Sunset |Gilbert Blythe.

Sixteen.

Andra Vogel.

El plan estaba saliendo a la perfección, habíamos logrado subirnos al tren que nos llevaría a Charlottetown todo el camino nos mantuvimos callados esperando llegar.

—Creo que es aquí.—Anne murmuró.

—De acuerdo.—Me levanté y abrí la puerta del compartimiento.

Mis ojos se abrieron a más no poder y me sobresalte al ver a Gilbert frente a nosotros con una sonrisa victoriosa.

—G-Gilbert.—Reí nerviosa.—¿Qué haces aquí?

—Debería preguntar lo mismo, cariño.—Habló con una sonrisa.

Me extendió la mano ayudándome a bajar, tras de mi comenzaron a bajarse el resto quienes le contrataron nuestro plan para salvar el trabajo de la Señorita Stacy.

—Espero que Bash me perdone.—Me comentó mientras caminábamos de la mano como en muchos de mis sueños.

—Lo hará, estoy segura de eso.—Besé su mejilla.—Nos vemos aquí para tomar el tren de la tarde.

El asintió mientras cada uno se divida con diferentes objetivos, al llegar a una tienda de empeño todos pusimos algo completando el dinero para las bombillas pero al momento de salir en dirección a casa de la tía de Diana, Moody tropezó rompiendo todas las bombillas.

—¡Moody!—Anne se acercó intentando buscar alguna bombilla intacta pero ya todas se habían hecho añicos.

Sin más opciones fuimos con la tía quien tenía una enorme casa llena de arte, ahora entiendo porque Cole la admira tanto mientras Ruby lloraba por no saber que hacer para salvar el puesto de la Señorita Stacy, la tía de Diana se acercó a donde yo estaba sentada.

—Es un gusto conocerla, Señora Barry.—Le extendí la mano la cual aceptó encantada.

—Dime Josephine, el señora me hace sentir anciana.—Río.—Así que tú eres la hermana de chico del que Diana hablaba tanto.

—Harry.—Afirmé.

—¿Como está el?—En su mirada abría fiero brillo.

—Falleció hace algunos meses, tuberculosis.—Agaché la mirada.

—Lo lamentó tanto querida.—Pude notar la sinceridad que emanaba su voz.—Estoy más que segura que Harry ahora está en un lugar mejor, danzando con mi Gertrude.

—Era el mejor bailarín de la familia.—Reí levemente.—Mis padres me llevarán un tiempo a Paris para distraerme un poco de este asunto.

—Conozco esa mirada, ¿Qué te detiene?—Me miró intentando leerme como un libro.

—Yo... Estoy enamorada de alguien y hemos estado juntos por más de un año, no quiero dejarlo durante tanto tiempo.—Hice una mueca mientras jugaba con mis dedos.

—Que el tiempo nunca sea un obstáculo, si ambos se aman estarán destinados a estar juntos aunque no sea en esa vida, porque quien te ama sería capaz de esperar por ti meses, años e incluso vidas.—Su voz era serena.

—¿Crees que te reencontrarás con Gertrude en otra vida?

—Mi querida Andra, estoy más que segura de que así será.

Medito un momento recordando lo que había ocurrido y porque estábamos ahí;—Rolling, ¿Tenemos escaleras?

El mayordomo nos ayudó a bajar de los candelabros los focos de estos, otros los sacamos de lámparas y al final nos despedimos de Josephine a quien sin duda alguna volvería a visitar luego del viaje a Paris, esa mujer es impresionante.

—¡Anne, dame eso!—Gilbert le quitó la caja que portaba los focos subiéndolos al tren.

—Cole, ¿Qué sucede?—Pregunté al verlo quieto en el mismo sitio.

—Yo me quedo... Aquí puedo ser yo mismo.—Sus manos temblaban.—Josephine me dijo que puedo vivir con ella.

Me acerqué a él con una sonrisa y le di un abrazo;—Se tu mismo Cole, se feliz.

El me miró con una sonrisa y sus ojos cristalinos, realmente lo iba a extrañar pero quería verlo sonreír y disfrutar lo bueno que la vida le puede ofrecer.

—Vendré a visitarte, lo prometo.

—De acuerdo... Gracias Andra.

Sin más me despedí subiendo por fin al tren donde Gilbert me esperaba con una sonrisa, estaba más que segura de lo que sentía por el y por mas que quisiera quedarme a su lado, todo debe tener un fin.