Capítulo 18 Parte 2

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Atendí el teléfono que sonaba insistentemente

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Atendí el teléfono que sonaba insistentemente. Lo había estado ignorando y mantenido mi atención en la nueva bolsa de box frente a mí, mis manos esta vez protegidas con vendas. Porque sí, la vida continuaba, la mierda seguía a flote y yo seguía siendo una asesina de renombre con problemas de personalidad ocultos, pero debía hacer acto de presencia, no podía acurrucarme en un rincón junto con la humedad, atrayente, lo sé. Había mierdas más grandes que enfrentar actualmente como para compadecerme. La realidad apestaba. Buh.

De vuelta a la llamada, no llegué a dar mi presentación formal de mercenaria profesional ya que me interrumpieron. Pero entendí el por qué al instante.

—G-Gracias al cielo Kim, están aquí, en el Gremio, reunieron a todos los brujos para una conferencia, pero es una trampa, los escuché, b-bebimos la poción sin darnos cuenta, nos matarán a todos y estaremos a merced del Druida —respiró agitadamente y tosió—. N-No me creyeron, no me creyeron y me encerraron, por favor tienes que venir antes de que —la llamada se fundió en la estática y luego el silencio absoluto.

Lo había reconocido. Se trataba de Mich, el niño brujo que me había dado el pase en el bar donde hallamos a Meilyr. En el territorio de los brujos.

Maldije y me alisté con los elementos necesarios para enfrentar una posible horda de brujos manipulados o con la bruja desquiciada que no dejaba de resurgir de las cenizas y crisparme los nervios con su control, no era su culpa, sino de quien tiraba de sus hilos, y debía cortarlos. Mierda, ¿y si se trataba del ritual de resurrección? ¿O de una trampa? No podía detenerme a hacer conjeturas, iría a la acción e improvisaría luego.

La historia de mi vida.

Decidido. Tantearía el terreno antes de llamar a la caballería, no tenía ánimos de cruzar camino con un entrometido Alfa molesto y un guardián cuya sangre pura no dejaba de atraerme tanto como la criatura exquisita que la portaba. En este momento mis niveles de control estaban al tope, mi ansia a flor de piel. Había ganado una pequeña batalla, yeah, pero necesitaba un descanso y dormir. Necesitaba tan malditamente dormir, mi cabeza era un lío somnoliento, como una resaca infernal, eso interferiría con mi concentración si una emboscada de brujos me esperaba. Lo que me llevó a pensar que necesitaría de un respaldo, podía prescindir de la ayuda de los chicos grandes, pero necesitaba un pase al Gremio y había prometido a mi pequeño saltamontes saltar hacia la locura conmigo en mi próxima hazaña.

Me despedí del viejo y paciente Mirt, quien tenía toda su concentración en un desgastado libro. Aún continuaba con la creación de un arma mata druidas que nos salvara de esta mierda, algo que no estaba resultando fácil. Me dedicó una mirada de "ten cuidado y no hagas estupideces", el viejo sabía transmitir sus pensamientos, eso era seguro, le mostré el dedo pulgar para no distraerlo más. Habíamos seguido con la charla profunda luego de la abrupta revelación de mi autocontrol, y respecto al arma me aseguró que lo tendría listo para cuando lo necesitara, lo pondría a mi alcance. Literalmente. Aparecería en mi mano. El viejo había insertado un parche que haría posible aquello.

Magia muertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora