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—Por favor, ___, busca en la huerta unas manzanas.

Hice un sonido con mi garganta afirmando a su orden. Salí de la cocina y caminé directo a la angosta puerta de madera que abría paso al huerto que mamá cuidaba más de a mí. Ella era una gran apasionada a las plantas y, en esta casa, nunca iban a faltar flores, árboles frutales (los pocos que lograban entrar en el pequeño espacio) y muchas otras hiervas.

El aire fresco de la mañana hizo que me quedara unos momentos inhalando aire puro y refrescandome un poco, mamá dio un grito apurandome y de esa forma me vi obligado a romper la pequeña burbuja de paz que había armado a mi alrededor.

Me aproxime al dichoso árbol se manzana. Mamá cuidaba mucho de él dado que era su "primogénito", por así decirlo. Busqué con la vista algunas manzanas que puedan estar maduras y a mi alcance. Las espesas ramas cubiertas de hojas no me daban aun panorama del todo claro.

Me estiré e impulsandome de una rama logré alcanzar una manzana atractivamente roja, repetí la acción con otras tantas más.

Visualice una manzana que a simple vista se veía dulce y muy apetitosa, se encontraba algo alta, así que no se me ocurrió mejor idea que sacudir la rama de la que pendía.

Mis ojos estaban fijos en el fruto, mi mente colaboraba para que esta cayera pronto. Tal era mi concentración que causó en mi una sensación estremesedora el pronto dolor que sintió mi cabeza. Un gran susto.
Una manzana, que también pendía de la misma rama de mi objetivo, cayó por las constantes y bruscas sacudidas que daba.

Me giré en mi sitio y al ver el fruto y sus grandes dimensiones fui recién consciente del dolor que me había provocado su choque con mi cabeza.

Me llevé la mano a la coronilla y con una expresión de dolor me incliné a recoger a la causante de tal dolor.

¿A Jisung le gustaran las manzanas?

Pensé de pronto y sin ningún motivo en especial.

Hyeri odia las manzanas, dice que le raspan la garganta, y Chenle, bueno él no come mucha fruta en general.

De seguro Jisung agradecería esta manzana más que ese par.

—Aquí están. —dejé mi recolecta sobre el mesón de la cocina.

—Gracias. —habló mamá y luego siguió ensimismada en lo que sea que esté haciendo.

Lentamente me fui alejando de ella.

Escondí en el bolsillo de mi hoodie la manzana para Jisung y corrí a toda prisa a mi habitación, mamá era bastante celosa con los frutos de sus plantas.

—Te ves deliciosa, —le hablé mientras la metía en la mochila que llevaría a la escuela—le vas a gustar.

Me asomé fuera del salón, miré hacia arriba y abajo por el pasillo, aquello era tonto, de esa forma jamás hallaría a Jisung, con tanta gente por ahí, era muy difícil encontrar a alguien en específico.

Alguien me empujó con fuerza por la espalda. Hyeri.

—Si no vas a salir entonces no obstruyas el paso. —tan linda ella, siempre delicada y dulce.

Le dediqué una mala mirada en cuanto pude dejar de tambalear y recuperé mi equilibrio.

—¿Para quién es eso? —señaló mi mano, mano que sujetaba la manzana.

—Uhm. Es para mí. —mentí, no quería tenerla de espía tras mío.

Me analizó de arriba a abajo y luego se encogió de hombros dando a entender que poco le importaba si me la comía yo o si era para alguien más.

ROCKROSE  ✽ Park Jisung ✽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora