Cuando llegamos a nuestro destino observé a Stein casi indignada.
–Creo que te odio –no pudo evitar esa sonrisita prepotente frente a mis evidentes celos. Admiré y envidié su propiedad. Algún día, Kim. Me prometí silenciosamente.
Pensé que Stein viviría en un acogedor y desordenado apartamento de soltero, pero esto era casi como una jodida mansión considerando las lamentables viviendas por las que he podido costearme. Su casa era de estilo tradicional con un toque rústico, las escaleras llevaban a un pórtico cerrado, era de dos pisos y podía admirar su majestuosidad aun en la oscuridad de la noche. Me pareció una casa grande para un solo individuo, pero yo no era quien para juzgar a mi amigo y no pretendía preguntar.
Stein estacionó y nos hicimos camino fuera del Range Rover a medida que la gran puerta del garaje se cerraba automáticamente detrás de nosotros. Seguí a mi amigo hasta una puerta que nos dirigió a una sala espaciosa, un juego de sofá beige decoraba la misma, frente a un gran televisor. El suelo estaba cubierto con pisos cerámicos de una tonalidad de gris encantador, era jodidamente hermoso, la envidia solo aumentaba. Podía ver la cocina desde aquí y era increíble, había una gran isla y una encimera de granito de un gris oscuro. Relucía el acero inoxidable y babeé por la cafetera express que visualicé como objetivo principal, pero necesitaría algo más fuerte para sobrevivir la noche.
–¿Puedo ser tu inquilina? –pregunté esperanzada, mi amigo rió a medida que abría la nevera. Me apoyé en la isla haciendo una mueca al golpear mi brazo lesionado.
–Ni siquiera podrías pagar el alquiler –sacó fetas de jamón y las colocó en un plato frente a mí, luego abrió las puertas de los gabinetes, en busca de pan supuse. Tomé una feta y me la llevé a la boca antes que pudiera darse cuenta. Estaba hambrienta.
–Podríamos acordar un beneficio mutuo –dije alcanzando otra feta de jamón, pero Stein golpeó mi mano cruelmente–. Auch –me quejé, acariciando mi piel–. Piénsalo, no puedo quedarme por siempre en lo de Mirt, ir y venir de Black Hole es agotador. Ten piedad.
–Busca un trabajo estable y consigue una casa propia, es fácil –resoplé.
–Lo dice el guardián con una mansión y sin un precio por su cabeza –me quejé.
–Con los enemigos que tienes esta mansión no durará mucho –dijo mientras armaba los sándwiches y me invitaba uno. Babeé un poco.
–Gracias –dije con dificultad mientras masticaba el alimento, estaba delicioso–. Tienes un punto razonable –dije dándome por vencida, de todos modos, tenía a mi pequeño saltamontes y no creo que Stein lo recibiera con los brazos abiertos.
–¿Cómo te sientes? ¿Los parches de curación ya hicieron efecto? –preguntó señalando la chaqueta desgarrada.
–Seh –dije restándole importancia–. Entonces, ¿qué haremos para evitar que me duerma? –pregunté tomando otro sándwich–. Tengo muchas ideas divertidas, pero te dejaré la primera palabra –sonreí cuando rodó los ojos.
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Magia muerta
FantasiaConoce a Kim, la mercenaria más buscada, temida y odiada por diferentes razas. Ella es un imán para los problemas, pero no se abstiene de lanzarse de lleno en ellos y disfrutar cada momento. Irritantemente desinteresada para unos, absolutamente desp...