Water

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    Me quedaba una semana más antes de elegir: volver a mi antigua vida o convertirme completamente a la Orden.
Mi elección también era tan obvia y clara que me sentía estúpida: lo elegí a él porque, aunque tuviese que esconder mis sentimientos, prefería seguir cerca... la polilla que se acerca a la llama aunque no pueda quemarse todavía la rodea hasta morir.
El resto de la semana la pasé bastante aislada de Mary, Sara y Omega; necesitaba tiempo para aclarar mis ideas, ya tenía decidido quedarme pero solamente podía pensar en Papa, en su repentino cambio de actitud. ¿Se había portado más fríamente porque estaba Omega delante o porque yo estaba hablando con Omega y eso no le gustaba? Una parte de mí creía que la segunda opción era un desvarío propio, ya que eso significaría que yo le interesaba a Papa y eso era una tontería.
Vagué por los pasillos esquivando a la gente durante un par de días, casi sin hacer nada más que ser un alma en pena hasta que giré una esquina y vi a un pequeño grupo de hermanas en corrillo, nerviosas.
Me acerqué por mera curiosidad, en el suelo estaba una hermana prácticamente al borde del desmayo y automáticamente fui a atenderla antes de darme cuenta.
Me arrodillé a su lado apartando a una de las demás hermanas, le busqué el pulso que era débil y muy rápido, su respiración estaba acelerada también y el color de su piel era muy amarillento.
- ¡Eh! Oye, ¿te encuentras bien?.- le pregunté, observándola, la chica me miró y asintió con expresión de dolor en la cara.- ¿Cuál es tu nombre?
- Megan....- murmuró la chica, tragando saliva.
- Está teniendo un fallo hepático... ¡Hay que llamar a una ambulancia ahora mismo!.- dije mirando a las Hermanas que nos rodeaban.- ¡Vamos! ¡Se va a morir!
- ¿Qué ocurre aquí?.- preguntó Alpha acercándose alterado.
- ¡Hay que llamar a una ambulancia!.- le dije nerviosa, levantando las piernas de Megan.
Alpha sacó un móvil, llamó rápidamente al Hospital y nos informó de que en 5 minutos estaría la ambulancia.
- Necesito zumo de limón para darle, eso podría estabilizarla.- comuniqué a una chica de pelo negro, ella salió corriendo y volvió en un tiempo récord. Le dimos de beber el zumo, Megan parecía al borde del shock pero seguía reactiva y comunicativa.
Justo en ese momento apareció Water guiando a los técnicos de la ambulancia, ellos se pusieron rápidamente al lado de Megan y se la llevaron con rapidez pasmosa. Me quedé ligeramente conmocionada y Alpha se me acercó.
- Has hecho un buen trabajo Yami, tranquila, se pondrá bien.- me dijo, dándome un toque en la frente.
Suspiré mirando hacia el otro Nameless Ghoul, aún no había tenido oportunidad de hablar con él pero Mary y Sara me habían advertido que no era tan amigable como Alpha o Omega, ahora mismo él no nos quitaba los ojos de encima pero me pareció que asentía casi imperceptiblemente antes de girarse y seguir con su camino.
Un par de días después nos dijeron que Megan se encontraba bien y que gracias a que actuamos con rapidez ella se pudo salvar, se corrió la voz de que había sido gracias a mí y la Hermana Pecadora me mandó llamar a su despacho.
- Si no me falla la memoria... Cuando la Hermana Mary te trajo aquí me dijo que eras una vagabunda en la calle.- comenzó, mirando por la ventana.- Nunca había visto a una vagabunda con conocimientos de medicina.
- He visto a mucha gente así en la calle, ya sabes...- le mentí descaradamente y ella me miró con frialdad.- Borrachos, problemas de hígado y esas cosas.
- ¡Claro! Entiendo.- comentó, arqueando una ceja.- Puedes irte.
Yo asentí intentando ocultar una sonrisa y me fui de allí. Esa mujer imponía muchísimo respeto pero no a mí, ella no era Papa. ¡Mierda, otra vez pensando en él! Suspiré.

Water POV: La nueva era muy interesante, me había llamado la atención al reconocerla entre nuestras novicias en la Orden, ¿de qué la conocía? Intenté hacer memoria pero no lograba ubicarla... ¿alguna puta? No me tenía la pinta. Negué con la cabeza sumido en mis pensamientos.
Lo que sí sabía es que había algo entre ella y Papa, había notado algo entre ellos: esa tensión, esa química. Era habitual que las Hermanas se ofreciesen a Papa y también era habitual que él correspondiera pero ésto había sido diferente. 
Mi curiosidad natural me llevó a seguirla de vez en cuando y, efectivamente, observé que Papa la trataba con ligera diferencia pero que todavía no había intentado acostarse con ella. ¿Era probable que se hubiese enamorado de esa pelirroja? Ella siempre se juntaba con Mary y Sara, yo no era santo de la devoción de ninguna de esas dos Hermanas. Tampoco lo era de mi Hermano Ghoul Omega, el cual también le tenía bastante cariño a esta nueva chica proveniente de ningún sitio.
Cuando los de emergencias se llevaron a la otra Hermana, ella y yo nos miramos durante un instante, un instante en el que me puse duro pensando en follarla, en ella gimiendo de placer debajo de mí. Asentí ante mi propio pensamiento decidiendo que la observaría más de cerca más de cerca todavía y me fui de allí. ¡Me gustaba mucho más de lo que quería admitir!

La Orden del GrucifixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora