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— Quería disculparme por ayer, salí corriendo y no debí hacer eso —habló sin soltar su agarre.

Me giré suavemente y lo mire más detenidamente.

— Yo no debí entrometerme, perdón, solo intentaba ser útil —hice una leve reverencia en su dirección.

El ambiente se tornó algo incómodo. Su mano seguía sosteniendo mi muñeca y nuestras miradas se habían quedado quietas en los ojos del otro.

— ¡Oh! —exclame en un intento de salir de aquel incómodo silencio— No me he presentado, soy...

— ¡¡Kim ___!! —el grito que me heló el cuerpo.

Mire a todo sitio desesperada tras la mirada confusa del chico.

— ¡Voy a morir! —exclame asustada.

Unos pasos se oían venir y comencé a imaginar mi funeral posterior a la golpiza que me darían.

— Ven aquí —aquel chico, quien hasta el momento no parecía entender nada, me jaló de la muñeca -la cual nunca soltó- y corrió llevándome a algún recoveco de la escuela desconocido para mi.

No avanzamos mucho, tan solo unos metros podria decirse.

Esta parte del jardín era una parte de la escuela en completo desuso.

Abrió una puerta que, luego de ingresar al interior, me di cuenta que eran los baños abandonados. Buscó el último cubículo del baño y nos encerró en este.

So oían gritos en el exterior, parecía ser que planeaban para mí la linchada del siglo.

Nos mantuvimos quietos y en completo silencio aguardando a esperar lo mismo de el exterior.

Pronto, luego de unos minutos, parecía ser que todo afuera se había calmado, se habían cansado de buscarme y decidieron perdonarme o tal vez no a lo último, pero era seguro salír.

— Soy Jisung, Park Jisung —su respiración chocó contra mi rostro haciendome reparar en la corta distancia que nos separaba.

A el parecía no incomodarle estar en este pequeño espacio con una "destructora de cosas compulsiva".

— Parece que ya no hay nadie fuera —sonrió— Podemos irnos.

Asentí rápidamente mientras salía del angosto cubículo seguida por Jisung.

Abrí la puerta del baño abandonado asomandome al exterior. El jardín se veía tranquilo y no había más señales se vida aparte de las nuestras.

— Y ¿Por qué te buscan? —habló a mis espaldas exaltandome un poco.

— Uhm, bueno. Veras. Ayer casi mato a alguien y supongo que ha vuelto por venganza —solté una risa nerviosa que fue correspondida por el contrario con una mirada de confusión.

La campana se oyó, algo lejos, pero se oyó. Debía volver pronto a mi salón de lo contrario me dejarían botada fuera de clases.

— Muchas gracias —hice una reverencia— Y, de nuevo, lo siento.

No quise esperar una respuesta de su parte, simplemente corrí como venía haciéndolo gran parte de la mañana.

— ¿Te encontró? —fue Chenle el primero en preguntar tan pronto como me vio entrar.

— No —suspire aliviada.

— Creo que todo el equipo de baile te estaba buscando —intervino Hyeri.

— ¿Quisieras dejar de hablar de más? —la reprendió Chenle dirigiendole una mirada asesina.

— Pobrecita —palmeo mi hombro y negó con un semblante de pena.

ROCKROSE  ✽ Park Jisung ✽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora