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— Te recomiendo el de frutos rojos del bosque con vainilla, la combinación es buena. —habló con una amplia sonrisa y pegando su frente al mostrador donde se exhibían los distintos sabores de helados.

Sonreí y asentí en cuanto él me miró esperando mi respuesta, si él decía que era una buena combinación entonces lo era, no lo iba a cuestionar.

Sonrió y luego de unos minutos ya estabamos ambos con nuestros helados en mano caminando lentamente sin pensar en un destino.

— Tenías razón, sabe muy bien. —le di la razón en cuanto probé mi helado y comprobé que él estaba en lo cierto.

Asintió y siguió comiendo del suyo.

— ¿Sabes? Ese helado me hace pensar en tí. —mi corazón dio un extraño vuelco en mi pecho, no sabía cómo tomar aquello.

— ¿Po-por qué? —pregunté algo temerosa de oír una respuesta mala o incómoda.

— Es difícil de explicar. —rió.

Frunci mi ceño con extrañeza, tal vez el color de los frutos rojos le recordaba lo torpe que era y que siempre me lastimaba llegando a sangrar y la vainilla era como mi cabeza, siempre en blanco. ¿Algo así? ¿Este helado le recuerda lo torpe que soy?

— ¿Es algo malo? —pregunté temerosa aún.

Rió un poco más fuerte y negó repetidas veces.

— Te lo diré si me dices quién es el chico que te gusta. —instintivamente apreté mi agarre al vaso de helado, mis nervios se querían hacer demasiado notorios y a mis mejillas subía toda la sangre. Evite su mirada incluso cuando sentí como sus ojos estaban clavados en mí.

Reí nerviosamente.
— ¿Para que quieres saberlo? —recuerdo haberle mencionado el asunto antes pero no creí que lo recordaría.

— No lo sé, ¿curiosidad? Te oí hablar hoy con Chenle en la azotea. —y como si me mandaran una patada en el pecho se sintió mi corazón asustado.

Empecé a rememorar la conversación con Chenle unas horas atrás y concluí en que jamás habíamos mencionado el nombre de Jisung, pero si no cuidaba bien lo que decía probablemente podía ser inmediatamente descubierta.

— No te lo puedo decir. —susurre débilmente mientras miraba atentamente mi helado intentado sonar despreocupada del asunto.

Sus ojos seguían fijos en mi y eso no ayudaba a mis nervios.

— ¿Por qué? —se detuvo y dejó de caminar, avancé tan solo un paso más y me detuve también, me miraba algo serio y confundido.

¿Qué le decía?
"Porque si te lo digo va a contar como una confesión"

— Porque... —los engranajes de mi cerebro trabajaban duro para buscar una respuesta— Porque es vergonzoso.

Fue una respuesta tonta, solo me miró más confundido y frunció más su ceño.

— ¿Qué es vergonzoso? ¿Estar enamorada? ¿O de quién estás enamorada? —ladeo su cabeza.

— Ambas cosas, pero la primera más. —respondí desviando mi mirada de mi helado al frente.

— ¿Qué tiene de vergonzoso estar enamorada? —preguntó dejándome qué sin respuesta.

"Porque eres tú, y eres imposible para mí, solo hago el ridículo".

— Porque se lo puedes decir y quedaría expuesta, y yo a él no le gusto ni un poquito. —respondí sin planear mucho lo que decía pues esto traería consecuencias a futuro.

ROCKROSE  ✽ Park Jisung ✽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora