e imparable.

—Pero... —trató de insistir la rubia.

—Hagámoslo.

—De eso hablo. —celebró Stiles ya en frente de la casa de Heather—. Ahora, mírame.

Chocaron las manos con un extraño saludo ni siquiera percatándose de la existencia de Samanatha. La dejaron atrás mientras hablaban. La única pregunta que tenía en la cabeza era: ¿Quién demonios era Monica?