Eight.

1.8K 182 5
                                    


Andra Vogel.

Gilbert me había pedido que lo acompañara a casa, su padre estaba muy enfermo por lo que acepté ir.

—¿Es sábado?—Preguntó el mayor recostado en su cama.—Deberían estar jugando en la nieve...

—Afuera hace mucho frío.—Me excusé haciéndolo reír.

Gilbert y yo estábamos sentados frente a el cada uno tomando una taza caliente de té.

—Me alegra verlos.—Sonrió y dirigió su mirada a su hijo.—¿Podrías leer mi poema favorito?

—Claro.—Comenzó a recitar.

Esa noche me quedaría haciéndome compañía a Gilbert, había mentido a mis padres diciéndoles que iría a casa de los Barry y aunque no me gustaba mentir realmente quería estar con Gilbert.

Al caer la noche, el señor Blythe se durmió mientras su hijo terminaba de lavar algunos platos que habíamos usado durante la cena mientras yo secaba y guardaba, al finalizar la tarea ambos fuimos al cuarto que gracias a todos los libros en los estantes pude notar que era de Gilbert.

—Todo va a estar bien.—Besé la mejilla del chico.—Tú padre va a mejorar ya lo verás.

—Eso espero.—Suspiro.

Ambos nos sentamos en su cama para conversar, el había dicho que dormiría en el mueble pero por ahora quería tenerlo a mi lado.

—Gilbert, ¿Prometes quedarte a mi lado sin importar que?—Pregunté con inseguridad.—Faltan pocos años para graduarnos e ir a una universidad.

—Estaré contigo sin importar que.—Me dio un beso casto.—Eres todo lo que había soñado, y si pudiera demostrarte cuando te quiero lo haría, renunciaría a lo que sea por ti.

—Blythe.—Sonreí viéndolo enternecida, amaba aquellos momentos en los que podíamos hablar sin importar los demás.—Eres la persona adecuada, en el momento perfecto... Estoy profundamente enamorada de ti.

Pude notar el pequeño sonrojo en sus mejillas antes de besar mi frente y levantarse;—Creo que ya deberías dormir.

—Quédate conmigo... solo hasta que me duerma.—Sostuve sus manos invitándolo a sentarse nuevamente.

El acepto y se acosto a mi lado a una distancia justa para no incomodarnos, comenzó a tararear una canción mientras acariciaba mi cabello y sin darme cuenta me dormí.

A la mañana siguiente desperté con cuidado, al parecer Gilbert también se había dormido junto a mi, sin decir nada lo observé era casi como ver a un bebé dormir.

—¿Dormiste bien?—Pregunté cuando lo vi abrir los ojos.

—Lo siento, no me di cuenta en que momento me dormí.—Se levantó de la cama con sus mejillas sonrojadas.—Y... Y n-no quise, quiero decir, lamento... Hmm

Reí un poco al verlo caminar de un lado al otro buscando la excusa perfecta;—Hey no te pongas así, está bien.

Me levanté ayudándolo a tender la cama, fuimos hasta la cocina donde entre risas hicimos un pequeño desayuno para su padre.

—Ya regreso.—Salió de la casa en dirección al granero mientras yo servía algo de té para su padre.

No me di cuenta en que momento alguien comenzó a tocar la puerta, pero me asuste cuando vi al mayor abrirla;—Señor Blythe, tenga cuidado afuera hace mucho frío.

—No te preocupes Andra, creo que es una compañera tuya.—Rio mirando a la pelirroja que estaba afuera.

—¿Andra?—Pude verla desde afuera cargando unos libros.

—Papá, no puedes caminar.—Gilbert entró ignorando la presencia de Anne.

—Está bien.—Entró a la casa con cuidado.

—Le traeré una silla.—Iba a moverme pero el negó.

—Puedo ir solo Andra querida, ustedes hablen con su amiga, ¿De acuerdo?—Me mostró una sonrisa.

Fui junto a Gilbert quien tenía nieve en su cabello, me empine un poco y lo revolví quitándoselo.

—El Señor Phillips no quiere que te atrases.—Le entrego unos libros.—Lo siento Andra, si hubiera sabido que estabas aquí también te los hubiera traído.

—No te preocupes Anne.—Sonreí mientras abrazaba el brazo de Gilbert.

—B-Bien.—Murmuró.

—Entonces... Gracias Anne.—Gilbert cerró la puerta.

—Tengo que irme.—Comenté mientras el castaño asentía.—Iré a despedirme de tu padre.

Al entrar al cuarto el hombre estaba acostado jugando con sus dedos y al notar mi presencia se incorporó;—Andra, antes de que te vayas... Quiero pedirte algo.

—Claro señor, lo que sea.—Me acerqué a el.

—Cuida mucho de Gilbert... Es un buen muchacho y me alegra verlo feliz.—Sostuvo mi mano.—Por favor, no lo dejes solo cuando me marche.

Sin saber que responder le mostré una sonrisa mientras asentía;—Se lo prometo, y no se preocupe vendré a visitarlo pronto.

—Gracias Andra.—Soltó mi mano mientras me despedía.

Al estar nuevamente con Gilbert me acerqué besando su mejilla;—Te veo en la escuela.

—De acuerdo.—Sonrió abriendo la puerta.

* * *

Ya habían pasado algunos días desde la ultima vez que vi a los Blythe, realmente me preocupaba el hecho de que Gilbert no fuera a la escuela.

—Andra, Harry.—Mi madre nos detuvo antes de marcharnos a la escuela.

Mi hermano a pesar de aún sentirse enfermo no quería retrasar más sus estudios por lo que comenzaría a ir conmigo.

—¿Que sucede madre?—Pregunté curiosa.

—Esta tarde iremos a un funeral, alisten sus mejores ropas.—Comentó haciendo que la piel se me erizara.

—¿F-Funeral?—Preguntó mi hermano.

—El Señor Blythe falleció esta mañana.—Ahora mi padre comentó despreocupado.

Pude sentir como mi corazón se rompía, y lo único en lo que pude o más bien en quien pude pensar fue en Gilbert.

Sunset |Gilbert Blythe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora