Para ser sincera con mi mente, el lugar era una mierda que se caía a pedazos. Sin embargo, eso no alejaba a los clientes que, por cierto, bebían y gritaban en sus respectivas mesas de madera, como si se hallaran en el paraíso y no en un lugar de mala muerte.
Me hice camino entre las mesas ignorando las pocas miradas que se dirigieron hacia mí. Solía frecuentar este desgastado bar continuamente, pero eso cambió cuando decidí traicionar al dueño del mismo. Fui una chica mala, lo admito.
Desde que me deshice de aquellos dos guardianes, hace ya seis meses, mi vida se convirtió en una maldita moneda de cambio. Innumerables clientes que anteriormente me habían contratado ahora me querían entregar a cambio de alguna mierda para quien me desee. Y créeme, todos me desean y quieren aprovecharse de mí. Por ejemplo, el maldito viejo Adolph, pero no del modo caliente. Eww. No ese viejo, por lo menos.
No es que les eche toda la culpa a los guardianes, mi cabeza ya tenía su propio precio y peso para la comunidad sobrenatural, pero era una existencia a oscuras, lo que hicieron los guardianes es dar luz a mi rostro y captura a quien tratara conmigo. Eso fue lo que dificultó mi trabajo. Y recordando el cartel de "se busca" con mi maldito rostro en él y una recompensa atrayente, mi situación acababa de empeorar.
¿Quién dice que no obtengo suficiente?
Tomé asiento en una banqueta frente a la barra, Blaz hizo lo mismo a mi lado, mirando de forma incómoda el lugar. Luego su mirada se detuvo de forma abrupta y tragó con nerviosismo. Miré hacia allí y sonreí.
Vi a una pequeña cantinera vestida con ropas negras y góticas dirigiéndose hacia nosotros. Su cabello rubio oscuro se encontraba amarrado en un moño desprolijo, sus relucientes ojos dorados fijos en mí. Una vez que llegó, apoyó ambas manos en la superficie de la barra y me observó con malicia y rabia contenida. Ups.
—¿Qué diablos haces aquí? —inquirió, sus ojos me perforaron como cuchillas afiladas y ardientes.
Golpeteé mis dedos en la barra.
—Es una gran alegría verte también, pequeña Iris —le sonreí, ella no. Rodé los ojos—. Bieeeen—dije absorbiendo su amargo estado de ánimo—. Busco a tu hermano—fui directo a mi cometido.
Ni bien dije eso, Iris entrecerró sus bonitos ojos de forma amenazante.
—¿Para qué lo quieres? y ¿Qué te hace pensar que él desea verte? —ella se cruzó de brazos, quizás queriendo demostrar su firmeza, determinación y autoridad. Sí, todo eso, pero lo único que me transmitía era su inseguridad. Era tan tierna.
—Necesito sus servicios y sé que le agradará lo que tengo para él —le aseguré, guiñándole el ojo.
Ella me escudriñó con la mirada de forma amenazante.
—Sea la mierda que traigas contigo no se la pegues a mi hermano, la última vez que se relacionó contigo fue entregado a una mafia de malditos humanos y casi decapitado.
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Magia muerta
FantasyConoce a Kim, la mercenaria más buscada, temida y odiada por diferentes razas. Ella es un imán para los problemas, pero no se abstiene de lanzarse de lleno en ellos y disfrutar cada momento. Irritantemente desinteresada para unos, absolutamente desp...