Sunset |Gilbert Blythe.

Four.

Andra Vogel.

—A-Andra.–Harry tomó mi muñeca.–Debo ir a casa lo antes posible.—¿Vienes conmigo o t-te vas a quedar aun?

—Ve, yo se como llegar.–El asintió y con prisa fue a casa.

Queria ver aún como era este lugar había una bodega en la parte trasera del colegio, me encontré con Billy y sus amigos, el rubio se burló mientras tenia un libro entre sus manos se acercó a mi.

—Oye Vogel, ¿Nisiquiera sabes leer?–Se rió.—Solo tienes que leer una palabra.–Intentaba retener mi furia.—¡Hazlo!

No me retuve más y le impacte un golpe en la nariz, cuando el se la agarró me puse sobre el golpeando innumerables veces. Sentí unos brazos separarme de él, con enojo el aprovechó y me abofeteo.

Gilbert detuvo a Billy antes de que me diera otro golpe, hizo que me soltaran, el se me acercó buscando algún enrojecimiento en mi mejilla producto del fuerte golpe que habia recibido.

—No es de un caballero golpear a una mujer.–Gilbert miró con enojo al rubio.

Tomé la oportunidad y me marché, poco después Blythe estuvo a mi lado.

—¿Te encuentras bien?–Camino junto a mi.

—Si.–Asentí.

—Apuesto a que no fue tu primer pelea.–Hizo una broma la cual ignoré por completó.—Nadie habia golpeado a Billy hasta ahora.

—Billy Andrews no parece muy listo.–Nos internamos en el bosque.

—Algunos dicen que es el más tonto de la escuela.–Se encogió de hombros.—¿Recuerdas como volver a casa?

—El que no sepa leer no me hace estúpida.–Me adelanté cuando el se detuvo.

—Esta bien, de todas maneras te acompañaré.–Camino levemente rápido para alcanzarme.—Nunca se sabe que peligros hay.

Solo asentí sin darle importancia a sus palabras.

—Me llamo Gilbert Blythe.–Intentó romper el hielo.

—Lo sé.–Lo mire extrañada, era obvio que lo sabía.

—No quisiera ofenderte pero, ¿Es la primera vez que estas en una escuela?–Preguntó.

—Si, quien me enseñaba antes era mi padre pero decía que las mujeres no tienen la necesidad de estudiar por lo que solo me enseñó pocas cosas, lo recuerdo tan bien "Las mujeres no tienen la necesidad de estudiar, cuando crecen solo cuidan a los hijos o se hacen unas solteras lavanderas"–Odiaba esa parte de mi padre.

Miré el camino mientras soltaba un suspiro antes de voltear a ver a Gilbert.

—¿Crees que el señor Phillips me pueda enseñar?–El solo negó.

—Exclusivamente a la única que enseña es a Prissy Andrews.–Se arregló el gorro.—Pero... Si quieres te puedo enseñar a la hora de comer.

Sonreí y no pude retener mi felicidad por lo que lo abracé.

—Gracias, gracias, gracias.–Repetí mientras el soltaba una risa.

—No te preocupes.–Dejé de abrazarlo.—Supongo que aquí es.

Yo asentí dándole la razón, mientras me despedía con un ademán de mano.

—Andra, espera.–Me volteé.—Ten, una manzana.

—Gracias.–Agradecí para esta vez irme y entrar a casa.