Conoce a Kim, la mercenaria más buscada, temida y odiada por diferentes razas. Ella es un imán para los problemas, pero no se abstiene de lanzarse de lleno en ellos y disfrutar cada momento. Irritantemente desinteresada para unos, absolutamente desp...
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¡Jodida mierda!
Sentía mi cuerpo como si un camión me hubiera arrollado. Cada músculo en mí dolía como el infierno y mi garganta como las brasas del mismo. Y no estoy bromeando, podía sentir el eco en mi estómago.
Abrí lentamente los ojos enfrentando otro día de vida y me percaté de Blaz, se hallaba cruzado de brazos en una silla a mi lado, dormitando. Con todo el esfuerzo del maldito mundo tomé una almohada y se la arrojé a la cabeza, él se despabiló al instante y casi cae de la silla. Me reí o al menos lo intenté.
—Ve a dormir, idiota —dije viendo la sombra bajo sus ojos. Pero a pesar de ello se veía limpio y saludable, agradecí a Storm por curarlo y por dejarlo usar su bañera, sin dudas me lo cobraría luego. Una gran amiga, mi pequeña Storm.
—Kim, creí que morirías —confesó Blaz, con sus ojos sobre mí como si no creyera que fuera real.
—Créeme, una parte de mí se fue por el váter —dije con mi sexy voz de camionero. Tenía el infierno en mi garganta.
Él sonrió.
—Tu amiga fue en busca de más suero, dijo que eres un dolor en el trasero y que me vaya acostumbrando a cargarte medio muerta — él parecía haberlo aceptado ya o simplemente resignado a ello.
—Sip, suena como Storm —miré el goteo del suero y gemí—. Quiero comida de verdad, ¿puedes pedir pizza? —urgí, estaba hambrienta.
—Eh... Storm se quedó con todo el dinero, lo siento, no estaba en condiciones de poder negociar, me desmallé sobre ella y cuando desperté ya no tenía el dinero—dijo lamentándolo.
De vuelta al principio, pensé. Pero de todos modos reí.
—Eso es gracioso —dije agarrando mi estómago por el dolor mientras intentaba no reír mucho.
—En realidad no lo fue —aseguró Blaz con seriedad.
Seguí riendo un poco más luego hice una mueca.
—Necesito drogas para el dolor, drogaaasss —dije gruñendo, mis músculos ardían, intenté incorporarme en la cama, pero no aguanté mi cuerpo. Era irónico considerando el hecho de que dejé salir mi peso en vómito.
—Storm dejó en claro que no te permitiera ingerir nada, tu estómago está muy sensible por lo que sea que hayas consumido—me informó Blaz—. Por cierto, ¿qué sucedió para que terminaras en este estado? —preguntó—, dijiste que distraerías a los guardianes, pero te tardaste demasiado.
—Bueno, como que me capturaron, pero lo tenía controlado —Blaz me observó, no parecía estar de acuerdo—. Debía obtener algo de información, quise aprovechar el momento—continué, ignorando su falta de confianza en su sensei—. Quería saber cuánto están informados los guardianes sobre los vampiros anormales lanzando esferas de magia. Tengo un parche de información que espera ser examinado—bostecé—, aunque dudo que obtenga algo ya que no preguntaron nada sobre ello en el interrogatorio—suspiré, tendré que hacer todo el trabajo.
