Capítulo 19

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Mi cuerpo impactó nuevamente contra la pared

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Mi cuerpo impactó nuevamente contra la pared. El brujo con esteroides me lanzó como cual costal de papas, no había nada profesional de mi parte en ello. Tenía a mi aprendiz a pocos metros sintiendo pena por mí, seguramente. Le había dicho que no interfiera, que lo tenía controlado. La vida me odiaba.

No podía hacer visible mi espada, pero al menos tenía los parches de defensa que, generalmente, no eran afectados en este tipo de celdas. Aún quedaba un retazo de esperanza para mi magullado ego. Logré utilizar uno para amortiguar el golpe, aterricé en el suelo con un quejido de dolor. Me puse de pie de forma lamentable, intenté recuperar el aire y un poco de dignidad en el proceso.

—Espera —dije, recargándome en mis rodillas—. S-solo un segundo —tosí por el polvo a mi alrededor—. ¿Crees que existe una diminuta y milagrosa posibilidad de que hagamos una tregua? —él sonrió con malicia—. ¿Eso es un sí? —pregunté esperanzada.

Se lanzó hacia mí como un camión de carga, cuando estuvo peligrosamente cerca y a punto de moler mis delicados huesos, llevé la mano a mi pecho e introduje el parche. No era de ataque, pero podría no funcionar por la cantidad de magia que requiere. Aposté todas mis fichas, el plan ya estaba en marcha.

Insertion —me había movido estratégicamente hasta tener la celda detrás de mí, por lo que cuando el parche funcionó vi el momento exacto en que el gran cuerpo del brujo impactaba contra los barrotes y una descarga de magia lo achicharraba. Antes de que esta lo lanzara hacia nosotros, utilicé otro parche defensivo—. Hylkiä —alcé las dos manos, lo más cerca que pude estar de él, sentí el furioso impacto de la magia al instante. La fuerza de la colisión me lanzó hacia atrás, pero antes de lograr derribarme, Blaz estuvo allí, sosteniéndome mientras reducía el choque y el parche se encargaba de regresar el golpe. El brujo ogro volvió a estar aplastado contra los barrotes y se sacudía por la abundante magia que devoraba su cuerpo. Me mantuve unos segundos así, combatiendo una fuerza invisible, mientras la magia de la celda hacía el resto del trabajo.

Blaz me sostuvo en todo momento, de lo contrario habría colapsado, mi estado era deplorable, la verdad. Y el festival de parches que estaba teniendo no lo mejoraba. Reitero, los parches de defesa requieren mucha más energía que los de ataque.

Para mi gran alivio los barrotes comenzaron a ceder por la presión de su propio poder y salieron expulsados junto con el brujo, ahora inconsciente, hasta la celda en frente, derribándola también.

Di un silbido, como pude entre los jadeos, frente a tal escena.

—Eso fue increíble, ¿no? —preguntó Blaz a mi lado, maravillado.

—Por supuesto que sí, lo tenía todo controlado —le mostré el dedo pulgar, él sonrió.

—No lo dudé ni un segundo —asintió con admiración. Qué bueno que al menos uno no lo haya hecho. No creí que la celda cedería tan fácil y mucho menos que destrozaría la otra. Tendrían que renovarlas, eran demasiado antiguas. Pero no me quejaba.

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