Samantha ingresó a la clase de literatura. El profesor todavía no había llegado por ende había lugares desocupados y alumnos entrando. La chica no dudó ni dos veces y, mordiéndose el labio y luciendo tímida, se sentó justo en el banco al lado de Stiles que la miraba expectante.
Lydia fue en el cubículo de adelante y Allison... el único lugar disponible era justamente delante de Scott. Samantha se tapó la boca y rió por lo bajo.
—¿Hay alguien o...?
—No —respondió el moreno interceptándola—. No, no, no... es tuya. Es... toda tuya. Está totalmente libre.
Samantha apoyó su mano en la frente preguntándose por qué su mejor amigo tenía que ser tan patético.
Allison lo miró divertida sin poder llevar la seriedad y se sentó. Stiles lo vio fijo. Quería maldecirlo prácticamente porque también cayó en cuenta del ridículo recién provocado, en cambio sonrió amistosamente y subió el pulgar.
Los celulares comenzaron a sonar colectivamente. Esto definitivamente no tenía buena pinta. Stiles y Samantha intercambiaron miradas. Era un largo texto.
—"El horizonte se interrumpía —Samantha miró perpleja a quien parecía ser la nueva profesora. Su vestimenta implacable le hacía sospechar demasiado. —...por un banco negro de plumas y el canal calmo que lleva a los extremos confines de la tierra y fluía sombrío, bajo un cielo cubierto, parecía conducir hasta el corazón de una gran oscuridad".
Holly le advirtió que podrían pasar situaciones así donde es importante abrir bien los ojos.
—¿Qué sientes antes de que las cosas malas pasen? —Recordaba a la perfección las palabras de su tía. Ambas estaban en el salón del patio. Lejos de familiares y más importante lejos de su padre.
—Un dolor incómodo en el estómago. —La mujer sonrió asintiendo.
—Exacto. Es como una alerta. Aparecerá cuando tienes un gran presentimiento de peligro.
La profesora sonrió amigable pero no cambio la expresión de rechazo en el rostro de la rubia—. Esta es la última frase del primer libro que vamos a leer —Qué bonito—. También es el último mensaje que recibirán en esta clase. Teléfonos apagados.
Samantha lo hizo. Pero no se quedaría con las ganas de decir algo que lleva guardado. Había aprendido a no quedarse con nada. Enfrentar las consecuencias.
Levantó la mano llamando la atención de toda la clase. Hasta Stilinski susurró un «¿Qué haces?» que fue ignorado.
—Sí, señorita... —la mujer parecía sorprendida.
—Pierce, Samantha. —ladeó la cabeza—. Quedé fascinada con la cita. Sin embargo, necesito preguntarle: ¿los directivos sabían cuál era el propósito de la solicitud de los números de cada estudiante? —la profesora quedó anonadada y antes de que pudiera contestar la rubia se lo impidió—: Porque sinceramente si hubieran sabido que los usaría para algo tan grotesco como verse bien en su primer día, dudo que se lo hubieran permitido. Los números de teléfono deben usarse para emergencias y es una violación a la privacidad del alumnado.
La mujer tenso la mandíbula viendo a los demás estudiantes. Las palabras simplemente no salían de su boca. Acababa de ser callada por una estudiante.
—Descuide, no tiene que responder. El silencio otorga, profesora. —Ni bien tiró la bomba prosiguió a escribir la fecha en su carpeta como si nada hubiera pasado.
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3| MY ONLY LOST ||teen wolf. [ᴍᴏᴅ]
Hayran KurguMOL| Después de cuatro meses, Samantha Pierce vuelve a Beacon Hills. Nunca se esperó que cuando volviera, una ola de caos y sucesos se desatarían... Ella sabe qué es. Está aprendiendo a controlarlo, ¿Podrá servirle para ayudar a sus amigos en Beaco...